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Un proyecto pionero restaura con gorgonias, esponjas y corales los fondos en la costa catalana

Biodiversidad

Más de 3.200 organismos de 30 especies han sido reintroducidos para contrarrestrar la degradación y rehabilitar ecosistemas de gran valor ecológico asociados a la recuperación de las poblaciones de peces

Un proyecto pionero restaura con gorgonias, esponjas y corales los fondos en la costa catalana
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Un proyecto pionero restaura con corales y gorgonias (como las de esta foto) los fondos frente a la costa catalana de manera individual o con jaulas desde las que se precipitan al fondo del mar

Fundación Biodiversidad

Un equipo científico del Institut de Ciències del Mar (CSIC) y de la Universidad de Barcelona, en colaboración con las cofradías de pescadores, están llevando a cabo un proyecto singular: la restauración de los fondos marinos degradados frente a la costa de Barcelona y Girona. El proyecto consiste en la recuperación y reimplantación de corales, gorgonias, esponjas y otros organismos propios de los fondos marinos con el ánimo de regenerar hábitats de gran valor ecológico pero hoy degradados en muchos casos. Convertir fondos marinos en hábitats donde se puedan rehabilitar estas especies amenazadas (y también las poblaciones de peces asociadas a ellos) es objetivo central de esta iniciativa pionera.

Hasta ahora se ha llevado a cabo ya la suelta en el fondo del mar de más de 3.200 organismos de 30 especies diferentes, a lo largo de cuatro campañas oceanográficas efectuadas desde septiembre de 2022, y en un espacio que suma unos 500 kilómetros cuadrados.

Para la reimplantación se han elegido 14 zonas frente a la costa, donde la pesca ha sido vedada de forma permanente (12) o rige una restricción temporal (2); y ya se ha trabajado en ocho de ellas (con reintroducciones de entre 200 y 500 ejemplares de media, y en algunos casos hasta 1.000).

Todo el plan ha sido pactado entre las confradías de pescadores, la comunidad científica y la Administración pesquera. El apoyo proyecto Life Ecorest cuenta con apoyo de la Fundación Biodiversidad.

Frenar la degradación, rehabilitar las zonas

Las áreas seleccionadas corresponden a diversos hábitats que han sufrido y siguen sufriendo un gran deterioro (calentamiento de las aguas, daños causados por ciertas artes de pesca...), lo que ha comportado la desaparición de organismos que cumplen una importante función ecológica y que a la vez inciden sobre especies de interés comercial.

Se estima que más del 90% de los fondos marinos situados entre 50 y 400 metros de profundidad presenta signos de degradación, lo que dificulta la regeneración natural.

Estas son puntos de gran importancia ecológica debido a la alta concentración de especies en peligro, amenazadas o vulnerables. Son también áreas que tradicionalmente han sostenido la pesca local.

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Ferran Martínez, patrón mayor de la Confraria de Pescadors de Blanes, maneja dos cantos rodados con gorgonias que se van a precipitar al agua

Life Ecorest y la Fundación Biodiversidad

Restauración activa

Para llevar a cabo esta iniciativa, se aplica un sistema de restauración activa a partir de los trozos de estos animales (corales, gorgonias, esponjas...) que quedan atrapados de forma accidental en las redes de pesca.

Por eso, lo que se hace es rescatarlos y someterlos a un proceso de recuperación en acuarios a fin de darles una segunda oportunidad de prosperar. Y, posteriormente, cuando se dan las condiciones óptimas, se preparan para ser devueltos al mar. Se están empleando concretamente corales candelabro, coral negro, gusanos poliquetos, plumas de mar, esponjas, gorgonias, piñas de mar...

Todos estos organismos o partes de ellos se enganchan a un sustrato (un canto rodado, una concha u otra estructura) para luego dejarlos caer al fondo del mar aprovechando el efecto bádminton que les permite quedar erguidos en el lecho, sobrevivir y reproducirse.

La metodología es sencilla de aplicar y económica, por lo que se considera que puede ser replicable fácilmente y implantada por los propios pescadores. Además, permite abarcar áreas de restauración más extensas que con otros métodos.

Para aquellos organismos que viven a mayor profundidad, se usa una especie de jaula que se sumerge en el agua desde grúas colocadas en el barco hasta alcanzar profundidades superiores a los 200 metros. Esta jaula (en la que se acciona un mecanismo para abrir su parte inferior) ayuda a los organismos a llegar al fondo más rápidamente a la vez que asegura que queden agrupados y se mantengan de pie.

