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Ram铆rez Heredia, el diputado gitano que llev贸 el racismo al Congreso

Discursos del siglo XX

Elegido en las listas de UCD por Barcelona, el fundador de la Uni贸n Roman铆 Internacional pidi贸 el respeto a una idiosincrasia propia que no ha tenido un correlato legal

Juan de Dios Ram铆rez Heredia, en el Congreso

Juan de Dios Ram铆rez Heredia, en el Congreso en el per铆odo de las Cortes Constituyentes听

Jose-Ramon Alvarez Sanchez

El contexto

Siglos de marginaci贸n y aislamiento, tan forzado como elegido, han llevado al pueblo gitano a mantener su identidad en un contexto democr谩tico que, sin reconocer legalmente una idiosincrasia propia, s铆 ha garantizado los derechos de sus integrantes como ciudadanos de pleno derecho. Las diferencias se circunscriben a un plano cultural y social, aunque tanto por el celo con el que muchos gitanos conservan su acervo como por los recelos que a煤n existen hacia ellos entre los que no lo son.

En el marco legal, los gitanos dejaron de ser diferentes cuando la Constituci贸n Espa帽ola garantiz贸 la igualdad 鈥渟in que pueda prevalecer discriminaci贸n alguna por raz贸n de nacimiento, raza, sexo, religi贸n, opini贸n o cualquier otra condici贸n o circunstancia personal o social鈥. Y de eliminar los 煤ltimos flecos de discriminaci贸n se encarg贸 en las Cortes Constituyentes el diputado gitano Juan de Dios Ram铆rez Heredia, el primer representante de este pueblo elegido como representante popular, que dedic贸 su primera intervenci贸n a defender una proposici贸n no de ley para acabar con los art铆culos 鈥渞acistas鈥 del Reglamento de la Guardia Civil.

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Lo hizo el 7 de junio de 1978 durante una sesi贸n que debe considerarse hist贸rica con una intervenci贸n que ofrecemos extractada. El diputado de UCD elegido por la circunscripci贸n de Barcelona 鈥損ese a ser natural de C谩diz鈥 abr铆a un camino que el pueblo gitano no volvi贸 a transitar hasta la presente legislatura, cuando hay en la C谩mara cuatro diputados gitanos. Parad贸jicamente, de otras tantas formaciones (PP, PSOE, Ciudadanos y En Com煤 Podem).

Ram铆rez Heredia consigui贸 su objetivo y denunci贸 asimismo la marginalidad y desamparo en la que viv铆an muchos gitanos en aquellos a帽os, una situaci贸n que las instituciones democr谩ticas tambi茅n han conseguido, si no resolver al completo, paliar en buena medida. Queda, eso s铆, una notable percepci贸n de discriminaci贸n por origen racial o 茅tnico que recoge tanto el Consejo para la Eliminaci贸n de la Discriminaci贸n Racial o 脡tnica del Ministerio de Igualdad como el Eurobar贸metro sobre la Discriminaci贸n en sus datos referentes a Espa帽a.

Hoy en d铆a, la Estrategia Nacional para la Inclusi贸n de la Poblaci贸n Gitana apunta la existencia de segregaci贸n escolar y residencial, persistencia de riesgo de pobreza, bajos 铆ndices de autopercepci贸n del estado de salud, dificultades para acceder al mercado laboral, brecha digital, infravivienda y casos de discriminaci贸n en la vida pol铆tica, econ贸mica, social y cultural. Unas circunstancias que ha agravado la pandemia, revelando los altos niveles de vulnerabilidad, marginalidad y exclusi贸n social a los que est谩n expuestos a煤n los gitanos en Espa帽a y Europa.

El discurso

鈥淪e帽or presidente, se帽oras y se帽ores diputados:

鈥滳asi un a帽o ya del nacimiento de la incipiente democracia espa帽ola y aqu铆 est谩 al diputado gitano dispuesto a dirigirles la palabra durante el tiempo que me concede el Reglamento provisional del Congreso de los Diputados.

