La policía sigue con el puzle del tiroteo en la fiesta del Año Nuevo chino de Monterey Park.
Mientras los investigadores buscan entender qué motivó a Huu Can Tran, de 72 años, a abrir fuego el sábado y matar a 11 personas (este lunes murió uno de los heridos) en una sala de la ciudad californiana, Brandon Tsay, de 26, tuvo que ingeniárselas para atender a la prensa.
"Comprendí que tenía que quitarle la pistola, que estaba customizada y no era para robar"
Como en cualquier otra matanza en EE.UU., están el villano y el héroe. Y este papel se atribuye a Tsay, elogiado por su valentía al enfrentarse al pistolero y desarmarlo cuando intentaba una segunda fechoría, escasos 20 minutos después de la otra tragedia. En la sala de baile Lai Lai, de la localidad cercana de Alhambra, se acercaba el cierre y quedaban pocos en la pista cuando Tsay, cuya familia gestiona ese negocio, oyó el ruido de la puerta al abrirse. Entró un hombre de aspecto asiático que le apuntó con una pistola semiautomática. “Miraba alrededor, observaba a la caza de víctimas, sus ojos eran amenazantes”, relató en una de sus apariciones en televisión.