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Valter Longo, biogerontólogo: “Puede que la genética sea importante para llegar a los 110 años, pero los factores que determinan que una persona viva hasta los 65 o los 90 años, son la nutrición y el estilo de vida”

Longevity

El biogerontólogo Valter Longo, gurú de la longevidad, comparte cómo la dieta y, sobre todo, el ayuno alargan la vida y protegen del envejecimiento prematuro

Longo, autor de los libros ‘La dieta de la longevidad’ y ‘El ayuno contra el cáncer’, es conocido por sus estudios sobre el papel del ayuno y los genes de respuesta a nutrientes en la protección celular, el envejecimiento y las enfermedades

Valter Longo, biogerontólogo

Valter Longo, biogerontólogo, director del Instituto de Longevidad de la Facultad de Gerontología de la Universidad de California.

Cedida

Un hombre nacido en la década de 1950, por lo general, no aspiraba a vivir más allá de los 60 años, y si hablamos de una mujer, el pronóstico no era mucho mejor, su esperanza de vida solo se alargaba unos cuatro años más, en torno a los 64. Hoy, según , España es uno de los países más longevos de la Unión Europea. Así, entre 2002 y 2022, los españoles han pasado de tener una esperanza de vida de 76,4 a 80,4 años, y las mujeres de 83,1 a 85,7 años.

Sin duda, un gran avance que merece la pena celebrar. Ahora bien, todavía es más plausible la estimación prevista para los próximos años, siempre que no venga una pandemia y dé al traste con las estadísticas. Si esto no ocurre, en 2035, los hombres tendrán una esperanza de vida de 83,2 años, y las mujeres de 87,7. Y si nos proyectamos un poco más lejos, los que nazcan en 2071, el INE fija la esperanza de vida de los hombres en 86 años, y la de las féminas en 90.

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Más allá de felicitarnos por estos datos, y, sobre todo, por su clara tendencia al alza, la cuestión más importante sería identificar cuáles son los factores que explican este imparable alargamiento de la vida.

Entre los numerosos y posibles impulsores, sin duda, la nutrición es uno de los que más tienen qué decir al respecto. Y es que, “puede que la genética sea muy importante para llegar a los 110 años, pero los factores que determinan que una persona viva hasta los 65 o los 90 años, son la nutrición y el estilo de vida”, asegura a bet365 el doctor Valter Longo, bioquímico, director del Instituto de Longevidad de la Facultad de Gerontología de la Universidad de California y director del Laboratorio de Longevidad.Es más, el experto destaca que “la nutrición es el factor más importante, según estudios en animales y estudios epidemiológicos”, cuenta.

La dieta, clave a cualquier edad

Por tanto, para el especialista en longevidad, gran parte del secreto que garantiza una vida larga con una calidad satisfactoria reside en lo que comemos. Por ello, “la dieta debe cuidarse desde el nacimiento, pero, sobre todo, a partir de los 20 años. Aunque, incluso después de los 60, cambiar a una dieta enfocada en la longevidad puede ser muy efectivo”, nos asegura el doctor.

Ahora bien, ¿en qué consiste esa alimentación que ayuda a sumar años a cualquier edad? “Se trata de una dieta que incluya un alto contenido en cereales integrales, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y una cantidad moderada de frutas”, resume Longo, quien puntualiza, que, en el caso de las personas de más de 60 años, “es recomendable potenciar las proteínas, incluyendo más cantidad y variedad de alimentos proteicos”.

A partir de los 60 años recomendable potenciar las proteínas, incluyendo más cantidad y variedad de alimentos proteicos

Valter LongoBioquímico, director del Instituto de Longevidad de la Facultad de Gerontología de la Universidad de California

Por otro lado, también “es importante restringir la alimentación a una ventana de 12 horas al día”, apostilla. De hecho, “el enfoque de ayuno más seguro para las personas de más de 60 años es el que establece 12 horas de ayuno nocturno. Es el tipo de ayuno más recomendable por ser seguro y eficaz”.

Por otro lado, y a pesar de todas estas virtudes, el ayuno no está exento de riesgos. El más importante es la posible pérdida de masa muscular o de densidad ósea, especialmente importante en adultos mayores, ya que es un proceso que ya se produce de forma natural en esas edades. De modo que, si se aprecia una disminución acelerada de músculo, “debe reconsiderarse el régimen”, alerta Longo quien, por otro lado, asegura que “el uso de dietas que imitan el ayuno reduce la grasa sin afectar negativamente al músculo”.

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No es ayuno, pero lo parece

El interés del doctor por la nutrición no se centra exclusivamente en la dieta (lo que comemos). De hecho, para Longo el ayuno (cuando no comemos) es igual de importante o más que la ingesta en lo que a longevidad se refiere. En este sentido, en las últimas décadas, el investigador y su equipo han dedicado gran parte de su esfuerzo a estudiar la relación entre el ayuno y la longevidad. Algo que se ha concretado en la creación de la dieta que imita al ayuno, también conocida como

Se trata de una estrategia dietética que consiste básicamente en un plan que simula los efectos de un ayuno prolongado. Para ello, el protocolo establece hacer 5 días al mes una dieta muy baja en calorías, cuyos efectos se asemejan mucho a los del ayuno prolongado. El resto del mes se puede comer de todo, aunque sin excesos.‬

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Las dietas que imitan el ayuno promueven la autofagia, la activación de células madre y la reprogramación celular en modelos animales

Valter LongoBioquímico, director del Instituto de Longevidad de la Facultad de Gerontología de la Universidad de California

Esta dieta fomenta la longevidad al estimular la regeneración y reparación celular, eliminar las células dañadas de los diferentes órganos y promover la quema de grasa abdominal manteniendo la masa muscular. Estas conclusiones se recogen en el estudio realizado por el doctor Longo y su equipo y que fue publicado en la

En él, sus autores aseguran que los ciclos de la dieta que imita el ayuno prolongado pueden reducir los signos de envejecimiento del sistema inmunitario, así como la resistencia a la insulina y la grasa en el hígado de las personas. Eso se traduce en una menor edad biológica.

En palabras del doctor Longo, “las dietas que imitan el ayuno promueven la autofagia, la activación de células madre y la reprogramación celular en modelos animales, lo que conduce a una regeneración multisistémica. Los primeros estudios clínicos son consistentes con estos hallazgos en animales”.

Esta estrategia dietética cada vez cuenta con más seguidores. Ahora bien, como cualquier cambio importante en hábitos alimenticios, es imprescindible que esté aconsejada y supervisada por un especialista.

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