La expansión deloso pardo, una especie que vive puntos Asturias, Castilla y León y Galicia, ha generado algunos inconvenientes. El principal, las visitas de estos animales a los pueblos cercanosen busca de comida que no encuentran en la montaña. Unas expediciones que no son sostenibles, a juicio de los especialistas.
Para acabar con este conflicto de intereses,el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) está estableciendo pequeñas plantaciones de frutales en el monte, un auténtico bufé libre de comida gourmet para los úrsidos.
"Durante los últimos años, el proceso de expansión del oso, que todos aplaudimos, nos está generando también unos inconvenientes", explica a Efe el director honorario de Fapas, Roberto Hartasánchez.
Hartasánchez subraya que el proyecto surgió a raíz de comprobar que las grandes plantaciones arbóreas que se han llevado a cabo en los últimos años, si bien han ayudado a la proliferación del oso pardo, han resultado ser "poco eficaces", ya que la mayoría de los árboles no han sobrevivido.