Unas im谩genes compartidas en los 煤ltimos d铆as a trav茅s de las redes sociales muestran una estampa un tanto delirante en plena calle de la acomodada zona de Guilin, una ciudad del sur de China. En las fotograf铆as y v铆deos publicados en Twitter podemos ver una largu铆sima hilera de j贸venes streamers -la inmensa mayor铆a, chicas muy j贸venes- realizando sus directos sentadas en las calles de uno de los barrios m谩s ricos de la ciudad. Aunque muchos usuarios se han apresurado a comparar la escena con la serie de ciencia ficci贸n Black Mirror, lo cierto es que no se trata de ninguna distop铆a. Tiene una explicaci贸n bastante l贸gica.
Los influencers chinos acuden a estas zonas porque conocen al dedillo c贸mo funcionan las plataformas sociales en las que emiten sus directos. Uno de los principales criterios que tienen en cuenta los algoritmos de estas redes para determinar c贸mo se muestran los contenidos al p煤blico es la geolocalizaci贸n: los v铆deos se muestran m谩s a quienes est谩n m谩s cerca del lugar de la emisi贸n. En consecuencia, ubicarse en un barrio adinerado sale a cuenta: los contenidos llegar谩n m谩s f谩cilmente a espectadores con un mayor nivel adquisitivo, los m谩s dispuestos a hacer donaciones a los streamers. No es Black Mirror, es la econom铆a.