El cambio climático ha intensificado los fenómenos climatológicos extremos con largas sequías, inundaciones y, también, incendios. La subida de las temperaturas debido al calentamiento global ha provocado que en los últimos años vivamos incendios cada vez más catastróficos. El incendio más reciente, el que vivió la ciudad de Los Ángeles este mismo enero con más de 150.000 evacuados, es una muestra más de la amenaza que suponen los incendios para la sociedad. Ante este peligro creciente, es fundamental contar con métodos eficaces para sofocar el fuego lo antes posible. Aunque podría parecer lógico utilizar agua de mar para combatir incendios, especialmente en áreas costeras, esta práctica no es común debido a varias razones.
La salinidad del agua del mar
El agua de mar contiene una concentración salina aproximada de un 3% según el. Esta alta concentración de sal puede provocar daños en la maquinaria o equipos utilizados por los bomberos para sofocar el fuego. “El agua de mar puede dañar los sistemas contraincendios” difunden desde la .
Daños ambientales
Es lógico pensar que si se utiliza agua de mar para apagar incendios se pueden provocar daños ambientales en el suelo. La razón se debe a la salinidad del mar. Las sales pueden dañar la fertilidad del suelo, la vegetación, dificultar la supervivencia de las especies del ecosistema u otros efectos. Una publicada en Nature Climate Change en la que participaron miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) ha concluido que aquellas regiones secas y áridas tras sufrir un incendio presentan serias dificultades para que el ecosistema se recupere con facilidad. Al contrario, aquellas regiones más húmedas del planeta que han sufrido incendios cuentan con ecosistemas que se regenera en menos tiempo.
Riesgo para los profesionales
Utilizar agua de mar en la extinción de incendios también puede suponer un riesgo considerable para los bomberos encargados de sofocar el fuego. La salinidad del agua del mar no solo afecta a los equipos o a la maquinaria empleada sino que también puede representar un peligro en situaciones en las que los bomberos estén trabajando cerca de líneas eléctricas caídas. ¿Por qué? Porque el agua de mar es un buen conductor de electricidad, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir daños.
Aunque el agua del mar puede parecer un recurso muy útil para sofocar incendios, los profesionales no lo consideran un recurso viable para apagar fuegos debido a los daños que puede causar tanto en personas como en equipos además del riesgo que supone para los ecosistemas.