鈥滱 propia intenci贸n, he llegado en la tarde de hoy con mi camisa blanca y corbata, para evitar las posibles susceptibilidades que durante alg煤n tiempo han suscitado en esta C谩mara, y fundamentalmente en los medios de comunicaci贸n social, mis ya dir铆a cl谩sicas camisas de colores y mis pa帽uelos de lunares, porque quisiera que en mi intervenci贸n de esta tarde se viera tan s贸lo al hombre sincero y honesto que durante muchas a帽os ha intentado defender los derechos de una minor铆a marginada que a lo largo de mucho tiempo ha estado ah铆, en la cresta de la ola, denunciando situaciones de injusticia, que pretende, en definitiva, en la defensa de esta minor铆a marginada, poner de manifiesto que somos personas humanas, que somos sujetos de derechos y deberes y que, investidos de esa condici贸n elemental de dignidad y de respeto a la persona humana, en ello, fundamentalmente, estribamos nosotros la defensa de nuestros derechos.

鈥漎 la hacemos estimando que la defensa de las minor铆as, el derecho de cada pueblo a ocupar en la sociedad el lugar que le corresponde, el respeto que como personas humanas merecemos por parte de la sociedad no tiene, ni mucho menos, por qu茅 ser bandera pol铆tica de ning煤n grupo parlamentario, de ning煤n partido pol铆tico, puesto que la defensa de los intereses de los hombres no es patrimonio de la derecha ni de la izquierda ni del centro, sino que es patrimonio de toda la humanidad.

La defensa de las minor铆as no tiene por qu茅 ser bandera pol铆tica de ning煤n听 partido pol铆tico

鈥滳iertamente, lo que justifica mi intervenci贸n hoy ante la C谩mara es rogar a sus se帽or铆as que voten conmigo favorablemente esta proposici贸n no de ley, en la que pedimos al Gobierno que tome cartas en el asunto para que desaparezcan esos tres terribles art铆culos del C贸digo de la Guardia Civil en los que se hace referencia espec铆fica a la poblaci贸n gitana; unos art铆culos realmente trasnochados, cuya redacci贸n literaria, por supuesto, estimo pertenece al siglo pasado, pero que contin煤an vigentes y que su 煤ltima aprobaci贸n es justamente del a帽o 1942.

鈥滶n la literalidad de estos art铆culos, reflejados en al Reglamento de la Guardia Civil, posiblemente se encierra toda una trayectoria de persecuci贸n y de discriminaci贸n abierta en contra de la poblaci贸n gitana. Aprovechando, insisto, el tiempo que me concede el Reglamento del Congreso de los Diputados, quisiera llevar al 谩nimo de sus se帽or铆as unos puntos de meditaci贸n que, en definitiva, sean los que sienten las bases m铆nimas de un programa coherente de convivencia de la sociedad gitana, de convivencia de una comunidad marginada en ese contexto de libertad democr谩tica que estamos estrenando todos los espa帽oles.

鈥滶videntemente que, seg煤n demuestran los estudios sociol贸gicos m谩s al d铆a, se dice que la cultura de los pueblos minoritarios est谩 en crisis. Yo creo, ciertamente, que la cultura del pueblo gitano puede estar en crisis, en abierta crisis de choque con una sociedad occidental, con una sociedad capitalista, consumista y tecnocr谩tica que, en definitiva, est谩 ahogando muchos de los aspectos eminentemente humanos que han configurado la trayectoria del pueblo gitano y de todas las comunidades fundamentalmente de ra铆z oriental, para las cuales existe, qu茅 duda cabe, una jerarqu铆a de valores, unas normas 茅ticas de actuaci贸n y de comportamiento, muchas veces en choque flagrante con las normas estatuidas por esta sociedad occidentalizada en la que estamos viviendo, donde valores morales y 茅ticos de la convivencia han desaparecido triste y lamentablemente, mientras que estos grupos marginados, fundamentalmente desconocidos, han seguido manteniendo hasta el d铆a de hoy la impronta de su propia personalidad, la idiosincrasia de su aut茅ntica manera de ser, que constituye para nosotros nuestra mayor riqueza.

