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Mamen García, la marquesa en ‘La que se avecina’, 77 años: “En su momento, hubiera sido carne de psiquiatra, pero la astrología me ha ayudado a entender muchas cosas”

Vips Séniors

La actriz valenciana se consagra en los escenarios gracias a la adaptación teatral de ‘Caperucita en Manhattan’, la versión del popular cuento que escribió Carmen Martín Gaite

“Muchos, en cuanto se jubilan, enferman y se mueren. ¡Y no! Hay que estar siempre dinamizando tu vida, haciendo cosas”, dice

Mamen García, actriz

Mamen García, actriz.

Cedida

“¡Alegría! ¡Hay que estar alegre!”. Son las primeras palabras de Mamen García que se escuchan en cuanto aparece en el vestíbulo del madrileño Teatro de La Abadía, donde recientemente ha estrenado el montaje Caperucita en Manhattan, adaptación de la obra de Carmen Martín Gaite. Una obra que confirma la consagración de esta cantante, dobladora y actriz que en los últimos años parece rozar, por fin, la gloria.

Para muchos, Mamen García quizás sea un descubrimiento reciente. Al contrario. Esta “currante” de los escenarios, como así se define, siempre ha estado ahí. Ha participado en musicales (desde El diluvio que viene hasta Billy Elliot). Ha doblado a no pocas actrices, como a Lauren Bacall. Es la voz de muchos jingles que se han hecho bien populares. Aunque su rostro se empezó a hacer familiar a raíz de su papel en aclamada serie La que se avecina.

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Sí, la actriz valenciana (Ontinyent, 1947) despliega siempre una permanente sonrisa, desborda energía. Tanto como amabilidad, irresistible ternura. Nos recibe –entusiasmada– en el camerino de La Abadía, dispuesta a contagiarnos con su… alegría, y preparada para prolongar su éxito en un próximo e inminente proyecto que ya le espera: el estreno el 7 de marzo de la obra Hasta el final de la fiesta, “una antología musical-emocional” que protagoniza, y donde su propia música y su voz harán de hilo conductor de una historia que recuerda, no lo oculta, a su vida.

¿Por dónde empezamos? Tal vez diciendo que no se conoce mucho de Mamen García, ¿o me equivoco?

Se conoce poco porque he ido siempre por el margen, afortunadamente. Creo que, en el fondo, inconscientemente, he buscado el margen, porque mi vida ha sido la música, pero con la música no he podido hacer todo lo que quería; aunque ahora tengo proyectos donde esto va a suceder.

Podemos ser atemporales

Mamen García

Pues empecemos por tu proyecto más reciente: Caperucita en Manhattan, la adaptación teatral de la reinterpretación del popular cuento que hizo Carmen Martín Gaite. ¿Qué lectura sacas de este trabajo?

Es un cuento porque todo el piensa en la Caperucita de Charles Perrault. Pero Carmen Martín Gaite fue mucho más allá, y me ha costado mucho entrar en la historia de Caperucita en Manhattan, porque detrás subyace la tremenda tragedia que llevaba Carmen cuando murió su hija. Espero que el espectador pueda vislumbrar que no solamente está viendo a los personajes, sino que está viendo también a Carmen y a Marta Sánchez, su hija.

Y personalmente, ¿qué te ha aportado a ti tu personaje? ¿Qué te llevas de Miss Lunatic?

Miss Lunatic es una mujer sin edad, y me llevo de ella la idea de que podemos ser atemporales. Pero lo más importante es que Miss Lunatic es una mujer que está ahí para ayudar a los que están cerca de ella. Hay un tema, del que estoy un poco harta, y es esta especie de ego de las redes, de ese “me quiero mucho”, pero los demás son importantes, porque son nuestro reflejo. Y no lo digo desde un concepto mesiánico o cristiano. He aprendido mucho esto. El encuentro con esta niña que le enseña tanto, que devora libros, que es tan despierta, que tiene tantas ansias de conocimiento… Ha sido un estímulo.

'Caperucita en Manhattan', con Mamen García a la derecha

'Caperucita en Manhattan', con Mamen García.

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Lo que hacemos a partir de los 7 años se refleja en toda nuestra vida

Mamen García

Lucía Miranda, directora de Caperucita en Manhattan, dice que la obra es “una historia sobre los niños que fuimos y los abuelos que seremos”. ¿Qué niña fuiste tú?

