En mayo cumplirá 28 años. Tiene 386 millones de suscriptores en su canal de Youtube, donde empezó a los 13 años publicando videos en los que hacía estimaciones del patrimonio que tenían, justamente, otros youtubers.
No triunfó mucho hasta que, en 2017, dio el pelotazo con un video que tituló Counting to 100.000 y en el que se le podía ver contando, sí, de 1 a 100.000. Como el video duraba 40 horas y pesaba demasiadas gigas, más de lo que Youtube admitía, en algunos momentos el vídeo se acelera.

El egiptólogo Zahi Hawass, a la izquierda, muestra a MrBeast (derecha) una de las tumbas del área de Guiza
El tipo, MrBeast, alias de Jimmy Donaldson, lleva una camiseta de un lugar donde seguro que te enseñan a contar de 1 a 100.000, pero donde él desde luego no ha estudiado: Harvard.
Con ese video, que anteanoche sumaba 31.513.035 de visionados (yo aguanté hasta eleven y luego me fui a ver qué pasaba a las 23 horas y pico), MrBeast empezó a crecer exponencialmente.
Hoy es el youtuber con más suscriptores del mundo.
Plantea retos macro, como tener a 100 personas dentro de un círculo de césped, con wc portátil, sacos de dormir, juegos absurdos y 500.000 dólares en billetes en el centro que se lleva el que más días aguanta.
MrBeast ha contado ahora su patrimonio, que es de unos 1.000 millones de dólares, y tiene marcas de chocolate, una cadena de hamburgueserías y unos muñequitos (swarms) de coleccionista que vende en Walmart o Amazon. Son horribles.
Con su fortuna hace filantropía random, como comprar audífonos, operar cegueras o construir pozos en Indonesia, México u otros países sin medicare.
Una de sus últimas proezas ha escandalizado a (parte de) la comunidad arqueológica.
El gobierno de Egipto, que calienta motores para la apertura del Gran Museo Egipcio, el 3 de julio (si no lo aplaza de nuevo), dio permiso a MrBeast para pasar cinco días en las pirámides de Guiza, con acceso ilimitado, incluso a lugares de incalculable valor cultural que nadie puede visitar, para que grabara lo que quisiera.
MrBeast y su equipo, junto a dos arqueólogos, hicieron una crónica de sus 100 horas en las pirámides. Entraron donde quisieron, de la mano del cineasta y egiptólogo Rami Romany y del célebre arqueólogo Zahi Hawass.

MrBeast (segundo por la derecha) y su equipo, en el interior de la pirámide de Keops
Algunos medios han publicado que fue Egipto quien contrató a MrBeast, otros han dicho que fue éste quien quiso hacer ese “reto”. Egipto, en todo caso, tenía las llaves, y le dio acceso.
En todo el video no aparece ninguna mujer.
Los tipos se pasean por las entrañas de las pirámides –también por la blindada Tumba de Iymeri, preservada del público por los excepcionales murales que decoran sus paredes- y nos ilustran sobre la venerable ciencia de la arqueología.
“Woooow!”, apuntan, “¡es muy bonito!”. “Esa piedra está ahí desde hace 4.500 años, ¿cierto?”. Romany asiente.
Un tal Nolan, encarado hacia un pasadizo estrechísimo, celebra: “¡Tengo permiso para hacer algo ilegaaaal!”. Es una gran idea para cuando pasen por allí los fans del youtuber.
Los guías de la visita les dan permiso también para tocar huesos humanos en el fondo de una de las cámaras mortuorias, y muestran los grafitis que en las paredes de aquellos intestinos pintaron los primeros arqueólogos. “Cámara de Lady Arbuthnot, 1837”, se puede leer.
En el exterior, Hawass tolera que hagan de arqueólogo. Pasan un cepillo por la osamenta de los esclavos que trabajaron en la construcción de aquellos mastodontes de piedra. Sabemos que fueron los operarios por las deformaciones de sus espaldas, trinchadas por los brutales pesos que soportaron.
Más listo que nadie, Hawass argumenta que Egipto concede permisos de grabación a quien los paga y alega que el video de MrBeast será útil para la egiptología porque ayudará a desmentir que fueran extraterrestres quienes las construyeron, tal como demuestran aquellos restos humanos. Y que dará a su país una publicidad clave para una de sus principales industrias, que es el turismo. La fecha clave es el 3 de julio.
MrBeast accede también a la cámara que está en la panza de la esfinge, y allí Hawass le da permiso para que entierre un documento y uno de sus swarms, el que parece de oro.
No hace falta que la horda corra: Hawass promete que sólo lo entierran allí un rato, para el vídeo, y después lo recuperan. Y sólo cuesta 9’99. Aunque ha estado en la mismísima mano de MrBeast, eso es cierto.