La cultura gitana听choca con una sociedad capitalista que ahoga muchos aspectos eminentemente humanos

鈥滾o he dicho tantas veces como he tenido ocasi贸n, que para nosotros los gitanos la defensa de nuestra cultura es lo m谩s fundamental, es lo m谩s importante, es el norte que mira, en definitiva, todos nuestros anhelos de promoci贸n. Porque pocas cosas m谩s tenemos los gitanos que defender, se帽oras y se帽ores diputados, pocas cosas m谩s que no sea el acervo cultural de nuestras tradiciones, de nuestras costumbres, de nuestra peculiar manera de ser; y en choque abierto muchas veces con esas normas de una sociedad cuyos planteamientos la inmensa mayor铆a de las veces no compartimos, y que la propia sociedad, al menos sus 茅lites m谩s responsables, tampoco comparte, pero que, en aras de una hipocres铆a trasnochada o de un saber mantener las apariencias, comulga con ruedas de molino.

鈥滶l pueblo gitano, sobre todo, que ha hecho bandera siempre de la libertad; al pueblo gitano, que por no perder la libertad ha sido capaz de sufrir miles y miles de persecuciones y de sufrir sobre su propio cuerpo social la cantidad de pragm谩ticas y disposiciones legales con que est谩 jalonada la inmensa mayor铆a de los documentos oficiales que desde la llegada de los gitanos a Espa帽a existen, y que est谩n ah铆 para oprobio de la sociedad que los dict贸; el pueblo gitano, insisto, que ha sabido mantener inc贸lume su tradici贸n y su respeto profundo hacia la libertad, hoy lanza su grito, posiblemente angustiado, a trav茅s de mi persona, pidiendo al pueblo espa帽ol, pidiendo a los componentes de esta C谩mara democr谩tica que apoyen mi proposici贸n no de ley, sabiendo que, realmente, en el apoyo a esta proposici贸n estriba algo m谩s que la simple desaparici贸n de estos tres art铆culos que existen, en el hecho matem谩tico de la votaci贸n: el deseo sincero de colaborar a las ansias de promoci贸n que el pueblo gitano est谩 demostrando, hoy por hoy, a trav茅s de m煤ltiples conductos.

El pueblo gitano ha hecho bandera siempre de la libertad y por ello ha sufrido miles y miles de persecuciones

鈥漇e帽oras y se帽ores Diputados, creo que la simple lectura de los tres art铆culo que constituyen el objeto principal de mi proposici贸n no de ley, es tan exquisitamente elocuente que poco comentario m谩s necesitar铆an por mi parte. Cuando en el art铆culo 4.潞 de la segunda parte de las disposiciones del Reglamento de la Guardia Civil se dice que se vigilar谩 escrupulosamente a los gitanos, cuidando mucho de reconocer los documentos que tengan, confrontar sus se帽as particulares, observar sus trajes y averiguar su modo de vivir y cuanto conduzca a formar una idea exacta de sus movimientos; cuando en el art铆culo 5.潞 se dice que, como esta gente generalmente no tiene punto de residencia, se les debe vigilar escrupulosamente para impedir que cometan robos; cuando, en definitiva, se pide que el pueblo gitano tenga m谩s documentos de los precisos para poder efectuar sus transacciones comerciales en la compra y venta de objetos, de admin铆culos, de vestidos o de caballer铆as, como literalmente se dice en el art铆culo 6.潞, se est谩 poniendo de manifiesto una discriminaci贸n abierta, en t茅rminos legales, contra una comunidad que exige un tratamiento igualitario, insisto, por la simple condici贸n de persona humana, porque nos sabemos sujetos de derechos y de deberes y porque, en definitiva, nosotros estamos ah铆 como ciudadanos espa帽oles y no pedimos ning煤n tipo de trato preferente, sino que se aplique sobre nosotros la ley en los mismos t茅rminos y con la misma intensidad con que se hace con el resto de los ciudadanos.

