Un centenar de alumnos de escuelas de arte e institutos de bachillerato artístico de Lleida y Tàrrega participan en el proyecto 'Ágora Cómic', impulsado por el Institut d'Estudis Ilerdencs(IEI) con el objetivo de hacer valer el cómic como herramienta pedagógica.
La iniciativa incluye una sesión teórica y ocho talleres prácticos en los que los estudiantes crean una historia ilustrada de cuatro páginas basada en algún hecho de su memoria familiar. Así, los jóvenes se enfrentan a varios retos narrativos, como la elaboración de un guión, la planificación de páginas y viñetas, y la definición del mensaje a comunicar, según el guionista y crítico de cómics Pepe Gálvez, encargado de impartir los talleres junto a Ramon Serra Massana y Toni Guiral.
El proyecto arrancó con una sesión teórica en la Universidad de Lleida (UdL) sobre la historia y el lenguaje del cómic, a cargo del historiador y divulgador de tebeos Toni Guiral, y continúa con ocho sesiones prácticas en las que los alumnos, distribuidos por grupos, trabajan en la creación de un cómic de cuatro páginas con una temática definida previamente con sus profesores.
Mercè y Maria, del instituto Màrius Torres de Lleida, son dos alumnas que participan en esta iniciativa, que ven como una muy buena “oportunidad” de aprender la técnica del cómic de la mano de profesionales. Pese a que reconocen ser poco lectoras de cómics, aseguran que la experiencia les está sirviendo para aprender y saber cómo “organizar mejor una historia”.
En su caso, han decidido explicar en viñetas las peripecias de unas setas que realizan un viaje familiar en un coche que resulta ser un caracol. “El tono de la historia no es muy serio. Alguien se olvida algo en casa y se quedan sin gasolina, pero al final llegan a su destino, que es la casa de la madrina”, explica Mercè.
Los talleres se imparten en la Escola Municipal d'Art Leandre Cristòfol, en Lleida, donde participan alumnos de este mismo centro, del instituto Màrius Torres y el colegio Episcopal; y también en la Ondara-Escola d'Art i Superior de Disseny de Tàrrega. En su primera edición, un centenar de alumnos se han sumado a la iniciativa.

Una alumna trabajando en un cómic.
Durante el proceso de creación, los alumnos han trabajado su idea en esbozos, han decidido si hacen el cómic en color o en blanco y negro, y han empezado a plasmarlo en viñetas. Según Gálvez, ha sido necesario enseñarles a cómo comunicar, a planificar las páginas ya elegir los elementos de cada viñeta. “Descubren un terreno nuevo y que de una página en blanco saldrá una historia”, destaca.
Uno de los promotores del proyecto, el dibujante y periodista Alfons López, destaca que la iniciativa permite utilizar el cómic como herramienta pedagógica de comunicación y enseñanza. En este sentido, López señala que la capacidad de síntesis de ese género narrativo permite a alumnos y profesores trabajar mejor la utilización del lenguaje a la hora de abordar un tema.
“El cómic es adulto y ya no es solo para el entretenimiento. Se hace ensayo político, biografía, historia contemporánea o memoria histórica, y nos sirve a todos los niveles, desde la universidad hasta los ciclos formativos”, señala López, quien también reivindica el potencial del cómic en el entorno catalán, español y europeo, su juicio, “a menudo eclipsado”.
El director del IEI, Andreu Vàzquez, explica que la organización de esta iniciativa responde a la voluntad de promover la participación de los jóvenes en las actividades que impulsa la institución. Asimismo, señala que la colaboración de la UdL en el proyecto, mediante el Instituto de Ciencias de la Educación (ICE), permite utilizar el cómic como un aprendizaje académico.
Además, según el coordinador del profesorado de secundaria y bachillerato del ICE de la UdL, Anton Not, el proyecto ofrece a los docentes de bachillerato una actividad formativa basada en “considerar al cómic un medio adulto y valioso para trabajar en las aulas cualquier temática, como las matemáticas, filosofía, biología o arquitectura”.
Los mejores cómics creados por los alumnos se expondrán en la Escuela Municipal de Arte Leandre Cristòfol de Lleida en octubre, según explica el director, Carles Bordons.