Tomas Alfredson “La pasión es un asunto muy complejo porque se come el resto de los sentimientos”
Entrevista
El director sueco de 'Déjame entrar' y 'Topo' estrena 'Infiel' (Filmin), miniserie basada en la película del año 2000 dirigida por Liv Ullman y escrita por Ingmar Bergman
Alfredson es considerado como el mejor director sueco desde Ingmar Bergman
La actriz y directora Liv Ullmann llevó a la pantalla grande en el año 2000 Infiel , una historia escrita por el gran cineasta sueco Ingmar Bergman. Un cuarto de siglo después, el también sueco Tomas Alfredson (director de Déjame entrar y El topo, sus dos películas más reconocidas internacionalmente) realiza una nueva versión en una miniserie de seis episodios que Filmin estrenará el próximo martes 8. Un relato de amor, pasión y traición narrado en dos tiempos distintos y que arranca con el reencuentro entre David, un director de cine de 73 años, y Marianne, su gran amor y musa, de 75. Ambos se ven obligados a reflexionar sobre las consecuencias de su apasionado romance, 40 años antes, cuando Marianne estaba casada con Markus, el mejor amigo de David. Unas dolorosas consecuencias no solo para ellos, sino también para sus familias.
¿Por qué decidió adaptar esta historia escrita por Ingmar Bergman en formato serie?
Cuando vi la película, me pareció que las dos horas y 40 minutos de metraje eran muy largas para un filme pero, al mismo tiempo, muy cortas para contar todo lo que ocurre en esta historia. Así que pensé que el formato televisivo se adaptaba mejor.
¿Es un guion muy autobiográfico?
Sí, el que más de Bergman. Cuenta unos hechos ocurridos en los años cincuenta, cuando conoció a quien se convertiría en su segunda esposa. Es una historia muy cercana y personal.
¿La miniserie es una adaptación muy fiel a la película?
Sí y no. Hemos sido lo más fieles posibles pero introduciendo algunos cambios. Como por ejemplo, la perspectiva desde el personaje de Isabelle, la hija de la protagonista, que en la película no aparece, y que nos da unos diálogos inéditos. Otra diferencia, para mí la más importante, es que en la historia original, Marianne está muerta en el presente y aparece como un fantasma hablando con David sobre su relación. En nuestra serie, ella está viva, lo que me permite presentarla de una manera más sincera y personal.
¿Cómo llegó usted a este proyecto?
Todo comenzó hace 20 años. Me acababa de divorciar y mi vida estaba patas arriba. Al ver esta historia en la pantalla, sentí que conectaba conmigo, y también que quería contarla a mi manera. Le escribí a Bergman pidiéndole permiso, y él, que era muy autoritario, me preguntó por qué demonios quería hacerla de nuevo, ya que no veía la necesidad de volver a contar la misma historia. Estaba prácticamente enfadado, pero cuando le expliqué que era por motivos personales, le pareció interesante. Hablamos mucho sobre cómo podíamos llevar a cabo esa reinterpretación. Pero Bergman murió y el proyecto desapareció. Hace unos años, la televisión pública sueca se puso en contacto conmigo para preguntarme si tenía alguna idea entre manos y les sugerí este proyecto.
Amor, amistad, traición... Infiel tiene diversos ejes pero usted afirma que esta serie trata sobre todo de la pasión.
La pasión es un asunto muy complejo porque se come todo el resto de sentimientos. Arrasa con lo que hemos aprendido: los valores, la dignidad, el sentido de lo que sabemos que es correcto... Y nos lleva a hacer cosas que nunca hubiéramos hecho si hubiésemos estado en plenas facultades.
Es el caso de David y Marianne.
Sí. Son dos personas buenas, honestas, decentes, que acaban haciendo cosas horribles a sus seres queridos porque los sentimientos pueden con todo. Ellos saben que tienen que estar juntos, y de ahí el conflicto. Y por eso me resulta tan fascinante.
Los tres protagonistas de la serie
¿De la serie podremos sacar alguna lección de vida?
Intentar ser lo más honestos con nosotros mismos cuando sentimos esa pasión. No podemos decir que debemos rechazar o evitar esas pasiones, porque son fuerzas que no podemos controlar. Somos seres humanos y demasiado débiles para controlar esas sensaciones. Es como un artista a quien le viene una idea para un cuadro y hasta que ese cuadro no se pinta, la pasión no desaparece. En el amor ocurre lo mismo. Quizá la lección sea aprender a aceptar que esas fuerzas son más grandes que nuestra propia conciencia y nuestros valores, y tenemos que aprender a aceptar que somos animales. Al final de la serie, lo que vemos es que ellos tienen unas cualidades casi animalísticas. Marianne se vuelca para proteger a su hija como si fuera una leona, y a su marido Markus lo vemos convertido en un verdadero monstruo.
¿Cual es su escena favorita?
Hay una escena muy dramática, muy al final de la serie, cuando David le dice a Isabelle, ya mayor, “Te he destrozado la vida”. Y ella responde: “Sí, lo sé, lo hicistes, pero sigo queriéndote”. Otra lección que deja esta historia es que pueden coexistir dos verdades. Puedes aceptar que alguien te haya hecho algo terrible, pero seguir sintiendo amor por esa persona. Es importante tener sinceridad con uno mismo y con lo que ha ocurrido. En esta época en la que vivimos, se castiga rápidamente a la gente, se le expulsa de la sociedad y parece no haber lugar para el perdón. Espero que la serie haga llegar a los espectadores el mensaje de que el perdón existe.