La inteligencia artificial (IA) puede usarse para casi todo, incluso para resolver cuestiones legales. Con ese propósito nació DoNotPay, un chatbot fundado por el empresario británico-estadounidense Joshua Browder. La compañía asegura que son una especie de Robin Hood, aquel arquetipo de héroe y defensor de los pobres y oprimidos. Ellos se encargan de ayudar a los "consumidores a luchar contra las grandes corporaciones y resolver sus problemas".
Este chatbot se creó originalmente para disputar multas de estacionamiento, pero se ha expandido para incluir también otros ambiciosos servicios jurídicos. Sus pretensiones son tales que pensaban pagar un millón de dólares “a cualquier abogado o persona” que accediera a participar en un caso ante el Tribunal Supremo de EE.UU., colocándose unos auriculares y repitiendo exactamente los argumentos que le dictase la IA. Sin embargo, se avecinan problemas si cumple su promesa: su fundador podría acabar en la cárcel.
“Malas noticias: después de recibir amenazas de los fiscales del Colegio de Abogados del Estado, parece probable que me encarcelen durante seis meses si cumplo con llevar a un abogado robot a una sala física. DoNotPay pospone nuestro caso judicial y se apega a los derechos del consumidor”, escribió Browder en su cuenta de Twitter.