鈥漃ero es verdad que esta disposici贸n legal, que ya cuenta en la historia con precedentes como aquel, el primero, del a帽o 1499, dictado en Medina del Campo, por nuestros egregios e ilustres Reyes Cat贸licos, en que se manda a todo gitano que debe vivir en un lugar fijo de residencia, donde se impide la l贸gica, natural y libre trashumancia de esta comunidad de un municipio a otro; donde se condena, realmente, a cada gitano a que viva en un sitio determinado, y si no lo hace, la primera vez que se le den cien azotes en las plazas p煤blicas y cincuenta si se trata de una mujer; que la segunda vez se les corten las orejas y se les destierre perpetuamente, como dice la Pragm谩tica en aquella literatura, de estas nuestros reinos y se帽or铆os; y que la tercera vez que un gitano fuese tomado fuera de su municipio, fuera condenado a galeras durante toda la vida.

Estamos aqu铆 como ciudadanos espa帽oles y no pedimos ning煤n tipo de trato preferente

鈥滾eyes y Pragm谩ticas que se han venido sucediendo en el ordenamiento legal espa帽ol a trav茅s de los diversos monarcas que sucedieron a los Reyes Cat贸licos, hasta Carlos III, que en 1783 dicta una Pragm谩tica ciertamente con tintes m谩s humanos, pero que contin煤a discriminando a la poblaci贸n gitana, toda vez que se impide el uso de sus vestimentas peculiares, la propia utilizaci贸n del t茅rmino gitano para simbolizar y denominar a una raza, a una comunidad 茅tnica, a un grupo cultural, e incluso la utilizaci贸n de nuestro idioma, el cal贸 roman铆, lenguaje que, ciertamente, no es de german铆as ni propio de grupos delincuentes, sino veh铆culo de comunicaci贸n a trav茅s del cual 12 millones y medio de personas nos podemos entender en el mundo.

鈥滳uando estas Cortes espa帽olas, aunque no en este edificio, evidentemente m谩s reciente, han llegado a dictar 27 disposiciones en contra el pueblo gitano; cuando existen 28 pragm谩ticas reales y decretos del Consejo de Castilla; cuando existen 27 leyes de origen portugu茅s, en aquella concordancia de unidad territorial de Portugal con Espa帽a en la 茅poca hist贸rica a que me estoy refiriendo; cuando existen m谩s de 20 edictos promulgados en Arag贸n, Catalunya, Navarra, Valencia y Granada en contra del pueblo gitano; cuando nos encontramos con toda una normativa legal que impide y coarta la realizaci贸n plena de una comunidad humana y que est谩, en definitiva, transgrediendo los derechos m谩s elementales de cualquier ser humano; cuando uno contempla en estos instantes las reminiscencias que pueden presentar, como s铆ntoma de la marginaci贸n de un pueblo a trav茅s de una sociedad, los tres art铆culos de la Guardia Civil, entonces se explica profundamente el sentimiento de rechazo por parte de una sociedad, evidentemente manipulada, que ha tomado de nosotros los gitanos una imagen que ha colocado sobre nuestros hombros el oprobioso sambenito de creer que los gitanos somos el prototipo nato para la mentira, el robo y el enga帽o; pero esto, se帽oras y se帽ores diputados, que puede pertenecer a los anales hist贸ricas del devenir de nuestro pa铆s, de nuestra naci贸n, a lo largo de los siglos, tiene todav铆a, en los momentos presentes, temibles caracteres de realidad.

