Si se trata del primer milagro de Bergoglio después de su muerte o simplemente de una foto muy lograda, se verá pronto. Lo que es seguro es que dentro de la Basílica de San Pedro, con el féretro del Pontífice detenido bajo el baldaquino de Bernini, algo se movió en la negociación más compleja de los últimos años. Donald Trump y Volodímir Zelenski, que dos meses atrás habían discutido en directo en televisión desde el Despacho Oval, ayer, antes de que comenzaran las exequias en la plaza, tomaron dos sillas —utilizadas hasta pocos minutos antes por los prelados que velaban el cuerpo del Papa— y se pusieron a hablar con franqueza, pero sin animosidad. Según informa el New York Times , el líder ucraniano entregó una contrapropuesta al plan de paz que la administración estadounidense está promoviendo.
Como todo lo que sucede en la historia milenaria de la Iglesia, lo que parece pura improvisación tiene en realidad detrás una lógica y un trabajo previo. En este caso, la obra silenciosa la llevó adelante un monseñor italiano, Leonardo Speranza, regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, que al captar el movimiento a su alrededor proporcionó rápidamente dos sillas y se aseguró de dejar solos a los dos líderes. Espontaneidad, sí, pero no improvisación: un intento extremo de detener lo que ese hombre ahora sellado en un ataúd de ciprés llamaba “la tercera guerra mundial en pedazos”.
Tras la conversación, el presidente de EE.UU. cambia su relato: “Putin se está burlando de mí”
Antes del encuentro a solas, Trump y Zelenski habían sido acompañados por el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer, protagonistas también de otra fotografía igualmente inolvidable.
El otro “milagro” es que la conversación propiciada por monseñor Speranza fue, según todos los testigos, muy positiva. Las primeras imágenes las difundió el propio presidente ucraniano: “Fue un buen encuentro”, escribió Zelenski en Telegram, “altamente simbólico y que podría convertirse en histórico si se alcanzan resultados concretos”. La Casa Blanca habló de una interlocución “muy productiva”. Pero la verdadera novedad es que, al regresar a Washington, Trump cambió por completo su narrativa, poniendo en el punto de mira a Vladimir Putin y no a Zelenski, como había hecho hasta pocas horas antes: “No hay ninguna razón para que Putin haya lanzado misiles contra áreas civiles, ciudades y pueblos, en los últimos días. Me hace pensar que quizá no quiera detener la guerra, que sólo se está burlando de nosotros, y que debe ser tratado de otra manera, con ‘sanciones secundarias’ o ‘sanciones bancarias’. ¡Demasiada gente está muriendo!”, escribió en su red Truth Social.
El líder ucraniano entrega una contrapropuesta para un plan de paz aceptable
El Kremlin, sin una respuesta directa, intervino también, confirmando “la disponibilidad para negociar con Ucrania sin condiciones previas”. Sin embargo, los ataques contra el país invadido no se han detenido, mientras Moscú celebra la “victoria en Kursk”, la región rusa donde habían penetrado las tropas ucranianas.
Zelenski permaneció en Roma todo el día, participando en una serie de reuniones con Macron, Starmer, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Esta última, en un breve intercambio con Trump en el atrio de la Basílica, habría obtenido el compromiso de verse pronto para negociar sobre los aranceles. Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, también mantuvo un breve intercambio de opiniones con el presidente estadounidense.
Von der Leyen y Costa hablan en Roma con Trump: pronto una cumbre entre EE.UU. y la UE
Fuentes diplomáticas francesas confirmaron los avances: “Pretendemos proseguir el trabajo de convergencia entre Ucrania, el grupo E3 y Estados Unidos, para construir una tregua sólida, condición indispensable para una negociación de paz”.
En la foto falta Giorgia Meloni. La primera ministra italiana había hecho saber días atrás que no consideraba oportuno celebrar encuentros bilaterales en el margen de un funeral. Sin embargo, el encuentro entre los líderes junto al féretro del Pontífice asume para Meloni una dimensión casi trascendental: “Ver a Trump y Zelenski hablando de paz en el funeral del ‘Papa de la paz’ tiene un significado enorme, histórico”.