Inspira. Espira. Sabemos cómo hacerlo, pero apenas nos damos cuenta de cuándo y cuántas veces lo hacemos al día. Pocos saben que solo en un minuto inspiramos y espiramos entre cinco y seis litros de aire por minuto, lo que arroja entre 20 y 25.000 respiraciones por jornada. Gracias a este proceso, el cuerpo humano es capaz de funcionar.
Sin embargo, a pesar de que hacemos un gesto completamente involuntario y que, a pesar de ello, no realizamos correctamente. Un problema del que tampoco somos plenamente conscientes, pero que tiene una grave consecuencia: no damos el oxígeno necesario al nuestro cuerpo.

No tan solo es necesario respirar por la nariz sino que hay que hacerlo de forma correcta
Así lo confirma Sol De la Torre, experta en respiración, que alerta de que el 90% de la población a nivel mundial tiene una respiración disfuncional. Una problemática que provoca problemas como una fatiga extrema, la dificultad para realizar actividades cotidianas, sensaciones de mareos, fomenta la ansiedad e incluso puede provocar ataques de pánico en un momento dado.
La experta conversa con la periodista Tania Llasera en su podcast, Upeka, sobre cómo los seres humanos se adaptan al medio y a sus circunstancias, gracias a la respiración. No solo para seguir vivos como especie, sino también a nivel de salud mental.

Sol De la Torre, experta en respiración funcional: “No solo respiramos mal, sino que hacemos más veces de lo necesario”.
De la Torre confirma que con un entrenamiento se puede llegar a respirar bien y dormir mejor, lo que garantiza un mejor descanso que impacta en nuestra salud emocional. No solo eso, sino que nuestro cerebro se vale de nuestra respiración para según qué cosas relacionadas con nuestra psique.
“Cuando respiras mal mueve el pecho y empeora el dolor de cabeza, el estrés y la ansiedad”, explica De la Torre, que confiesa que vivió con “el peor estrés y la ansiedad que se puede tener”, que es “el silencioso” que va creciendo por dentro. “Tenía el peor bruxismo, mi dentadura parecía una máquina de escribir. Tecleaba todo con los dientes. Por la noche se me desencajaba la mandíbula”, revela.

Sol De la Torre, experta en respiración funcional: “La exhalación siempre tiene que ser más larga para contrarrestar el estrés”.
“Cuando el estrés se mantiene en el tiempo, produce inflamación. La respiración es la herramienta que más a mano tenemos para poder suavizar todo esto”, confiesa la experta. “Aunque sea gratis, depende de nosotros, lo que lo hace fácil, pero no sencillo. Cuando tenemos emociones muy difíciles de gestionar, el cuerpo congestiona la nariz para suavizarlas”.
La experta insiste: “Hay que soltar. Cuando empezamos a prestar atención a la respiración, te ancla en el aquí y ahora. Si dejas la respiración, no estás en ese momento. Cuando vuelves a la respiración, vuelves a reconectar contigo”.
Sol de La Torre: “La respiración es la herramienta que más a mano tenemos para poder suavizar el estrés”
La experta enseña, junto al también experto en respiración Rubén Sosa, los trucos para poder respirar bien. No solo nasalmente, sino “funcionalmente”, que engloba todo el proceso completo. De la Torre lo define como “LLDS” (que responde a Lenta, Larga, Diafragmática y Silenciosa): “Una respiración más lenta, profunda; con una exhalación más larga. Además que siempre ha de ser silenciosa”, explica.
Como aporta Sosa, para una respiración profunda hecha correctamente, el pecho no se ha de mover y sólo se funciona con el diafragma. “A veces la gente incluso tiene hasta agujetas”, explica, refiriéndose al músculo más importante en el ejercicio de la respiración. “Cuando no se trabaja, se atrofia”, añade Sol De la Torre. “Cuando se tiene una inhalación correcta, el diafragma se expande a lo ancho. Cuando expulsa, impulsa el aire hacia fuera”.

Sol De la Torre, experta en respiración funcional: “La exhalación siempre tiene que ser más larga para contrarrestar el estrés”.
Respirar correctamente es tan importante que es determinante en nuestra capacidad de realizar nuestras actividades cotidianas. Como dice Sosa, si respiras mal “el oxígeno no llega bien a las células y vas a tener menos energía”, explica el experto, que añade que puede que se consuma hasta “la mitad de energía en el día a día”. No solo eso, sino que también determina nuestra salud emocional. “El cuerpo tiene tendencia a hacer adaptaciones para que podamos seguir vivos”.