Nuestro idioma, el cal贸 roman铆, no es de german铆as ni propio de delincuentes, sino veh铆culo de comunicaci贸n

鈥漀o est谩 muy lejos todav铆a la terminaci贸n de la Segunda Guerra Mundial. El fascismo nazi, Hitler, en los campos de concentraci贸n mundial, asesin贸 a medio mill贸n de gitanos. No fueron s贸lo los cinco millones de jud铆os los que murieron gaseados en aquellos campos de concentraci贸n; quinientos mil gitanos murieron v铆ctimas del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, seg煤n se ha podido demostrar; incluso en el 煤ltimo proceso de Francfort, 18.000 gitanos que creyeron encontrar refugio en los bosques de Polonia -y estoy hablando del a帽o 1943- fueron todos, los 18.000, fusilados en la misma noche. Y dicen las cr贸nicas que a los ni帽os peque帽os, para ahorrar municiones, se les destroz贸 la cabeza contra los troncos de los 谩rboles. Y esto ha sucedido hoy, ha sucedido en nuestro siglo, pues estoy hablando de 1943.

鈥漎 todav铆a en los momentos presentes, en una marginaci贸n t谩cita y empresa que existe por parte de esta sociedad en la que estamos viviendo, esta sociedad espa帽ola, a la que muchas veces hay que se帽alar acusadoramente con el dedo, tan propicios que somos a ver la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro; en estos instantes, en nuestra incipiente democracia espa帽ola, todav铆a vestigio, qu茅 duda cabe, acrecentado por el periodo obscurantista que represent贸 la 煤ltima 茅poca, del r茅gimen que nos toc贸 vivir a los espa帽oles, estamos, se est谩 todav铆a, practicando una discriminaci贸n racista contra el pueblo gitano.

鈥滶s vedad que los gitanos en Espa帽a podemos montamos en los mismos autobuses que los payos; es cierto que podemos ir al mismo cine que los payos, que no se practica contra nosotros una discriminaci贸n racial en los mismos t茅rminos que pueda hacerse en los Estados Unidos con los negros o en el sur de 脕frica; ni nos rasgamos las vestiduras ante el problema de la marginaci贸n gitana como lo hacemos al contemplar la imagen nefasta de tantos indios que mueren de inanici贸n y hambre all谩 en aquel continente, pero aqu铆, contra nosotros, se est谩 practicando la peor y m谩s cruel de las discriminaciones, que yo calificar铆a como la discriminaci贸n de la indiferencia.

Contra nosotros se practica la peor y m谩s cruel de las discriminaciones: la discriminaci贸n de la indiferencia

鈥滱l gitano se le aplaude calurosamente cuando surge artista y es capaz de llenar con su arte y su capacidad interpretativa un escenario, pero lo mismo da que los gitanos se mueran de hambre en los suburbios de nuestras grandes ciudades; lo mismo da que 400.000 personas que existimos en Espa帽a carezcamos de los elementos m谩s vitales para la propia subsistencia; lo mismo da que por la noche las ratas pasen sobre la cara de nuestros hijos, como tuve posibilidad de comprobar hace tan s贸lo siete d铆as en Alicante.

鈥漃ara m铆 no es una imagen nueva, puesto que la he tenido que vivir, desgraciadamente, durante quince a帽os continuados de lucha en defensa de los intereses de mi pueblo, cuando me rodeaban los gitanos de las barracas alicantinas y alguno me presentaba a su peque帽o hijo de s贸lo cinco meses con los dientes de la rata perfectamente marcados sobre sus mejillas, porque, por la noches, en esos suburbios inmundos, en ese lugar donde radica el lumpen del proletariado espa帽ol, es donde est谩 condenada a vivir la inmensa mayor铆a de hombres y mujeres que llevamos a orgullo nuestra condici贸n de gitanos.

鈥滶sta es la cruel realidad, la realidad sarc谩stica, por otra parte, que hace decir a muchos gitanos espa帽oles que viven en barracas, que no s贸lo tienen que trabajar cada d铆a venciendo miles de dificultades para ganarse la propia subsistencia, sino que, adem谩s, han de ganar un poco m谩s para comprar pan para las ratas, puesto que en tanto en cuanto las ratas tengan alimento que comer por la noche, tendr谩n mayores posibilidades de poder dormir tranquilos. Mientras, est谩n viviendo, malviviendo, intentando tan s贸lo subsistir en estos lugares.