Fui una niña muy despierta. Estaba todo el día en la calle. Nací en el 47, y en los años 50, en la posguerra, jugaba con los niños debajo de los camiones, subiéndome a los árboles… Soy la pequeña de seis hermanos, y tuve la suerte o la desgracia de que, cuando tenía 7 años, como mi madre se puso malita, mi padre me metió interna en un colegio que había cerca de casa. En ese colegio había un piano y empecé a tocarlo por mi cuenta, a descubrir las canciones que oía por la radio. Eso fue lo que me ha llevado realmente a que mi vida sea la música. Fui una niña muy niña. Hasta los 15 años estuve jugando con muñecas. Y en el recreo del colegio, cuando podía, me escapaba, tocaba en alguno de los muchos pianos que había. Venían todas a escucharme y a pedirme alguna canción del Dúo Dinámico. Y esto me hacía feliz. Realmente lo que hacemos a partir de los 7 años se refleja en toda nuestra vida.

¿Y qué abuela eres o qué abuela quieres ser?

Veo poco a mis nietos porque siempre estoy trabajando. Me llaman Mamen, no me llaman “abu”. Estudian música, tocan piano, violín, batería, y son muy lectores. Y tengo uno de 9 años, muy despierto, que estudia teatro. Creo que tengo mucha conexión con ellos. También porque mi marido es músico, mi segundo hijo es pianista de jazz, Albert Sanz, y… Por cierto, aprovecho para decir que hemos montado un espectáculo que tiene por título Hasta el final de la fiesta. Es la historia de una señora de más de 70 años que por fin lo deja todo para cumplir su sueño.

Estoy cumpliendo mi sueño, por eso estoy tranquila

Mamen García

¿Y tú por fin estás cumpliendo tu sueño?

Sí, yo sí. Por eso estoy tranquila. En Caperucita en Manhattan se habla mucho del miedo a la muerte. De hecho, Carmen llevó muy mal la muerte de su hija y aquí también eso se transfiere. Este libro que escribió fue una liberación para ella. Uno carga con la culpa, siempre cargamos con la culpa, tenemos esa tendencia, y creo que ella liberó mucho con este libro.

La pregunta es obvia: ¿Tú sigues cargando con alguna culpa?

Yo, no. A día de hoy, no.

Hasta el final de la fiesta, “habla de las ganas de vivir la vida hasta el final, de no entregarse ni bajar los brazos y de cantar sin parar.” ¿Alguna vez tú has querido tirar la toalla?

Sí, alguna vez he querido tirar la toalla. Pero mi madre, que era más intuitiva que yo, me decía que no lo dejara. Ella alimentó mucho este espíritu que tengo.

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Hace falta bondad; soy de la generación del compromiso y creo que hay que comprometerse más

Mamen García

Intuyo entonces que no eres la abuela típica.

No soy la abuela típica. Tengo dos nietos, uno de 9 y otro que hará 7. Son buenos, son buena gente. Es que la bondad es muy importante. Hace unos días se lo decía a Alberto Caballero, guionista de La que se avecina. Tenéis que hacer una serie sobre la bondad. El otro día veía una entrevista que hacía… ¿Cómo se llama este cómico catalán de la 2? Marc…

Marc Giró.

Sí, Marc Giró entrevistaba a Silvia Abril, sobre Mamen Mayo, y decía: es una serie sobre el buenismo. El buenismo es una cosa y la bondad es otra, tiene otra amplitud. Y creo que hace falta hoy en día. Yo soy de la generación del compromiso y creo que hay que tirarse más a la piscina, hay que comprometerse más.

Es muy curioso lo que comentas porque venía precisamente escuchando en la radio hablar a Mauro Entrialgo sobre un libro que ha escrito, Malismo.

Cuenta, cuenta.

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No, cuéntame tú, que es a ti a quien tengo que entrevistar.

Es que parece que triunfa siempre hacer de mala, de puta mala. No. Hay que hablar sobre la bondad. Y creo que algo se está terciando, porque cuando yo rumio algo, va existiendo una sincronicidad en la mente de algunos.

No era consciente, Mamen, de que eres un icono para muchos jóvenes.

Bueno, es que desde que hago el personaje de la marquesa de La que se avecina, todos los días me encuentro con muchos adolescentes que quieren hacerse la foto conmigo. Yo me hago foto con todos, porque estoy superagradecida.

