Con el apoyo incondicional del nutrido grupo ultra que sigue sus instrucciones en el Congreso, más la anuencia de gran parte del aparato del Partido Republicano y el respaldo absoluto y descarado de la cadena Fox, Donald Trump acaba de lanzar la guerra total contra el presidente Joe Biden con vistas a la revancha en que quiere convertir las elecciones del 2024.
Horas después de confirmar la decisión del fiscal especial Jack Smith de avisarle de su probable imputación inminente por graves delitos penales en el asalto al Capitolio y en todos sus intentos de falsear las elecciones del 2020, el expresidente republicano aprovechó una amable entrevista en la cadena Fox, el martes por la noche, para lanzarse al cuello de su oponente con una petición clara a los congresistas conservadores: “¿Por qué no acusan a Joe Biden por recibir decenas de millones de dólares (de China)? ¿Por qué Biden no está bajo impeachment ?”
La pregunta era una clara señal a los suyos en la Cámara de Representantes y el Senado a fin de lanzar el procedimiento de juicio político que, con imputación de algún delito como requisito, Estados Unidos tiene establecido para que el Congreso pueda investigar, acusar y, por mayoría cualificada, destituir a su mandatario si se dictamina que efectivamente delinquió gravemente.
Mano a mano con el presentador Sean Hannity en una de las entrevistas más complacientes que se han visto últimamente en EE.UU., el líder ultra adujo que Biden es “un presidente comprometido” por los negocios de su hijo Hunter en China, entre otros países: un asunto por el que los congresistas más trumpistas lideran una investigación sobre “la familia Biden” en la Cámara de Representantes. La indagación adquirió ayer nuevos vuelos cuando un veterano agente de la división de investigación criminal de la agencia tributaria, el demócrata Joseph Ziegler, acusó al Departamento de Justicia de obstruir la investigación fiscal contra Hunter Biden y de evitar su imputación por delitos más graves que las faltas que recientemente aceptó haber cometido en un pacto con la Fiscalía.
¿Por qué Biden no está bajo ‘impeachment’ por el cobro de decenas de millones de China?”
A la petición de impeachment contra Biden precisamente por las actividades poco claras de su hijo, Trump añadió el martes nuevas acusaciones de instrumentación de la justicia, por parte del presidente, con el fin de expulsarle de la política y hundirle. “Me molesta esta situación”, se arrancó Trump. Se refería a la carta que recibió el domingo de la Fiscalía para comunicarle que es objeto de investigación por el asalto al Capitolio –que él instigó el 6 de enero del 2021 a fin de frenar la proclamación de su derrota electoral– y por el resto de sus intentos de falsear el resultado de las presidenciales de noviembre del 2020.
La carta de Jack Smith, donde daba a Trump la oportunidad de explicarse ante el gran jurado en el usual trámite previo a una imputación, mencionaba –se supo ayer– tres delitos federales y por tanto tres posibles cargos contra el expresidente: conspiración para defraudar a EE.UU., manipulación de testigos y privación de derechos.
La Fiscalía se ha convertido en un arma absoluta para los demócratas”
En vista de la elevada posibilidad de verse ante tales imputaciones, Trump acusó a Biden y al fiscal general y secretario de Justicia, Merrick Garland, de haber convertido este departamento en “un arma absoluta para los demócratas”; un arma que lo mismo sirve, dijo, para gestionar las fronteras que para acusarle a él y, así, condicionar las elecciones: “La gente de nuestro gran país entiende perfectamente lo que está pasando. Es interferencia electoral. Es un armamento de la justicia”, dijo.
El ataque de Trump a raíz de esa probable nueva imputación, la tercera tras la reciente formulación de 37 cargos en su contra por ocultar documentos clasificados en su casa y de otros 34 por el soborno a la actriz Stormy Daniels, coincide con el inicio de un debate en el seno del Partido Republicano sobre la conveniencia de lanzar un impeachment , también, contra el fiscal general Garland. Los republicanos habían prácticamente desechado la opción de montar ese juicio político, al considerar que podía carecer de base y era más fácil hacerlo con otros altos funcionarios, como el secretario de Seguridad Nacional y responsable de la política federal en la frontera, Alejandro Mayorkas. Pero a finales de junio el presidente republicanos de la Cámara de Representantes, el supuestamente moderado Kevin McCarthy, sorprendió a propios y extraños al sugerir el impeachment a Garland si se demuestra que la Fiscalía mintió en el caso Hunter Biden: un significativo giro, en la dirección que Trump desea, por parte del líder parlamentario de la formación conservadora.