
Vivir en lugares extraordinarios - Capítulo 4
Más de medio siglo después, la infraestructura espacial es esencial para mantener nuestra forma de vida en la Tierra. Además, los avances tecnológicos y la creatividad permiten cada vez más innovaciones en la forma en la que llegamos o, incluso, habitamos el espacio.
Innovaciones como las que ofrece , una empresa aeroespacial creada en 2011 por dos jóvenes universitarios españoles con el objetivo de lograr lanzar pequeños satélites al espacio. Desde 2019, PLD Space desarrolla con la Agencia Espacial Europea una tecnología que permitirá recuperar y reutilizar los cohetes espaciales, el único vehículo que solo hace un viaje de ida a lo largo de su vida. De este modo, por un lado, se incrementará la rentabilidad y, por otro, se evitará que los restos de los cohetes a los que se ha dado uso se conviertan en residuos.
Hace dos años, la compañía lanzó el cohete reutilizable Miura 1, el primero desarrollado y fabricado en España, que convertía a nuestro país en el décimo del mundo con capacidad de lanzamiento de cohetes al espacio. El próximo y más ambicioso objetivo, está en la puesta en órbita a finales de 2025, del Miura 5, que promete ser la antesala del inicio de la actividad comercial de la compañía. Tanto PLD Space como Repsol están trabajando para que este cohete esté impulsado por , el bioqueroseno. Un combustible renovable que se usa para la aviación que está producido a partir de residuos orgánicos, como aceites de cocina usados, y en el futuro también podrá desarrollarse con hidrógeno renovable y CO₂.
La llegada del hombre a la Luna, vivida desde la estación de la NASA en Madrid
Éxitos como los de PLD Space son el resultado de la creatividad y la apuesta por la innovación de todo su equipo de trabajo, pero también de décadas de esfuerzo e investigación de profesionales como Carlos González Pintado, quien trabajó durante 43 años en la NASA y, desde España, tuvo un papel esencial en la llegada de Neil Armstrong y Buzz Aldrin a la Luna.
En aquel entonces, Carlos estaba encargado del departamento de radiofrecuencia de la estación de la NASA de Fresnedillas de la Oliva, en Madrid, y era el responsable de que la transmisión de audio entre el Apolo XI y Houston no se interrumpiera en ningún momento. La historia ha demostrado que su trabajo fue inmejorable. “Yo supe antes que nadie que Neil Armstrong había posado el módulo lunar con éxito”, nos contaba Carlos. El sonido pasó por la estación Fresnedillas medio segundo antes de llegar a Houston.
El día a día en la Estación Espacial Internacional
En sus 43 años de labor en la NASA, Carlos González fue testigo de los extraordinarios cambios de la vida en el espacio y conocía perfectamente cómo es la rutina diaria de los astronautas. La Estación Espacial Internacional, que orbita a 400 kilómetros sobre la superficie terrestre, es el campo de pruebas en el que se realizan los experimentos de gravedad reducida y se estudian los efectos en las personas de la vida en el espacio. Allí, nos decía, “está todo planificado”. Su rutina deja poco tiempo a la inacción: “Hay un plan de trabajo y los astronautas siempre tienen cosas que hacer; montones de experimentos, de fotografías que sacar”.
Pero ¿cómo se dota a la Estación Espacial Internacional de la energía necesaria que permite vivir en ella? Los paneles solares son la clave, tal y como contaba Carlos, ya que son los encargados de convertir la luz solar en energía. “Estamos muy cerca del Sol y es una ventaja grandísima”, destacaba. La energía generada alimenta todos los sistemas vitales de la estación espacial internacional como los de sistemas de oxígeno, filtrado de CO₂, instrumentos científicos y experimentos, comunicación y ordenadores, iluminación y control térmico.

Raúl Verdú, fundador de PLD Space
El trabajo de empresas como PLD Space no sería posible sin el espíritu pionero de quienes, como los astronautas del Apolo XI y los miles de científicos e ingenieros que los apoyaron, se atrevieron a soñar en grande. Su labor, combinada con décadas de investigación e innovación, ha permitido que hoy podamos desarrollar tecnologías avanzadas que nos acercan cada vez más al espacio.

Carlos González (1946-2024), antiguo Jefe de Operaciones en MDSCC de Nasa, posando en su casa
Porque, como hemos podido comprobar, el ser humano es capaz de superar sus propios límites. El desierto, el agua, el hielo o el espacio son entornos que, con la ayuda de la energía, se convierten en lugares habitables, a la par que extraordinarios. El esfuerzo, la capacidad de adaptación y el uso de los recursos naturales hacen que, en cualquier parte del planeta, incluso fuera de él, las personas sean capaces de generar un lugar para compartir, para aprender, para experimentar y para avanzar, que las personas sean capaces de vivir en lo extraordinario.