Los argentinos dormían cuando el Vaticano anunció la muerte de Francisco pero muchos de ellos, al despertar en Buenos Aires, se dirigieron automáticamente a la catedral, donde a las ocho y media de la mañana se celebró la primera misa en memoria del Papa. A esa hora el templo ya quedó pequeño, al igual que todo el día, para acoger a una multitud conmovida de fieles que quería rezar por el pontífice argentino. Junto a la catedral porteña, en un modesto apartamento de la plaza de Mayo, el cardenal y arzobispo Bergoglio tuvo su residencia hasta que fue designado Papa en el 2013.
También temprano, desde el otro lado de la plaza, la Casa Rosada emitió un comunicado de condolencias del presidente Javier Milei que lamentaba la muerte del “primer argentino en llegar a liderar la Iglesia católica”. El líder ultraderechista no desaprovechó la ocasión para hacer una proclama antiabortista al destacar en el texto “la incansable lucha del Papado de Francisco para proteger la vida desde la concepción”.
Milei declaró siete días de luto oficial y anunció que viajará al Vaticano para participar en las exequias del Pontífice. Además, en su cuenta de X, el mandatario ultraliberal afirmó que “a pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí”. Milei, que visitó a Francisco varias veces, experimentó un giro radical en sus opiniones sobre el Papa a quien calificó de “imbécil” en el 2018, antes de llegar a la presidencia. Ese mismo año, el economista anarcocapitalista dedicó este tuit al Santo Padre: “Zurdo (izquierdista) hijo de puta que andás pregonando el comunismo por el mundo. Sos el representante del maligno en la casa de Dios”.
Aunque sin los insultos de Milei, la entonces presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, también menospreció a Bergoglio cuando fue nombrado Papa, pero no tardó en rectificar y lo visitó hasta en siete ocasiones. “Fue el rostro de una iglesia más humana, con los pies en la tierra sin dejar de mirar el cielo. Te vamos a extrañar Francisco, la tristeza que tenemos es infinita”, tuiteó ayer Fernández, quien durante su presidencia y la de su difundo marido, Néstor Kirchner, mantuvo agrias polémicas políticas con el entonces arzobispo de Buenos Aires.