La llegada de series clásicas a las modernas plataformas de streaming significa que deben de adaptarse a los estándares de los nuevos formatos. Es lo que le ha pasado a Los Simpson en Disney+ o a Seinfeld en Netflix. Y los fans están que trinan.
La remasterización a 4K en16:9 de estos clásicos significa que el 4:3 original pasa a mejor vida. Eso es un problema doble. En primer lugar, el encuadre original se pierde por el camino. Por otra parte, y quizás más importante, los recortes en el encuadre se comen algunos de los momentos clave de la serie porque se quedan fuera de plano.
El ejemplo más flagrante, y que ha hecho que los fans de esta comedia se quejen en las redes sociales, ocurre en el episodio 16 de la octava temporada.