La subida del IVA de la electricidad, que desde el 1 de enero ha pasado del 10% al 21% ha disparado los intentos de estafas telefónicas o o a través de correos electrónicos, de personas que se hacen pasar por falsas comercializadoras y ofrecen descuentos a los clientes.
“Los timadores a menudo nos leen nuestra información personal cuando nos llaman, como el nombre, DNI o dirección del suministro, para parecer más creíbles. Sin embargo, esta información puede haber sido robada y vendida ilegalmente”, señala José María Treviño, cofundador de Vivolt, una empresa que se dedica a gestionar cambios de compañías para particulares. “Las estafas telefónicas que suplantan a empresas de gas y luz han crecido mucho en los últimos años, e incluso la ʴDZí ha dado indicaciones a la ciudadanía para detectarlas y prevenirlas, porque una vez se ha sido víctima de ellas pueden hacer muy poco para ayudarte”, reconoce.
La , por ello, ha centrado su estrategia en la prevención. Al principio de esta campaña de invierno publicó un video en sus redes sociales advirtiendo de las 3 claves que permiten detectar si una llamada de una supuesta compañía de luz o de gas es real o es una estafa.
La primera es la falta de transparencia: la llamada procede de un número oculto, diferente al habitual de la compañía, y a menudo el interlocutor no especifica claramente el nombre de la empresa a que representa y señala que es el “asesor energético”, del consumidor. Las compañías legítimas, en cambio, señala la policía, se identifican de manera transparente.
La presión agresiva para que el consumidor acepte un cambio de compañía o de contrato es otro signo de alerta, porque las compañías respetables no fuerzan a tomar una decisión precipitada.
Y la señal más clara de estafa es pedir al consumidor datos sensibles de carácter financiero, como números de tarjetas de crédito o datos bancarios. “Tu compañía eléctrica ya dispone de la información necesaria y, en caso de requerir algún dato faltante, no suelen solicitarlo por vía telefónica” señala la policía.
En las más recientes campañas de fraude, señala Treviño, los estafadores “llaman repetidamente a las personas de las que han conseguido los datos, y si bloqueas un teléfono llaman desde otro”. En estas estafas “los operadores presionan para cerrar el nuevo contrato en esa llamada, y presionan o se irritan cuando el consumidor se resiste”. “En muchos casos dicen que son de empresas distribuidoras (Endesa, Iberdrola, Nedgia, Union Fenosa, etc) aunque esas empresas no venden energía ni pueden hacer ofertas comerciales”. Y además de pedir al consumidor sus datos financieros le piden que autorice algún pago para el cambio de contrato. “Una vez se ha producido la estafa la policía puede hacer muy poca cosa. Es muy frustrante”, reconoce, pese a lo que recomienda siempre “denunciar los intentos de fraude o de estafa, a la policía o a los organismos de consumo”.
Treviño destaca que la amenaza de sufrir un corte de luz si no firma un contrato es también una señal de fraude. Asimismo hay que estar alerta si hay ruido o otras voces de fondo “señal de que proviene de un call center de baja calidad, donde no aíslan las conversaciones” como son siempre los centros de llamadas vinculados a estafas.
En algunos casos “las llamadas son ofertas de empresas legítimas que ofrecen renovaciones de contratos, nuevas tarifas o asesoramiento sobre consumo”, explica Treviño. Sin embargo, la agresividad de los comerciales puede llegar a engañar a los consumidores para conseguir nuevos contratos. Así, “una estrategia habitual es ofrecer un precio muy bajo del kilowatio/hora consumido, pero ocultar el precio que se cobrará por la potencia contratada, que suben de manera desproporcionada para que el consumidor pague lo mismo o incluso más que con su anterior comercializadora”, señala Treviño.
El directivo, fundador de Vivolt, un comparador que presenta ofertas personalizadas a consumidores que quieren cambiar de compañía de luz o de gas, señala que es importante no aceptar las ofertas por teléfono, sino continuar la conversación por correo electrónico o WhatsApp para poder leer bien en contrato. “Es importante verificar la dirección de email del comercial, y asegurarse de que pertenece a la empresa con la que supuestamente hablas, e investigar por Internet su reputación, por si tiene reseñas y opiniones de prácticas dudosas”.