La democracia espa帽ola no podr谩 demostrar realmente su valor hasta que atienda a las m谩s d茅biles

鈥滾a gente est谩 harta de hablar y de o铆r hablar de consenso, de Constituci贸n, de cosas que muchas veces no llega a entender, y tienen la sensaci贸n de que esta C谩mara y sus legisladores est谩n ajenos a los problemas vitales de cada d铆a que, en la inmensa mayor铆a de ocasiones, se circunscriben a elementos tan vitales y precisos como los medios necesaria para poder subsistir. 驴Hasta qu茅 punto seremos conscientes de una vez por todas de que la democracia espa帽ola podr谩 demostrar realmente su valor, su autenticidad, su coraz贸n perfectamente vinculado con el coraz贸n del pueblo en la medida en que atienda a las m谩s d茅biles, a los m谩s menesterosos, a los que tienen menos posibilidades de hacer o铆r su voz?

鈥滳reo realmente que el d铆a que la C谩mara tome conciencia aut茅ntica de que hay 380 familias en Alicante a las que por la noche las ratas les pasan por el rostro; que existe un barrio suburbial en Valladolid, La Paz; que existen n煤cleos important铆simos de barracas en mi Barcelona, como pueden ser en el campo de la Bota, en La Perona, en La Sagrera o en Casa Ant煤nez; que existe una gravera como la gravera de La Paz, en Zaragoza; que existen en todas las capitales y n煤cleos importantes de Espa帽a aut茅nticos guetos, donde la gente se est谩 muriendo de hambre, donde carecen de los elementos m谩s vitales para la subsistencia y para el desarrollo, cuando realmente bajemos y pongamos los pies en la tierra deberemos dedicar lo m谩s importante de nuestro presupuesto y de nuestras atenciones mides y pol铆ticas a la redenci贸n que, en definitiva, es hacer justicia y no caridad trasnochada a este n煤cleo importante de la sociedad espa帽ola, en la que, evidentemente, incluyo no solamente a los gitanos, sino a todo el pueblo obrero y proletario que, en definitiva, est谩 sufriendo de las mismas carencias y est谩 padeciendo en su propio cuerpo las consecuencias del sistema econ贸mico en el que estamos viviendo.

En todas las capitales y n煤cleos importantes de Espa帽a hay aut茅nticos guetos donde se muere de hambre

鈥滱dolfo Su谩rez, en su brillante intervenci贸n en esta misma tribuna, no hace demasiado tiempo, nos contaba una par谩bola extraordinariamente bonita, que tuvo el asentimiento de toda la C谩mara y el aplauso un谩nime de toda la sociedad espa帽ola. Dec铆a: 鈥楨stamos haciendo el tr谩nsito de la dictadura a la democracia, estamos haciendo el paso de un r茅gimen autoritario a un r茅gimen pleno de libertades, y se nos est谩 pidiendo cada d铆a que se construya esa casa colocando los ladrillos de ese importante edificio sin que nos salpique el polvo, que se d茅 agua sin cambiar las tuber铆as, que se d茅 luz sin cambiar el tendido el茅ctrico鈥.

鈥漃ero, se帽oras y se帽ores diputados, a aquellos en cuya casa no existe ning煤n tipo de ca帽er铆as; a aquellos cuya casa no tiene ning煤n tipo de tendido el茅ctrico que les alumbre; a aquellos que carecen de ladrillos, maderas, sacos o latas, de los medios m谩s elementales, en fin, con que resguardar sus cuerpos de la intemperie en invierno o del calor t贸rrido en verano; a aquellos para quienes la casa, el agua y la electricidad san casi pura entelequia, porque nunca han podido disfrutarla plenamente, 驴c贸mo vamos a hablarles de transici贸n pol铆tica democr谩tica, pac铆fica y paso a paso?

鈥漎 que mi despedida en esta mi primera y novata intervenci贸n parlamentaria sea con el saludo gitano que yo tantas y tantas veces o铆 a mi abuelo, pobre gitano inculto y analfabeto, all谩 en la provincia de C谩diz, que yo les deseo de todo coraz贸n: salud y libertad.鈥

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