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Trump intenta remodelar la ciencia de EE.UU.

Vuelco en Washington

Los recortes presupuestarios afectarán a los 160.000 millones de dólares que la Administración federal estina a investigación

President Donald Trump listens as Elon Musk speaks in the Oval Office at the White House, Tuesday, Feb. 11, 2025, in Washington. (Photo/Alex Brandon)

Elon Musk, a la izquierda, junto a Donald Trump en el despacho oval

Alex Brandon / Ap-LaPresse

Las reuniones anuales de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia ofrecen a los investigadores la oportunidad de mostrar lo que mejor saben hacer. Quienes acudieron en Boston a la cita del 13 al 15 de febrero pasados tuvieron la oportunidad de asistir a charlas sobre cualquier tema, desde tectónica de placas y análisis del ADN antiguo hasta edición genética y energía nuclear. Todas ellas son representativas de la investigación puntera que cabe esperar en un país que durante mucho tiempo se ha enorgullecido, como reza el lema de este año, de producir la “ciencia que moldea el mañana”.

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The Economist
NEW YORK, NEW YORK - OCTOBER 27: Tesla and X CEO Elon Musk raises his hands as he takes the stage during a campaign rally for Republican presidential nominee, former U.S. President Donald Trump, at Madison Square Garden on October 27, 2024 in New York City. Trump closed out his weekend of campaigning in New York City with a guest list of speakers that includes his running mate Republican Vice Presidential nominee, U.S. Sen. J.D. Vance (R-OH), Tesla CEO Elon Musk, UFC CEO Dana White, and House Speaker Mike Johnson, among others, nine days before Election Day. Michael M. Santiago/Getty Images/AFP (Photo by Michael M. Santiago / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)

Sin embargo, en este momento, es la propia ciencia la que es moldeada. Tras apenas unas semanas de actividad del segundo gobierno de Trump, los científicos temen que sus instituciones insignia sean objeto de ataques. A la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), por ejemplo, se les ha ordenado que se preparen para fuertes reducciones en sus presupuestos y unos recortes de personal de hasta el 50%. En varios organismos federales ya han comenzado los despidos masivos de miles de trabajadores “en período de prueba”, es decir, contratados o ascendidos recientemente. Mientras tanto, se ha advertido a las instituciones de investigación que dependen de la financiación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de que se impondrán restricciones a la forma en que pueden gastar su dinero.

Doctor reviewing MRI (magnetic resonance imaging) scans of the brain.

Un médico estudiando imágenes de una resonancia del cerebro

TEK IMAGE/SCIENCE PHOTO LIBRARY / Getty

Las medidas forman parte de la aspiración de Donald Trump y Elon Musk de recortar 2 billones de dólares de un presupuesto federal anual de unos 7 billones. Ello ha puesto bajo la lupa todos los gastos públicos, incluidos los 160.000 millones de dólares aproximadamente que se gastan al año en investigación básica y aplicada. Otra motivación es la sospecha de que los científicos y sus investigaciones se han convertido en herramientas de la “ideología woke”. Aún no está claro qué cambios gubernamentales sobrevivirán a los recursos legales. Sin embargo, la magnitud de los recortes y la forma en que se están introduciendo podrían dañar gravemente la ciencia estadounidense.

Los recortes más profundos propuestos hasta ahora se refieren a los 44.000 millones en subvenciones asignados por el NIH. Muchas instituciones utilizan habitualmente los fondos del NIH para cubrir entre el 50% y el 70% de sus costes “indirectos2, que incluyen cosas como el mantenimiento de los laboratorios, el suministro de equipos y los salarios del personal de apoyo y administrativo. El gobierno considera que esa proporción es demasiado alta y quiere limitar los costes indirectos al 15% del total de la subvención, en consonancia con límites similares establecidos por organizaciones privadas, lo que obligará a las instituciones a pagar ellas el resto.

