Esta mañana los soldados del Ejército libanés comenzaron a retirar los bloques de hormigón colocados por las tropas israelíes en la carretera de acceso a Kefarkela y otros pueblos de la frontera, ya sin presencia militar de Israel. Poco a poco, los vecinos, muchos de ellos desplazados por la guerra entre Hizbulah y el vecino sur desde hace un año y medio, han regresado a sus casas arrasadas por los bombardeos.
Este martes vence la prórroga establecida en el acuerdo de alto el fuego firmado el pasado 26 de noviembre y que establecía la retirada de las fuerzas israelíes del territorio libanés tras más de cuatro meses de ofensiva terrestre contra la milicia chií. Sin embargo, el gobierno de Beniamín Netanyahu ha asegurado que, por el momento, mantendrá cinco destacamentos cerca del muro fronterizo.
En ese sentido, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, aseguró en un comunicado que el Ejército israelí “permanecerá en una zona de amortiguamiento en Líbano en cinco puestos de control” para protegerse contra “las posibles violaciones del alto el fuego por parte de Hizbulah”.
Anunció también la construcción de nuevos puestos de control en el lado israelí de la frontera y aseguró que ya se han enviado refuerzos allí. “Estamos decididos a proporcionar seguridad total a cada comunidad del norte”, dijo el ministro.
“Siempre supimos que volveríamos, era cuestión de tiempo”, aseguró a bet365 Rana, de 18 años y local de Khiam, una de las poblaciones cercanas al muro israelí, donde Hizbulah tiene el apoyo de la mayoría de vecinos. “Tengo ganas de que nos dejen regresar a todos los lugares ocupados”, explica. “Aunque no quede una casa en pie, es nuestra tierra y la reconstruiremos”, añade la joven, estudiante de ingeniería química.
El recién formado gobierno libanés se ha opuesto a la decisión del gabinete hebreo y demandó “la retirada de todos los territorios libaneses ocupados”, según afirmaron las tres figuras políticas más importantes del país en un comunicado conjunto. El presidente de la República, Joseph Aoun, el presidente del parlamento, Nabih Berry, y el primer ministro, Nawaf Salam, representantes de las comunidades cristiana, suní y chií de Líbano mantuvieron una reunión de urgencia para valorar los siguientes pasos.
Añadieron, además, que “el Ejército libanés —quien ha de tomar el control de la región fronteriza, según lo establecido en el acuerdo— está cumpliendo su rol y está totalmente preparado para llevar a cabo su misión en la frontera“ con Israel. El texto también anuncia que Beirut ”se dirigirá al Consejo de Seguridad de la ONU, que adoptó la resolución 1701, para que tome las medidas urgentes necesarias contra las violaciones israelíes y obligue a Israel a retirarse inmediatamente a las fronteras, como exige la resolución internacional”.
En respuesta, las Naciones Unidas, cuyos cascos azules operan en el sur del país desde 2006, anunció esta misma mañana que cualquier mantenimiento de las tropas israelíes en suelo libanés, “constituye una violación de la resolución del Consejo de Seguridad”, aunque no especifica qué medidas pueden tomarse para garantizar la implementación del acuerdo, suscrito también por Estados Unidos y Francia.