¿Por qué la gente se identifica tanto con La que se avecina?

Porque está à la page. Está completamente al día de todo lo que sucede, de todo tipo de problemática cotidiana, las familias, los amantes… Por eso, les encaja, y la gente se ríe, se lo pasa bomba.

Desde que hago el personaje de la marquesa de La que se avecina, todos los días me encuentro con muchos adolescentes que quieren hacerse la foto conmigo

Mamen García

Mucho hemos cambiado en este país desde aquellos tiempos en los que eras la voz de Patxinger Z, ¿no?

¿Tú te acuerdas de Patxinger Z?

Claro. Cantabais en el programa de (Fernando García) Tola, Si yo fuera presidente. El otro día recordaba una de vuestras canciones: ¡Ay, qué buena es Doña Elena!

Sobre Elena Francis, sí. Lo que pasó con el programa Si fuera presidente… ¿Tú has visto un programa de televisión que se llama Cachitos de hierro y cromo? Escribí al Instagram de la productora, y les dije por qué no retomaban de nuevo a un personaje como Fernando García Tola, que hizo programas como el de (Carmen) Maura, Nena, tú vales mucho, Si yo fuera presidente, del que salió (Joaquín) Sabina. Ese programa era único. Estaba recién llegado Tierno Galván. La apertura que trajo a Madrid en los 80 fue tremenda.

Tú nunca has ido de “superestrella”. Más bien todo lo contrario, porque te defines como “currante” de los escenarios.

Sí, efectivamente, soy una currante. Lo mío ha sido la música. He llegado al teatro y a la televisión por accidente, pero me ha dado tantas alegrías… La música me ha costado mucho. Ser cantautora en mi época era muy difícil, y de eso va el espectáculo que voy a hacer, Hasta el final de la fiesta, de una señora de más de 70 que por fin reivindica su derecho a ser feliz con su sueño.

El espectáculo que voy a hacer va de una señora de más de 70 que por fin reivindica su derecho a ser feliz con su sueño

Mamen García
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¿Y existe algo de decepción por no haber conseguido triunfar en lo tuyo, en la música?

No, para nada. Afortunadamente, la vida también me lleva por unos sitios en donde he realizado muchas cosas que estaban ahí, hibernadas, las he sacado y todo he podido aplicarlo. Me di cuenta de que, a la hora de hacer teatro o hacer televisión, lo mío es la comedia. Para hacer dramas, creo que hay grandes actrices. Me gusta más encontrar la alegría en el espectador. Aunque a veces la comedia también te lleva a la lágrima. No tengo decepción alguna, porque, aunque hubiera sido en su momento carne de psiquiatra, a mí la astrología me ha ayudado y me sigue ayudando mucho a entender muchas cosas.

¿Por ejemplo? ¿De qué forma te ha ayudado la astrología?

Tuve una etapa totalmente creadora, componía canciones fantásticas, y la astrología me ayudó a entender por qué siendo una mujer creativa, las cosas no me llegaban, pasaban por encima. Descubrí la astrología y el yoga cuando tenía treinta y tantos años, y creo que encontré muchos recursos por el paralelismo que hay muchas veces entre las situaciones psicológicas y las astrológicas. La astrología es pura matemática, y a la hora de leer una carta tienes también que tener una cierta intuición, que yo tengo. He conocido mucha gente que, cuando tenía algún pequeño problema, me preguntaba, mirábamos las cartas y encontrábamos tránsitos de por qué esa persona tenía esa situación. La astrología crea una especie de alivio; aunque es algo que no va a misa. Los grandes astrólogos saben mucho. Yo sé lo justo, y entre lo que sé y la intuición que tengo, me sirve.

Aunque hubiera sido carne de psiquiatra, la astrología me ha ayudado y me sigue ayudando mucho a entender muchas cosas

Mamen García

Los currantes del escenario, como tú, os tenéis que comer muchos marrones, ¿no?

Pues claro.

No sé si uno fue este cuando te desmayaste de tanto jadear durante el doblaje de alguna película de porno ligero.

Cuando empecé con el doblaje en Valencia, un amigo me llamó porque tenía dos peliculitas de porno, y dije: venga, va. En el primer doblaje, de tanto jadear, casi me desmayo y dije: no vuelvo a hacer más. Antes, en Barcelona, las señoras que hacían porno, ahora no sé, iban con sus jerséis para tejer, y les decían: “Te toca”. Jadeaban y ya está. Hace falta también técnica porque hiperventilas.

