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Javier Labourt, psicólogo: “La gente pierde la perspectiva, un viaje no puede remplazar una terapia, es una ruptura y un quiebre de la rutina”

EXPERTO EN VIAJES

“Cada destino propone en mayor o menor medida una salida de nuestra zona de confort, y esa vulnerabilidad nos conecta con nuestras emociones”, explica el psicólogo para bet365

Javier Labourt

Javier Labourt

Los viajes han sido siempre una poderosa herramienta de crecimiento personal, capaces de generar cambios profundos en quienes los experimentan. Si bien la psicología tradicional se enfoca en el análisis de la mente y las emociones, un enfoque más innovador explora cómo el acto de viajar puede influir en nuestra salud mental y bienestar.

Javier Labourt es licenciado en Psicología por la Universidad de Belgrano en Argentina y un apasionado por los viajes y la conexión entre la psicología y las experiencias de viaje. Tras completar su formación en Estados Unidos con una maestría en Palo Alto University, comenzó su carrera clínica trabajando con niños y adolescentes en Buenos Aires, especializándose en terapia cognitiva. Sin embargo, su amor por los viajes, que comenzó desde pequeño debido a su entorno familiar, lo llevó a explorar la profunda relación entre la psicología y el impacto transformador de los viajes. Con más de siete años de investigación y proyectos vinculados a este campo, Labourt continúa impulsando propuestas innovadoras, como su documental filmado en ʱú, para profundizar en cómo los viajes pueden cambiar la vida de las personas.

Es un quiebre emocional que nos lleva a un estado diferente y durante un viaje hay factores internos psicológicos que suceden en nosotros

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Javier Labourt, psicólogo

Javier Labourt, psicólogo

Viajar nunca ha sido tan fácil como hasta ahora. La llegada de Internet ha permitido conocer más lugares a la vez que compartes con tus seres queridos qué te ocurre, pero se ha perdido la perspectiva de un viaje, que, al final, no deja de ser una ruptura y un quiebre de la vida diaria. “El viaje es un terreno fértil para sembrar la semilla del cambio personal, es ese escenario ideal para reflexionar, mucho más que la vida cotidiana. Es un quiebre emocional que nos lleva a un estado diferente y durante un viaje hay factores internos psicológicos que suceden en nosotros”, explica para bet365.

Existen dos aspectos importantes que explican cómo los viajes afectan nuestro cerebro. Primero, desde un punto de vista biológico, el cerebro busca ahorrar energía, lo que hace que prefiera lo familiar y establezca patrones de comportamiento rutinarios. Sin embargo, cuando viajamos, rompemos con esa rutina y nos enfrentamos a un entorno nuevo, lo que genera un estrés diferente. A diferencia del estrés diario, que suele estar relacionado con emociones negativas, el estrés que experimentamos durante un viaje se debe a la necesidad de procesar estímulos nuevos. “Este tipo de estrés es positivo, ya que el cerebro está trabajando para adaptarse a nuevas experiencias y perspectivas, lo que genera un estado emocional más favorable”, cuenta el psicólogo.

El viaje es una oportunidad de transformación que muchos no aprovechan y eso es lo que yo quiero transmitir y comunicar

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Javier Labourt, psicólogo

Javier Labourt, psicólogo

El segundo factor es que cuando viajamos, generalmente nos encontramos en un estado más presente, casi como si estuviéramos en una especie de 'aura meditativa'. Estamos más conscientes del momento, tomando decisiones y procesando estímulos nuevos. Este enfoque en el 'aquí y el ahora' nos aleja de los pensamientos recurrentes y de la rumiación, que son los que suelen generar ansiedad y estrés en nuestra vida cotidiana. El viaje, al interrumpir estos patrones mentales, nos permite salir de ese ciclo y crear un espacio fértil para nuevas experiencias y bienestar

Lo tercero, y muy importante, es que viajar, especialmente a culturas diferentes a la nuestra, nos coloca en una posición de vulnerabilidad. “Al estar fuera de lo familiar, nos sentimos más desprotegidos, lo que nos conecta más con nuestras emociones. Esto nos hace más susceptibles a la conmoción, como cuando alguien generalmente no se emociona, pero durante un viaje, al ver un paisaje o interactuar con alguien, se conmueve. Este estado es lo que yo llamo el terreno fértil para el cambio personal, ya que cada destino nos saca, en mayor o menor medida, de nuestra zona de confort”.

Viajar como terapia

Aunque el viaje no reemplaza una terapia, puede complementar y potenciar aspectos clave del crecimiento personal. A través de sus experiencias, Javier ha identificado varios “jinetes” del cambio personal que emergen naturalmente cuando nos aventuramos a explorar nuevos destinos. Estos aspectos no solo son fundamentales para el bienestar emocional, sino que también ayudan a construir una base sólida para el cambio personal y la resiliencia.

Javier Labourt, psicólogo

Javier Labourt, psicólogo

El primer “jinete” es la flexibilidad cognitiva. Labourt explica que esta capacidad humana de adaptarse y ser creativo es esencial para tomar decisiones y resolver problemas. “Los viajes nos exponen a situaciones imprevistas, como perder un pasaporte o enfrentar imprevistos en un vuelo”, dice. Estos desafíos, aunque estresantes, son una oportunidad para desarrollar una mayor resiliencia. “Cuanto más trabajamos en nuestra flexibilidad cognitiva, más protegidos estamos frente a la psicopatología y más difícil se vuelve enfermarnos psicológicamente”, añade Labourt.

El segundo jinete es el autoconocimiento. Según Labourt, el viaje crea momentos de introspección que nos invitan a reflexionar sobre quiénes somos realmente. “En mis viajes, especialmente cuando hablé con personas de culturas distintas, comprendí cómo mis creencias y mi forma de ver el mundo estaban moldeadas por mi crianza en un entorno católico en Argentina”, comparte. Los viajes nos brindan la oportunidad de cuestionar nuestras creencias y expandir nuestra identidad, lo que es esencial para el desarrollo personal.

Cuando viajamos, nos enfrentamos a situaciones desafiantes que nos obligan a salir de nuestra zona de confort

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Javier Labourt

Javier Labourt

La autoestima se presenta como el tercer jinete del cambio. “Cuando viajamos, nos enfrentamos a situaciones desafiantes que nos obligan a salir de nuestra zona de confort”, señala Labourt. Ya sea enfrentando el miedo a probar algo nuevo o a comunicarnos en un idioma desconocido, estos momentos nos permiten aumentar nuestra confianza personal. “El viaje nos desafía a superar miedos, y al hacerlo, nuestra autoestima crece”, dice Labourt, subrayando que este tipo de crecimiento es directo y tangible.

Finalmente, el cuarto jinete del cambio personal es la empatía. “Los viajes nos colocan en contacto directo con realidades distintas a las nuestras, lo que fomenta una mayor comprensión y empatía hacia los demás”, afirma. Labourt señala que la empatía es algo innato en todos nosotros, pero los viajes nos dan la oportunidad de estimularla y ampliarla. “Viajar nos pone en situaciones que nos permiten conectar con las realidades de otros, lo que fomenta una visión más inclusiva y compasiva del mundo”, concluye.

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