Los recortes más profundos propuestos hasta ahora se refieren a los 44.000 millones de subvenciones a los Institutos Nacionales de Salud

Ya se han propuesto en otras ocasiones reformas del NIH. La Oficina de Responsabilidad Gubernamental señaló el aumento de los costes indirectos durante la presidencia de Barack Obama, lo que llevó al gobierno a considerar la posibilidad de establecer su propio límite. Sin embargo, muchos consideran que fijarlo en el 15% es demasiado restrictivo. Parte de la razón por la cual la financiación privada está en posición de ser tan específica es que muchos de los beneficiarios pueden hacer uso de equipos (como espectrómetros de masas y mesas de trabajo de laboratorio) en sus instituciones de origen que han sido pagados con dólares federales.

La propuesta del gobierno de un tope del 15% rompe el contrato social “para que las instituciones y el gobierno federal construyan conjuntamente la infraestructura para la ciencia estadounidense”, afirma Holden Thorp, editor jefe del grupo de publicaciones Scienc2.

Un análisis de The Economist revela que podría estar en juego un total de 6.300 millones de dólares en financiación del NIH. Los estudios de endocrinología, diabetes y metabolismo verían recortes de casi una quinta parte de su presupuesto total. Eso podría tener graves consecuencias para la investigación médica. También podría ser contraproducente en términos políticos: muchas de las instituciones más afectadas están en estados republicanos. Las universidades de Alabama, por ejemplo, recibieron 386 millones de dólares de financiación del NIH en 2024, lo que supuso más de 4.700 puestos de trabajo y 900 millones de dólares de actividad económica.

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El senador republicano Ted Cruz

DANIELLE VILLASANA / AFP

Ahora bien, aún no está claro si el tope entrará en vigor. Los jueces federales han suspendido la propuesta, en respuesta a las demandas presentadas por 22 estados, además de asociaciones nacionales que representan a facultades de medicina y algunos hospitales. El Congreso ha aprobado varios proyectos de ley que prohíben expresamente que el NIH cambie las disposiciones relacionadas con los costes indirectos, lo que significa que el asunto se dirimirá en los tribunales. Por lo pronto, es poco probable que la atmósfera de incertidumbre sea propicia para el progreso en un campo en el que los investigadores dan prioridad a la estabilidad a largo plazo.

Otra vertiente de las acciones gubernamentales es el intento de influir en la financiación de las investigaciones. Russell Vought, director de la Oficina de Administración y Presupuesto, ya había apuntado antes a los recortes como forma de garantizar que instituciones científicas como la NSF no puedan “hacer propaganda de la ideología woke”.

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En este momento, se exige a las entidades federales que revisen todas las subvenciones a la luz de una orden ejecutiva que pone fin a los programas destinados a promover la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI), que según Trump ha hecho que el gobierno sea menos meritocrático. Como prueba de la influencia maligna de la DEI, Ted Cruz, presidente del Comité de Comercio del Senado, publicó una base de datos que identificaba como inaceptablemente “woke” 3.476 subvenciones de la NSF (aproximadamente el 10% de las concedidas durante el gobierno de Biden). El bloguero Scott Alexander llevó a cabo un análisis de un subconjunto elegido al azar de esas subvenciones y descubrió que sólo en torno al 40% estaba realmente relacionado con la DEI (un análisis de las 3.476, realizado por The Economist con la ayuda de un modelo de inteligencia artificial, reveló que la cifra era del 44%). Del resto, la inmensa mayoría se refería de pasada a posibles actividades de impacto o divulgación. Un grupo más pequeño utilizaba términos científicos con palabras caídas en desgracia, como una subvención relativa a terremotos y tsunamis, que mencionaba “procesos trans-crustales” (en referencia a la corteza terrestre).

