Barcelona Global publicó en el 2020 un informe en el que se abogaba por “reeconomizar” el centro de la capital catalana dando nuevos usos a edificios singulares vacíos o con escasa actividad. A partir de una primera aproximación, la entidad planteaba trasformar 18 inmuebles o solares públicos y privados de diferente tamaño, pero en general grandes, para atraer nuevas inversiones empresariales y tratar de frenar el predominio del comercio despersonalizado y la gentrificación fruto, en gran medida, del turismo de masas. El Ayuntamiento recogió el guante. Hoy, cinco años después, algunos de estos lugares cuentan con proyectos que deben revitalizar su entorno. Pero otros siguen igual, desaprovechados.
El último ejemplo positivo es el del teatro Capitol, en la parte alta de la Rambla, que data de 1926 y se cerró en el 2020. Pasará a manos municipales para reabrir en el 2027 con sus dos salas de espectáculos, según anunció el lunes el alcalde Jaume Collboni, tras cerrar un acuerdo de cesión con la propiedad, la firma madrileña Torcalena. El inmueble además acogerá los servicios centrales del Consorci de Biblioteques. La operación busca conservar el atractivo cultural del más popular de los paseos de la ciudad que desde hace muchos años se ha alejado de los barceloneses porque se ha consagrado al turismo. Su reforma en curso, que se prevé finalizar ese mismo año, pretende devolverle el atractivo perdido.
Otro edificio de la Rambla, junto al Portal de la Pau, la antigua Foneria de Canons, del siglo XVII, cuenta con un proyecto, de la mano de la Generalitat, que también el 2027 prevé abrir un centro de cultura y arte digitales.
En cambio, un poco más arriba, el Principal, el teatro más antiguo de la ciudad –el actual inmueble es de 1788– permanece cerrado desde el 2017. Y eso que cuenta con un plan especial aprobado hace tres años para dedicarlo, sobre todo, a las artes audiovisuales e inmersivas. El dueño es Inversiones Hoteleras Atir, que lidera José María Trénor (hoteles Praktik), que dispone de dos licencias de obras, para la fachada y el interior. Los promotores que se ocupan de su gestión abogan porque “el espacio sea una sede cultural con actividad económica que acompañe a la alta inversión que se requiere” ya que “la degradación de tantos años obliga a realizar una reforma integral de los diferentes espacios, lo que obliga a trabajar la colaboración público-privada”.
El Ayuntamiento juega un papel clave en la recuperación de algunos inmuebles
La Via Laietana es el otro gran eje de Ciutat Vella a punto de culminar su reforma. El Palacio del Cinema, del Grupo Balañá, de 1923 y cerrado desde el 2001, está en obras para renacer como complejo de oficinas con bajos comerciales. Los antiguos juzgados de los números 8-10 se van a reformar para que el Ayuntamiento traslade oficinas. También tiene proyecto la sede de Correos, de 1928, al final de la avenida, que mantiene dependencias del servicio postal, pero tiene un proyecto para convertirse en hub de empresas tecnológicas impulsado por la Zona Franca y el Ayuntamiento. Divergencias en la valoración del inmueble han frenado su transformación.
En la otra punta de la Via Laietana, en la confluencia con Jonqueres, el edificio que acogió el Casal de Previsió, proyectado por Enric Sagnier y estrenado en 1920, está sin uso desde que Núñez i Navarro lo adquirió en el 2002. Su intención era convertirlo en un hotel, pero el plan de usos de Ciutat Vella lo impidió. Desde hace pocas semanas se hacen obras en el interior, básicamente de limpieza, según han confirmado fuentes de la inmobiliaria, pero aún no tiene proyecto. La parte que da a Amadeu Vives, que eran viviendas, se está reformando y mantendrá el uso residencial.

El teatro Principal se encuentra en la parte baja de la Rambla
En la plaza Catalunya otro edificio ha captado durante años la atención. Se trata del Banco de España, en la esquina con Portal de l’Àngel, de 1955. El organismo, según adelantó su gobernador, José Luis Escrivá, en una entrevista reciente en bet365 , tiene previsto ubicar allí su centro de innovación, en el que se ensayarán nuevas tecnologías en el ámbito de las finanzas y la economía y se desarrollarán entornos de pruebas con inteligencia artificial.
De nuevo cerca del puerto, la Antigua Aduana, en el Pla de Palau, conjunto de finales del siglo XVIII, es probablemente el ejemplo más destacado de edificio público sin uso, símbolo de dejadez institucional. Fue la sede de la Delegación del Gobierno en Catalunya hasta el 2008, cuando se cerró para realizar unas reformas en la estructura que no se completaron. La representación gubernativa está desde entonces en el Palau Montaner, de la calle Mallorca y no hay previsión de que regrese.
La Antigua Aduana, en el Pla de Palau, es el inmueble que mejor simboliza la dejadez institucional
Otra Aduana, la conocida como Nueva, en el paseo de Josep Carner, frente a los muelles portuarios, también de Sagnier y construida a caballo de los siglos XIX y XX, está activa, pero dispone de mucho más espacio del necesario, por lo que en repetidas ocasiones se ha planteado que tenga otros usos. Este imponente edificio estatal alberga la administración de Colom de la Agencia Tributaria, la de Aduanas e Impuestos Especiales así como el laboratorio regional de Aduanas de Catalunya.
A escasos metros, en el Portal de la Pau, se está reformando la sede histórica del puerto, otro edificio sin uso desde el 2010, cuando se planteó su reforma y la entidad se trasladó al World Trade Center. Construido en 1907 para acoger la estación marítima y el restaurante Mundial Palace, está en la fase final de obras y acogerá el año que viene el Port Center, un equipamiento de divulgación del puerto, así como actos institucionales.