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Esponja reimplantada en el lecho marino frente a la costa catalana

Life Ecorest y la Fundación Biodiversidad

Equipamiento

Las campañas oceanográficas desarrolladas en las zonas señaladas persiguen estudiar las especies básicas de cada lugar e identificar las áreas de restauración adecuadas en cada caso.

Para ello, se ha empleado un robot (Remotely Operated Vehicle) y vehículos autónomos submarinos, controlados desde un buque de investigación.

Las imágenes obtenidas a través de ROV han permitido efectuar estudios de seguimiento de los organismos ya restaurados y la supervisión de su estado de conservación para evaluar la tasa de supervivencia, nivel de crecimiento y capacidad reproductiva, así como del grado de recuperación de la biodiversidad en su conjunto.

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Jaulas dispuestas para dejar caer al mar a todos los organismos recuperados (corales, esponjas...) que se emplean para restaurar los fondos

Life Ecorest y la Fundación Biodiversidad

Imágenes para supervisar el éxito de la campaña

En estas campañas también emplean plataformas fijas (landers) que se pueden situar sobre el fondo marino y trabajan de forma autónoma. Van dotadas de dispositivos equipados con cámaras, sensores ambientales, iluminación y discos duros para almacenar imágenes y vídeos, así como baterías que alcanzan una autonomía en modo time-lapse de hasta 10 meses. Todo ello permite proporcionar información sobre el éxito de los métodos de restauración así como sobre la respuesta de la fauna.

Se han registrado imágenes cada 30 minutos, lo que ha posibilitado recabar información sobre el estado de los fondos marinos; su recuperación, las especies de fauna sésil (fija) y móvil que albergan

Nuevas especies reintroducidas y estrecho seguimiento

La última campaña oceanográfica (entre el 20 de noviembre y el 11 de diciembre de 2024) ha permitido por primera vez reintroducir colonias de un coral duro, el escleractinio (Dendrophyllia cornígera), de color amarillo y 70 centímetros de dimensión máxima, así como curiosas especies de cnidarios (seres que viven anclados al fondo).

Los robots, con control a distancia, ha permitido evaluar la evolución de las zonas restauradas con especies reintroducidas comparándola con aquellas en las que simplemente se ha hecho un cierre de las actividades extractivas.

Los landershan capturado imágenes varias veces por hora durante al menos 6 meses, lo cual permite estudiar los efectos de la restauración sobre el resto de fauna (peces, crustáceos y cefalópodos). Además, se colocan en sitios diferentes, lo que permite ver el comportamiento natural de las gorgonias en comparación con las poblaciones restauradas.

Todo ello ha permitido analizar la eficacia de la técnica de restauración sobre poblaciones que viven a gran profundidad, un conocimiento clave pues se trata de organismos inmóviles en el fondo estructurantes.

Y se ha explorado de qué manera la implantación de estas especies fijas en el fondo influyen en el éxito de las larvas de peces, a las que les sirven como refugio.

De hecho, lo deseable a largo plazo sería que desde estas reservas de gran biodiversidad se puedan incrementar las poblaciones piscícolas en todo su entorno, según explicó Jordi Grinyó, uno de los coordinadores del proyecto Life Ecorest, que tendrá continuidad hasta el año 2026.

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Las especies (los trozos o su integridad) que han sido recuperadas en las redes de pesca se rehabilitan sujetando su base a un sustrato para luego volver a ser retornadas al fondo del mar. Esta fotografía corresponde al acuario del Institut de Ciències del Mar, de Barcelona, que acoge diversos tipos de corales, gorgonias, sorprendentes y variadísimos tipos de esponjas, plumas de mar, gusanos poliquetos anclados al fondo o piñas de mar. Aquí se les alimenta, por ejemplo, con plancton, antes de estar listas para volver al agua.

A. Cerrillo.

Esponjas eficaces y servicios ecosistémicos

En los fondos blandos más profundos está resultando muy eficaz la restauración con esponjas, que son especies muy robustas, que crecen rápido y de las cuales se están obteniendo numerosos restos aportados con frecuencia por los pescadores.

“Las esponjas desempeñan un papel estructural muy importante y proporcionan otros muchos servicios ecosistémicos”, dice Grinyó.

Aunque hay grandes incógnitas sobre cómo eran esos fondos antes de la llega de la pesca, la reimplantación de estos organismos, no obstante, se hace redistribuyéndolos cerca de los lugares en donde aproximadamente están siendo extraídos, a tenor de los restos recuperados presentes en las redes de pesca.

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