La pandemia del coronavius nos sitúa ante una experiencia inédita tanto a nivel colectivo como individual. El confinamiento implica que muchos de nosotros nos encontramos de repente ante la perspectiva de pasar el próximo mes en un espacio limitado y cerrado, acompañados únicamente de nuestro núcleo familiar más próximo. La mayoría no contamos con referentes reales que nos sirvan para saber cómo comportarnos en este tipo circunstancias, lo que aumenta la incertidumbre que ocasiona esta crisis.
Más allá de la ficción –que a menudo nos confunde más que ayudarnos- las únicas referencias útiles proceden de personas que han experimentado situaciones de aislamiento. Por ejemplo, las monjas de clausura, la gente que ha estado en prisión o las personas cuyo trabajo implica largas temporadas de reclusión. En los últimos días se ha hecho viral un hilo de Twitter de un marino vasco que ofrece algunas claves para manejar esta situación: