La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, acudió ayer a declarar como testigo en la causa de la dana que instruye la jueza de Catarroja. Veinticuatro horas más tarde, la dirigente socialista presentará su candidatura para liderar orgánicamente el partido en la ciudad de València, una de las plazas más complicadas para el PSPV en los últimos años.
Ambos escenarios -la declaración en la Ciudad de la Justicia de València y la presentación formal de su candidatura en La Petxina- son indisociables, pues ha sido la crisis de la dana la que catapulta a Pilar Bernabé a la secretaría general del partido e, indirectamente, a colocarse como virtual cartel electoral del PSPV al Ayuntamiento de València.
Bernabé también debe ayudar a coser las heridas internas que se han visto en las primarias provinciales
También es importante el momento en que Bernabé da el paso pues lo hace, como marcan los estatutos, después de un fin de semana de confrontación interna en el cónclave que ha ratificado a Carlos Fernández Bielsa como secretario general del partido en la provincia de Valencia y que ha evidenciado la fractura abierta durante este proceso.
La irrupción de Bernabé debe servir para suturar las heridas provocadas en las primarias entre los partidarios del alcalde de Mislata y el de Riba-roja del Túria que ha dejado tocado al partido en el momento más inoportuno cuando el PP valenciano más está sufriendo el desgaste de su líder Carlos Mazón, precisamente, por la gestión de la dana del pasado 29 de octubre.
Una ruptura orgánica que se manifestó muy claramente el pasado sábado en la votación de la ejecutiva de Bielsa que tuvo un 45% de voto en blanco (no se podía votar en contra) y que deja patentes también las debilidades de la secretaria general del PSPV, Diana Morant, que, primero, no pudo destronar al de Mislata, ni después, tras la derrota, pacificar el partido. Para paliar esa fragilidad, Morant necesita ejercer esa especie de ticket electoral con Bernabé. El cartel electoral de la ciudad de València es clave en el tablero político autonómico ya que el cap i casal concentra el 15,4% del censo electoral en unas elecciones a la Presidencia de la Generalitat Valenciana. De hecho, cuando la izquierda ha ganado el Ayuntamiento de València, se ha hecho también con el gobierno autonómico.
La ciudad se ha convertido en una plaza complicada para los socialistas. El auge de su competidor más directo, Compromís -Joan Ribó logró la Alcaldía en 2015 y repitió en 2019-, ha lastrado las opciones del PSPV. Así, pese a que los socialistas han ido mejorando desde los 58.338 votos de 2015 a los 78.655 de las últimas municipales (2023), lo cierto es que todavía se mueven bastante por debajo de la media de voto autonómica.
València concentra más de un 15% del voto autonómico: cuando la izquierda ha ganado el Ayuntamiento, se ha hecho también con el Consell
Si en las regionales del 23 lograron un 29,07% en toda la Comunidad Valenciana, en las urnas de la ciudad de València se quedaron en el 24,64%, cuatro puntos y medio menos. Un agujero que el PSPV quiere empezar a taponar con el liderazgo de Pilar Bernabé. La jubilación de Ribó es una ventana de oportunidad para la marca del puño y la rosa pensando en 2027.
Con todo, la apuesta por la delegada del Gobierno no deja de ser arriesgada. La representante del Ejecutivo ha ganado protagonismo tras la dana, tanto que son varias las partes personadas en la instrucción que han pedido su imputación. De momento, la jueza de Catarroja que instruye la causa lo ha desestimado, aunque no eran pocas las voces dentro de su propio partido las que alertaban que en cualquier momento la situación judicial de Bernabé podría pasar de testigo a investigada.
Tras las reticencias iniciales de la actual dirección de la ciudad, se ha optado por trabajar con la delegada
Un argumento al que incluso se llegaron a aferrar los actuales dirigentes del partido en la ciudad que no tenían intención, hace algunos meses, de ceder su centro de mando a la delegada del Gobierno. Incluso amenazaban con unas primarias contra la que fuera su compañera en el plenario del Consistorio, convencidos de su resiliencia orgánica. Sin embargo, con el paso de las semanas esas reticencias de los que comandan ahora el grupo municipal en el Ayuntamiento se han ido disipando hasta el punto que ya nadie se atreve a toser a Bernabé a la que se le ha puesto una alfombra roja para que acceda a la secretaria general del partido en la ciudad de Valencia. “Todos hemos entendido que era mejor trabajar juntos pues nadie entendería otra cosa”, señalan fuentes del grupo municipal.
Todo con la esperanza de que el tirón de Bernabé sirva para recoser una provincia dividida y que ayude a la ministra de Innovación, Ciencia y Universidades en su carrera electoral.