La transformación del edificio de Correos está encontrando dificultades
Dos edificios más pequeños de Ciutat Vella se incluyeron en el informe de Barcelona Global y siguen sin cambios. El barroco Palau Dalmases, en la calle Montcada, propiedad de Mariana Fontcuberta, que acoge actuaciones de flamenco y eventos, y Metrònom, junto al antiguo mercado del Born, de 1918, que fue almacén de la Compañía de Industrias Agrícolas. Es del empresario y coleccionista Rafael Tous y se dedica a exposiciones y actos culturales.
Tras la recuperación del Hivernacle y del Museu Martorell y con la puesta al día del Umbracle en previsión, queda por reformar otro edificio singular del parque de la Ciutadella, el Castell dels Tres Dragons, el café-restaurante modernista de la Exposición Universal de 1888 proyectado por Lluís Domènech i Montaner, que acoge dependencias del Museu de Ciències Naturals para investigadores. En otoño se iniciará la rehabilitación del exterior. En el futuro se integrará en la Ciutadella del Coneixement como centro de divulgación científica.
Cines y teatros tienen serias dificultades para reabrir o reformarse para actualizar sus usos
Enfrente, en el solar del paseo Lluís Companys donde hasta el 2009 estuvieron los juzgados, se alzará la nueva Audiencia de Barcelona, que se prevé abrir en el 2030, según acordaron a principios de año el Ayuntamiento y la Generalitat. Este espacio fue reclamado por los vecinos y por el anterior gobierno municipal de Ada Colau para equipamientos de barrio –se propuso el CAP del Casc Antic– y vivienda pública.
Al otro lado de la Ciutadella, en la calle Wellington, se mantiene en pie pero abandonado un bloque de viviendas militares que perteneció a los antiguos cuarteles Jaume I y Roger de Llúria, de finales del siglo XIX. Pertenece a la Universitat Pompeu Fabra (UPF), que todavía no tiene plan para aprovecharlo. Ahora se centra en la construcción del complejo de investigación del Mercat del Peix, que está justo al lado. En la mazana contigua, en el actual parque móvil del Estado, también está previsto que se alce un centro científico, en este caso del CSIC.

Algunas instalaciones de la estación de França están infrautilizadas
La estación de França, joya de la arquitectura ferroviaria, de 1929, es otro espacio con usos cuestionados desde hace años. Pero Adif y Renfe lo quieren mantener, aunque tenga pocos trenes, porque forma parte de una área que es clave para la operación del sistema.
Otro lugar con usos esporádicos para es la plaza de toros Monumental, inaugurada en 1916, que celebró la última corrida en el 2011 y ahora acoge principalmente fiestas de música electrónica. El viejo coso es del Grupo Balañá, igualmente propietario del Palau Balañá, en Sants, de 1965, que cuando cerró, en el 2020, era el cine más grande de Barcelona y carece de proyecto. El Rex, en la Gran Via, con el mismo dueño, abierto en 1940 y clausurado el 2010, tiene un horizonte aún más incierto ya que está sobre una zona de transformación a parque urbano.
La estación de França y las Aduanas Nuevas mantienen funciones que sus propietarios consideran necesarias
En la lista de Barcelona Global también figuraba el solar municipal de la plaza de las Glòries donde se planeó edificar el rascacielos Ona para oficinas del Ayuntamiento, que fue desestimado.
Las Tres Xemeneies del Paral·lel, construidas entre 1881 y 1912, que albergaron la compañía de electricidad La Canadenca y fueron cerradas por Endesa en el 2012, lo tienen mejor. Conren Tramway promueve un complejo de oficinas en el edificio más alto –las obras se prevén iniciar el 2026– y el Ayuntamiento trasladará su centro de emergencias al más pequeño. También tiene el futuro más claro el Palau Municipal d’Esports. El alcalde Collboni lo acaba de incluir entre los equipamientos deportivos de su plan para revitalizar Montjuïc.