Entre marzo y abril de 2014, Lindsay Lohan protagonizó un reality para Oprah Winfrey. Lindsay debía mostrar al público cómo la actriz, que entre 1998 y 2006 estaba en la primera línea de Hollywood, reconducía su vida tras haber pasado por rehabilitación y haber encadenado una polémica tras otra en los medios de comunicación. Lo que las cámaras grabaron fue a una mujer errática, incapaz de cumplir con cualquier compromiso profesional, con una vida desordenada y con conductas inexplicables de cara al público. En vez de controlar su relato, contribuyendo a su imagen, Lohan salió perjudicada.
Con ese intento de volver al primer plano, el público podía temer lo peor: que al igual que Amanda Bynes, que tuvo problemas de salud mental cuando la industria dejó de darle papeles, no pudiera ser una actriz profesional. Pero, en estos últimos años, la mujer que se dio a conocer siendo una niña con Tú a Londres y yo a California ha dado un paso correcto tras otro hasta conseguir el trabajo más estable hasta la fecha: será la protagonista de Count My Lies, la serie que tienen en desarrollo Isaac Aptaker y Elizabeth Berger, conocidos en televisión por haber producido y escrito el drama This is us.

En 'Navidad de golpe' empezó a ganar popularidad aunque no era un vehículo donde demostrar si todavía tenía talento.
Aptaker y Berger, en quien Disney confía esta serie para la plataforma de contenidos Hulu, trabajarán a partir del libro de Sophie Stava publicado el pasado mes de marzo. Se centra en Sloane, una mentirosa compulsiva que consigue un puesto de niñera en casa del matrimonio Lockhart, el que piensa que es su trabajo ideal. Pero pronto se da cuenta que ese hogar tiene sus secretos y que quizá todo acabará de forma catastrófica. Lindsay Lohan será Violet Lockhart, la madre y esposa de la casa, aparte de ostentar también el título de productora ejecutiva y, por lo tanto, tener poder detrás de las cámaras.
Con este movimiento profesional, Lohan consagra su Lohanassaince que empezó en 2022 con Navidad de golpe. Después de trabajar en una serie como Baja por enfermedad o subproductos como Among the Shadows, la actriz firmó para encabezar una comedia romántica de Navidad de las malas para Netflix. Era un movimiento pensado para reclamar su popularidad sin necesidad de tener que demostrar nada en el plano interpretativo: estas comedias no están pensadas para ofrecer buenas interpretaciones sino acoger actuaciones funcionales y sobreactuadas para contribuir al horror vacui navideño de su puesta en escena.

'Nuestro secretito' era más decente y probó que sí conservaba talento y oficio.
Con donde recuperó su rol de Cady de Chicas Malas, el año pasado tuvo una temporada perfecta. Hizo un cameo en el remake musical de Chicas Malas para después aparecer en Un deseo irlandés, otra comedia romántica mala de Netflix. Otra vez probado el interés del público por ver a Lindsay Lohan, Netflix le brindó Nuestro secretito, otra rom-com de la plataforma, esta vez con algo más de calidad y donde demostró que tenía vis cómica y que había recuperado el talento con el que se había introducido en la industria. ¿El carisma exhibido en Ponte en mi lugar, Quiero ser superfamosa o Devuélveme mi suerte había vuelto?
Antes de Count My Lies, además, tiene el movimiento definitivo para recuperar su lugar en Hollywood: Ponte en mi lugar de nuevo al lado otra vez de Jamie Lee Curtis. La ganadora del Oscar por Todo a la vez en todas partes, además, está siendo su embajadora y aliada para contribuir a cambiar el relato alrededor de su imagen: tienen complicidad, destaca su profesionalidad y las ganas que tenía de reencontrarse con Lohan.
A la espera de ver su rendimiento en agosto, cuando se estrenará la secuela de Ponte en mi lugar, no se descarta que pueda ser su reconciliación con la taquilla, tras demostrar su atractivo en el streaming. Sea como sea, la traerá de vuelta a las salas de cine, lo que ya es un logro. El Lohanaissance, un éxito.