Eliminar de las futuras peticiones de subvención el lenguaje usado de modo rutinario en el corta y pega de las solicitudes llevará tiempo, pero es factible. También será posible obtener exenciones para investigaciones que han sido vetadas de forma equivocada, aunque aún no se ha hecho público ningún proceso para ello. Sin embargo, también es posible que se descarten algunas investigaciones valiosas.

-- AFP PICTURES OF THE YEAR 2021 --

A local resident gestures as he holds n empty water hose during an attempt to extinguish forest fires approaching the village of Pefki on Evia (Euboea) island, Greece's second largest island, on August 8, 2021. - Hundreds of Greek firefighters fought desperately on August 8 to control wildfires on the island of Evia that have charred vast areas of pine forest, destroyed homes and forced tourists and locals to flee. Greece and Turkey have been battling devastating fires for nearly two weeks as the region suffered its worst heatwave in decades, which experts have linked to climate change. (Photo by ANGELOS TZORTZINIS / AFP) / AFP PICTURES OF THE YEAR 2021

El cambio climático será una de las áreas que más se resentirá de los recortes

AFP

La investigación sobre el cambio climático es la que se enfrenta a las amenazas más urgentes y concretas. Casi todas las menciones al cambio climático y los programas para combatirlo han sido eliminadas de los sitios web federales, y la Evaluación Nacional de la Naturaleza (la primera evaluación de la naturaleza y la biodiversidad realizada a nivel gubernamental, elaborada por más de 150 científicos y financiada con dinero público) fue cancelada semanas antes de la fecha de publicación del primer borrador completo. Un investigador que estudia la forma en que los océanos absorben dióxido de carbono dice que su equipo prevé eliminar en un futuro las referencias al cambio climático para que se aprueben las subvenciones.

La situación de muchos otros proyectos científicos relacionados con el cambio climático y el medio ambiente parece ahora incierta; sobre todo, porque muchos están financiados, al menos en parte, por créditos establecidos en la Ley de Reducción de la Inflación, la legislación climática aprobada por el gobierno de Biden, y que los funcionarios de Trump esperan revocar.

Gran parte de esa financiación se administra a través de la NOAA, el organismo federal que supervisa la ciencia atmosférica y la vigilancia del medio ambiente, incluidas las previsiones meteorológicas y las proyecciones sobre el cambio climático. La propia NOAA está directamente en el punto de mira. El Proyecto 2025, un conjunto de propuestas de campaña sobre cómo debería Trump reformar el gobierno federal (y al que contribuyó Vought), describió a la NOAA como un agente importante en el “sector de la creación de alarma acerca del cambio climático” y pidió que se “fragmentara y redujera”.

La investigación sobre cambio climático es la que se enfrenta a las mayores amenazas presupuestarias

Ello tendría consecuencias más allá de las fronteras de Estados Unidos. Varios medios de comunicación, entre ellos el Washington Post y Wired, informaron de correos electrónicos internos a algunos miembros del personal de la NOAA en los que se les ordenaba interrumpir “todos los compromisos internacionales”. Muchos organismos meteorológicos y climáticos de todo el mundo dependen de las observaciones y los datos recopilados por la NOAA. Los más afectados serán los organismos de los países pobres, que a menudo no disponen del dinero o la infraestructura necesarios para realizar por su cuenta pronósticos meteorológicos y proyecciones climáticas detallados, afirma un destacado científico de una organización internacional que solo pudo hablar de forma anónima.

La ciencia climática en Estados Unidos es “posiblemente la más fuerte del mundo”, señala dicho científico, y las reducciones en ella, “destruirán los cimientos del trabajo de otros”. En el extranjero, otras organizaciones tendrán que intensificar sus esfuerzos para compensar la pérdida. Ahora bien, como señala amargamente el científico, eso crea una oportunidad para socavar la tradicional hegemonía científica de Estados Unidos. Los reunidos en Boston para celebrar el “avance de la ciencia” estadounidense tal vez sintieran que esa promesa suena un poco hueca.

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Traducción: Juan Gabriel López Guix

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