La bajada del turismo y la deriva de EE.UU. ponen en guardia a Barcelona
Menos visitantes
Los hoteleros alertan de la disminución ligera pero sostenida de clientes desde julio
Un grupo de turistas asiáticos, ayer por la tarde, frente a la Pedrera
No se ha encendido la luz roja de alarma, pero tampoco se respira euforia. Reina un ambiente de cautela y expectante en el sector turístico barcelonés. A la bajada de la ocupación –ligera pero sostenida– que viene registrándose desde julio pasado se añaden ahora las inciertas consecuencias de la política económica de Donald Trump. No en vano, el estadounidense es el grupo extranjero más numeroso de turistas de Barcelona –1,2 millones en 2024 doblando a británicos y franceses– el que más noches se queda y el que más gasta durante su estancia.
Los hoteleros prevén que entre el jueves y el domingo de Semana Santa ocupación en la ciudad se situará entorno al 85%, una cifra muy similar a la del año pasado, “pero debería ser ligeramente superior porque en 2024 Semana Santa cayó en mayo y ahora es más tarde”, mantiene Manel Casals, director del Gremi d’Hotels de Barcelona. Este estancamiento consolida una tendencia que empieza a preocupar a los hoteleros, la del descenso continuado de la ocupación que viene registrándose desde verano pasado.
En Semana Santa el sector prevé una ocupación del 85%, “pero al caer tan tarde, debería ser más alta”
Tras dos años de crecimiento continuo de todos los indicadores turísticos, el descenso de la ocupación que comenzó en verano pasado, de algo más de un punto cada mes, se vio compensado por un incremento del gasto del turista. Este escenario encajaba perfectamente con el discurso político actual, de menos turistas pero de más valor añadido, que defienden el gobierno municipal y Turisme de Barcelona. Sin embargo, en enero la ocupación hotelera fue del 62,8% (1,25 puntos menos que en enero de 2024) y en febrero de 74,2% (5,5 puntos menos que el mismo mes del 2024, probablemente condicionado porque el Mobile World Congress de este año se celebró un poco más tarde, en marzo) y el precio medio acumulado de estos dos meses fue inferior: 6,2 euros menos. Con todo, el inicio de 2025 consolida la tendencia a la baja de la ocupación y se añade la de los precios. “Y, a la espera de datos oficiales, parece que en marzo y abril seguiremos la misma línea”, añade Casals.
A ello se suma ahora la incertidumbre por el futuro del mercado estadounidense. De momento no se han registrado anulaciones de reservas destacables, pero el mercado turístico es sensible a muchos factores, tanto internos –léase campañas antiturísticas a nivel local– como externos, ya sea por crisis económicas o de seguridad.
Buenas expectativas en las zonas de playa
La Costa Daurada y las Terres de l’Ebre, incluidas las comarcas de interior, prevén una alta ocupación esta Semana Santa. Los hoteles, campings y apartamentos esperan ocupar entre el 80% y el 90% de las plazas abiertas, según la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de la Provincia de Tarragona (FEHT). El turismo deportivo, con previsión de atraer a unas 45.000 personas entre deportistas, técnicos y familias, se consolida como uno los grandes revulsivos del litoral tarraconense. “Esto provoca que esta Semana Santa tengamos asegurada una alta ocupación desde hace días; ya no dependemos del clima o de si hay nieve o no en el Pirineo”, destaca Berta Cabré, presidenta de la FEHT. Han abierto más hoteles en la Costa Daurada (unas 10.000 plazas más que en la Semana Santa del 2024) y la ocupación media rondará el 85%, con una punta del 90% entre jueves y domingo. En la Costa Brava se augura una ocupación media superior al 85% los días festivos, y en algunas zonas de interior, como Girona ciudad o el litoral norte, algunos hoteles prevén colgar el cartel de completo. El perfil mayoritario es el de familias y parejas de mediana edad del área de Barcelona y franceses. Solo la celebración del torneo internacional de futbol base MIC moviliza a más de 10.000 personas de 44 países. Por lo que respecta a las zonas de interior y montaña, se espera estos días una ocupación menor. Esteve Giralt/Sílvia Oller
El Gremi está pendiente ahora de tres elementos: la salida o no de turistas de Estados Unidos (que hasta día de hoy no se ha visto comprometida), la oportunidad que se abre si mercados como el chino o el propio europeo, por ejemplo, deja de viajar a Estados Unidos y busca destinos alternativos en Europa y, en tercer lugar, reenfocar estrategias. “Tenemos que ser capaces de trabajar otros mercados como el de Japón, Corea, China, India... ya lo sabíamos pero esta situación lo hace más evidente”, añade Casals.
Las previsiones de la Associació d’Apartaments Turístics de Barcelona (Apartur) son ligeramente más optimistas que las hoteleras y se sitúan en el 90% durante Semana Santa, con lo que esperan alojar a unos 40.000 turistas que vendrán principalmente de Alemania, Estados Unidos y Polonia.