Según un ranking publicado en 2022 por la revista Forbes, la ciudad de ղèԳ es la mejor ciudad del mundo para vivir. Tan solo uno de los muchos logros que la capital mediterránea ha acumulado durante los últimos años: desde su elección como Capital Mundial del Diseño y Capital Europea del Turismo Inteligente -también en 2022- hasta su actual reinado como Capital Sostenible Europea. ¿Las razones? Tantas como excusas para visitar la ciudad del Túria y las à.
A sus 300 días de sol, una huerta que actúa como extensión de la propia ciudad y un sinfín de propuestas culturales, se suman los esfuerzos por convertir ղèԳ en el espejo de otras muchas urbes del mundo: las medidas de conservación han aumentado, la tradición suspira entre barracas y huertos, y la configuración urbana ha convertido a la bicicleta en la mejor aliada.
Nos perdemos por los lugares y motivos que han convertido a ղèԳ en la Capital Verde Europea 2024.
Todo empieza en el Jardín del Túria

Jardín del Túria, ղèԳ
El corazón de ղèԳ florece en forma de jardines y zonas verdes contenidos en casi cinco millones de metros cuadrados. Sin embargo, cuando hablamos de emblema sostenible, todas las miradas apuntan al Jardín del Túria, considerado como el parque urbano más largo de Europa al contar con casi diez kilómetros que discurren entre la Ciudad de las Artes y las Ciencias y el parque de Cabecera. El antiguo cauce del Túria conforma hoy un recorrido a descubrir en bicicleta antes de pararse bajo los árboles a leer un libro. Aquí, naturaleza y urbanismo nunca conversaron tan bien.
De parque natural a parque natural

Atardecer en el parque natural de la Albufera en ղèԳ
No solo es verde el corazón de ղèԳ: también sus alrededores protegen la ciudad en forma de dos parques naturales donde perderse. Si asciendes por el río alcanzarás el parque natural del Túria, un conjunto de hábitats naturales en torno a un yacimiento de la edad de bronce y los restos de un antiguo acueducto de la época romana. Por otro lado, si desciendes al sur, alcanzarás la icónica Albufera, un conjunto de marismas tapizado de cañares, antiguas barracas y pueblecitos como El Palmar, ideal para degustar una paella envuelto por paisajes donde el silencio tan solo se ve interrumpido por el vuelo de una garza.
Una Huerta eterna

Naranjos en la Huerta de ղèԳ
En mitad de un surco, los nuevos dueños de una antigua alquería contemplan el mar de naranjos a lo lejos. “Hay lechugas”, dice un grafiti; tantos productos frescos en el Mercado Central y una despensa natural de hasta 120 kilómetros cuadrados donde manos sabias acarician la tierra y las acequias murmuran sigilosas entre las palmeras. La Huerta de ղèԳ no solo conserva su memoria en forma de perfecta transición verde, sino que invita a sumergirse en su legado a través de visitas, degustaciones y festivales de arte que celebran como pocos otro de los mantras de ղèԳ,L’Horta Aporta.
Un centro histórico a recorrer en bicicleta

Un ciclista frente a la catedral en la plaza de la Mare de Déu de ղèԳ
ղèԳ cuenta con 160 kilómetros de carril bici por toda la ciudad, de ahí que puedas acceder a casi cualquier lugar sobre dos ruedas, incluyendo el casco urbano. El centro de la ciudad ha sido peatonalizado poco a poco y moverse entre iconos como su lonja de la Seda o la catedral en bicicleta supone la mejor garantía de compromiso con el medio ambiente y un turismo más responsable. Tan solo una de las muchas medidas que impulsa la ciudad de ղèԳ a la hora de reducir la huella de carbono y alcanzar su total neutralidad para 2030.
El arte como extensión

El Centre del Carme es el consorcio de museos de la Comunidad Valenciana
Decía Miguel Delibes que “la cultura se crea en los pueblos y se destruye en las ciudades”, una cita que adquiere nuevas relecturas en ղèԳ. En Bombas Gens, exposiciones y actividades artísticas de todo tipo inundan esta antigua fábrica; el arte urbano se convierte en aliada para concienciar al transeúnte; y el circuito de talleres artísticos se extiende hasta lugares como la Sierra de la Calderona, un microuniverso de land art y arte holístico. La luz de Sorolla flota por todos los rincones para convertirse el arte en un engranaje más del cambio.
El Cabanyal, o la victoria de la identidad

Una casa típica del barrio de El Cabanyal de ղèԳ
Un barrio de cenas a la fresca, tardes de salitre y ropa tendida. Barrios de ղèԳ como El Cabanyal, gravemente amenazados años atrás, establecen hoy planes de urbanismo que respetan las alturas de los edificios, velan por el carácter local y recuperan viviendas en desuso. Al menos, esa es la intención del Ayuntamiento, donde hace unas semanas se ha presentado la guíaRehabilitando el Cabanyal.
Entornos recuperados

Camino de arena entre las dunas de la playa del Saler en ղèԳ
Además de la protección de sus oasis naturales, ղèԳ también se ha convertido en ejemplo cuando hablamos de la recuperación de hábitats y ecosistemas en peligro. Dunas litorales como el conjunto de La Devesa, en El Saler, respiran tranquilas ante el lejano urbanismo; mientras que espacios como el Centro de Recuperación La Granja del Saler se ocupa de la recuperación de aquellas especies silvestres autóctonas que han perdido su capacidad para volar, nadar o abrirse camino en el entorno. Además, encontramos otros ejemplos como los campamentos de L’Albufera para recuperar ejemplares de tortuga boba, una especie en peligro de extinción en la costa mediterránea.
Dónde alojarse
Apartamentos La Más Bonita
La Más Bonita engloba un conjunto de cuatro apartamentos en el barrio de El Cabanyal que rezuman ese encanto mediterráneo que vinimos a buscar. Paredes blancas, puertas azules y un interior minimalista enclavado en dos antiguas casas típicas de esta zona marítima de ղèԳ, construidas en 1919 y 1926, envuelven al visitante para hacerle sentir en su propio refugio sin alejarse demasiado del corazón de la ciudad. Además, La Más Bonita cuenta con sus propios restaurantes en Ruzafa y playa de La Patacona, uno de los places-to-be de la capital levantina donde desayunar junto al mar supone tan solo el principio de la experiencia.