En Terminator 2: el juicio final, Arnold Schwarzenegger tiene el encargo de defender a Sarah y John Connor de T-1000, un malvado androide venido del futuro. Aquel robot tenía la capacidad de cambiar de forma cuando quisiera, gracias a su singular composición. Eso ocurría en la ficción y ahora también en la realidad. Un grupo de ingenieros ha creado un pequeño robot hecho de un nuevo material que le permite licuarse y volver a su forma original con ayuda de la fuerza de imanes.
Al robot le han llamado MPTM, que responde al acrónimo en inglés de Material de Transición de Fase Magnetoactiva, un material que exhibe una “combinación de alta resistencia mecánica, alta capacidad de carga, locomoción rápida, excelente capacidad de control y adaptabilidad morfológica robusta”. Está inspirado en un pepino de mar y para las pruebas utilizaron un estómago artificial. Su aspecto recuerda en forma y tamaño a un muñeco de Lego.
Los autores del , publicado en la revista Mater, le sometieron a una carrera de obstáculos, pruebas de movilidad y cambios de formas. Uno de los desafíos consistía en licuarse para poder escapar a través de unos barrotes y recomponerse después. Lo cumplió a la perfección. También fue capaz de extraer un objeto extraño de un modelo de estómago y funcionar como soldador inteligente para reparar circuitos rezumando por ellos.
Más allá de su adaptabilidad o de su sorprendente flexibilidad, el robot es magnético y puede conducir electricidad. “Los MPTM pueden cambiar reversiblemente entre fase sólida y líquida calentando con un campo magnético alterno o mediante refrigeración ambiental. De esta manera, combinan de manera única una alta resistencia mecánica, alta capacidad de carga y rápida velocidad de locomoción en fase sólida con excelente adaptabilidad morfológica en la fase líquida”, señalan los investigadores.