Eso no es tanto marrón. Alguno más…

Tenía tantas ganas de actividad y de dinamismo, que no me he planteado si quería o no hacer algún trabajo. Me he enfrentado a todo. Y de todo siempre sacas algo.

En el primer doblaje de porno, de tanto jadear, casi me desmayo

Mamen García

¿Y cómo te enfrentas al paso del tiempo?

Creo que felizmente. Me acepto tal y como soy. Tengo mis teclas físicas, por ejemplo, una falta de equilibrio constante, pero estoy abierta a todo y me enfrento con ilusión porque ahora, con la edad que tengo, me están saliendo cosas tan atractivas y tan interesantes… Ese personaje que hago en La que se avecina de la marquesa es tan divertido…

¿En qué momentos se hunde Mamen García? ¿Qué es lo que te quiebra?

Llevo dos o tres años en los que puedo pensar que se acaba el mundo, porque te encuentras en una circunstancia física en donde te puedes ir en cualquier momento, pero no me hunde nada. Sin embargo, por ejemplo, veo lo último que ha pasado en Valencia, esa impunidad que se produce de ver que no llegan las ayudas, que se sabía lo que iba a ocurrir, que habían abierto las compuertas de algunos pantanos… Y pienso: ¿cómo puede seguir todavía existiendo esto? Porque no son cosas de la propia naturaleza. Eso ha sido un abandono, una falta de atención ciudadana.

Veo lo último que ha pasado en Valencia, esa impunidad que se produce de ver que no llegan las ayudas, que se sabía lo que iba a ocurrir...

Mamen García
Mamen García

Mamen García, actriz.

David Escamilla

¿La música ayuda a pasar los malos momentos?

La música ayuda barbaridades. A mí me ha ayudado mucho componer. Hacer canciones, plasmar mis cosas… y seguir escuchando música. Últimamente, estoy mucho con el jazz. Me gusta mucho por lo que tiene de improvisación.

¿Cómo consigues desconectar?

Cuando estoy en Valencia, mi vida es muy doméstica. Me gusta cocinar y leer con mis nietos, estar con mis hijos… Y realmente disfruto muchísimo cuando veo una buena serie o una buena película.

¿Y qué música escuchas?

Oigo menos música que antes, pero estoy “al loro” de lo que está pasando. Y me pone muy nerviosa, me crispa barbaridades toda la historia de los grandes espectáculos en los espacios tan grandes, todos estos artistas del Wizink, del Bernabéu… Creo que debería existir sitios pequeños para escuchar música. La gente va mucho a los teatros y a ver grandes espectáculos, pero no hay sitios que promuevan, por ejemplo, la canción de autor.

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Estás también “al loro” de lo que ocurre también en las redes sociales, ¿no? De hecho, tienes cuenta en Instagram.

Pero no las uso para dar mi opinión. No me interesa. Las utilizo solo para anunciar lo que voy a hacer.

Si te pido que nos desveles las canciones que han marcado tu vida…

Hay una que está en mi primer disco, Te necesito. La gente la puede escuchar en mi web, donde están mis tres discos. Esa canción conmovía mucho a la gente.En los tiempos de Patxinguer Z, cantaba un bolero, que solía interpretar siempre cuando estuve 7 años haciendo cruceros, a los que íbamos los músicos con nuestras familias. Ahora no tengo la misma voz para cantarla, y a la gente le entusiasmaba. Es el famoso Algo contigo, de Chico Novarro. En el último disco que he hecho con Albert (su hijo), canto otra canción que también está en mi espectáculo. Se llama ѴDzóDz y que está también en Spotify. Y luego durante mucho tiempo, sobre todo después de pasar años en Inglaterra, estuve influenciada por las canciones de Joni Mitchell . Tenía un disco de finales de los 70 que me fascina: Hejira. También es maravillosa Barbara, la cantautora francesa.

Con la edad tienes que estar alerta, atento, dinamizar tu vida

Mamen García

Sueles decir que, con los años, el imbécil es más imbécil. ¿Qué otras cosas ganan con la edad?

La sabiduría, lo poco que sabes lo puedes ir ampliando, pero solo si estás atento porque hay mucha gente que, cuando se jubila, enferma y mueren. Y no. Tienes que estar alerta, atento, estar dinamizando tu vida, haciendo cosas.

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