Cualquiera que viva en Barcelona puede tomarle una foto a la ciudad. No sólo puede hacerlo, sino que, probablemente, ya lo haya hecho. Si además, las imágenes son en blanco y negro, remiten irremisiblemente al pasado y también a él, a Manel Esclusa (Vic, 1952), uno de los autores más innovadores de la fotografía catalana del s. XX que, en 1988 y en 1992, ya inmortalizó en dos proyectos distintos, expuestos en el Palau de la Virreina, partes de la ciudad.
’Arxiu Fotogràfic de Barcelona recupera ahora esas imágenes con la exposición Manel Esclusa. Les formes que mouen l’existència . Una muestra de 59 piezas con una primera vez que se repite muchas veces. Es la primera exposición creativa que presenta el archivo fotográfico. Es también la primera muestra después de la renovación de la sala y es la primera vez que Manel Esclusa exploraba una ciudad con nombres y apellidos: “Me interesaba retratar la parte anónima y, a su vez, identificativa de Barcelona. Fotografié elementos distintivos de los diez distritos”, señala el fotógrafo.
La muestra expone una primera serie Barcelona, ciutat imagi na da, de 54 fotografías, y otra, Mar de vitrinas , compuesta por cinco piezas, en las que el artista retrata el museo marítimo de la ciudad. Todas las imágenes expuestas son tirajes originales de la época a excepción de un conjunto de siete copias actuales hechas a partir de negativos prestados por Manel Esclusa: “La fotografía en el tiempo como un elemento importante del aquí y del ahora”, subraya el artista.
“Me interesaba retratar la parte anónima y, a su vez, identificativa de Barcelona”, dice Esclusa
Si alguien espera identificar a alguna persona en las imágenes, no lo hará. Las dos series son retratos de una Barcelona sin trampa, ni cartón, ni nadie que pueda hacerle sombra. Tan solo el rumor que auguraba unas olimpiadas en la ciudad. Sin embargo, sí que podrá identificar las señales de la Diagonal, la A de Joan Brossa o la estatua de Colón: “Están y, por lo tanto, se muestran”, señala el fotógrafo, que a través de la oscuridad da protagonismo a formas y elementos en movimiento: “Ver cuál es el rastro que deja cada objeto en una fotografía que es muy gestual y que actúa siguiendo la respiración del cuerpo”.
Toda imagen no solo deja un recuerdo, sino que también es una posibilidad de volver siempre a él: “Un trabajo siempre puede ser recuperado”, relata el artista, que con una trayectoria de más de 50 años, no ha dejado de trabajar con la noche. La suya es etérea y desdibujada, que tiende a la abstracción. Una noche que a menudo también es urbana y despoblada. Y sobre todo, una noche donde el tiempo in situ se hace tangible en cada una de las fotografías: “Barcelona es una ciudad con una parte poética nocturna muy importante”, dice el autor, a propósito de su obra fotográfica.

dzٴDzí de la exposición “Manel Esclusa. Les formes que mouen l'existència”
Joan Brossa ya se percató, en 1988, de la transgresión del trabajo de Manel Esclusa: “ Senyores i senyors, la llum treballa, li plau de trobar estils inusuals ”, decía el poeta a propósito de su obra. La exposición comisariada por Montserrat Ruiz, recupera las imágenes que el artista hizo en blanco y negro hace 38 años, donde retrataba el movimiento de la ciudad de noche: “Las series fotográficas, a propuesta del Ayuntamiento, muestran el cambio que tuvo Barcelona en la segunda mitad de los 80”, dice la comisaria.
“La fotografía en el tiempo como un elemento importante del aquí y también del ahora”, apunta el artista
La exposición Manel Esclusa. Les formes que mouen l’existència,se podrá ver hasta el 28 de septiembre, en las salas del Arxiu Fotogràfic de Barcelona. No se la pierdan.