El Ayuntamiento de Barcelona instaló estos días una decena de papeleras inteligentes en los alrededores del templo de la Sagrada Família. Tal y como informan fuentes del Consistorio, son unas papeleras dotadas de un sistema de autocompactación que permiten recoger sin que se desborden hasta cinco veces más residuos que las papeleras convencionales de siempre. Con la llegada de la Semana Santa arranca la temporada de mayor uso del espacio público de la urbe, y también de sus papeleras.
Hablamos de una capacidad de hasta 1.300 kilos. Los barrenderos del Ayuntamiento únicamente han de vaciar este tipo de dispositivos una o dos veces al día, mientras que los antiguos requieren siete u ocho viajes por jornada. De esa manera, mientras se reduce el tráfico de los vehículos de los servicios de limpieza, los empleados del servicio de limpieza pueden dedicarse a otros menesteres.
Tienen sistemas de autocompactación y recogen cinco veces más residuos que las convencionales
Además, estas nuevas papeleras inteligentes funcionan con energía solar, tienen una vida útil de aproximadamente diez años y también disponen de un sistema de alarma que advierte a los responsables de este servicio cuando se encuentran a punto de rebasar sus límites. Ello permite ajustar aún más los trabajos de recogida.
Aquí, en los alrededores del templo de la Sagrada Família, estos nuevos artilugios remplazarán una veintena de unidades dobles de toda la vida. La sustitución se realizará de una manera progresiva. Se trata de una de iniciativa del gobierno del alcalde Jaume Collboni enmarcada en el plan Endreça y destinada principalmente a mitigar algunos de los inconvenientes de la presión turística en el espacio público.

Una de las nuevas papeleras
“Estas papeleras son una de las medidas previstas en el Plan de acción del Espacio de Gran Afluencia (EGA) de la Sagrada Familia (2024-2027) –abundan las fuentes municipales–, un conjunto de 37 acciones con un presupuesto de 15,4 millones de euros muy trabajadas con entidades, vecinos y demás agentes del barrio. Su objetivo es mejorar el espacio público, que en esta parte del Eixample tiene un uso especialmente intensivo. La EGA de la Sagrada Família es una de las tres primeras que el Ayuntamiento ha definido para gestionar el fenómeno turístico”.
El ejecutivo del alcalde Collboni ya mandó probar la eficacia de estos nuevos dispositivos en un lugar especialmente visitado, transitado y en demasiadas ocasiones masificado, nada más y nada menos que en la Rambla, y también en algunos puntos del barrio de la Barceloneta y del litoral barcelonés, junto a los restaurantes que se levantan frente a la playa de Bogatell y delante de la de Nova Icaria. La instalación de estos dispositivos en los puntos con mayor afluencia de visitantes de Barcelona se está llevando a cabo de manera gradual porque cada uno de ellos cuesta alrededor de 5.000 euros, y el Ayuntamiento quería asegurarse de que no se atascaban cada dos por tres. Al parecer, al menos hasta ahora, las nuevas papeleras con sistema de autocompactación están cumpliendo las expectativas municipales, y no suelen atascarse más de una vez por semana.
La verdad ya hace unas cuantas semanas que si uno pasea por los rincones más frecuentados de la ciudad comprobará cómo a cada rato muchas papeleras convencionales están como poco hasta los topes, rebosantes de latas de refrescos, restos de comida comprada para llevar y una barbaridad de envases de todo tipo en formato individual.
A veces los vasos de plástico, las tarrinas de los helados y las cajitas de los pasteles desafían la gravedad y hasta componen equilibradas estructuras que se levantan unos cuantos centímetros por encima de los bordes de la papelera en cuestión. En otras ocasiones quedan desparramados por el suelo. Las unidades con sistema de autocompactación acostumbran a presentar un aspecto mucho más digno.