Jean Imbert reemplaza nada menos que a Alain Ducasse, cuyos equipos parten el 30 de junio, tras 21 años al frente de los seis puntos de restauración del hotel. Es decir, el salón Régence que acogía hasta el 30 el Ducasse Naturalité, la Cour Jardin (restaurante informal del patio del hotel), la Galerie (salón de té y bar), Terrasse Montaigne (las mesas sobre la avenida), el bar propiamente dicho; y el Relais Plaza contiguo, restaurante parisino impermeable a las modas.
Y por supuesto, room service y desayunos, importante fuente de ingresos y punto de encuentro matinal de hombres de negocios y políticos que invocan aquello de al que madruga, pagando los croissants a precio de jamón ibérico.
Denis Courtiade, pilar de la galaxia Ducasse, trabajará junto a Imbert en el nuevo proyecto
El nombre de Imbert era ya rumor sin que el microcosmos terminara de creerlo. Porque Imbert es más conocido que célebre. Ninguna estrella Michelin en su haber, en casi 20 años de restaurador, lo que difumina por otra parte el tópico de que el Plaza opta por la juventud. De hecho, Ducasse tenía 7 años menos cuando obtuvo sus primeras 3 estrellas -las primeras también de una cocina mediterránea de lujo- en el Louis XV de óԲ.
La noticia que más sorprende a los iniciados es que Denis Courtiade, pilar de la galaxia Ducasse (más de un cuarto de siglo en su circuito), director hasta el 30 de junio del restaurante gastronómico del Plaza y figura del sector, muy activo en la formación y sindicalización del personal de sala, trabajaría junto a Imbert en el nuevo proyecto, como garantía de profesionalidad y conocimiento de la casa.

La Galerie, elsalón de té y bar del Plaza
De hecho, Ducasse anunció ya que su concepto naturalité será el del restaurante que abre, en septiembre, con sus chefs Romain Meder y Jessica Préalpato (pastelería) en el parisino distrito X, más de onda y con precios sensiblemente menores que los del Plaza. Pero en sus nuevos conceptos, alejados de la alta cocina, no debe haber encontrado un puesto para Courtiade.
Imbert ostenta una distinción moderna que hoy funciona en Francia: ganó en 2012 el concurso televisivo Top Chef, respetado profesionalmente porque solo participan cocineros en actividad, generalmente segundos de grandes hoteles o restaurantes, que son los que tienen más facilidades para internarse los dos meses que el certamen exige y también para entrenar.
Simpático y extravertido, Imbert, cuya imagen es más frecuente en Gala y otras revistas del corazón que en las de cocina, hizo amistad con gentes que brillan: Robert de Niro, igual que Gérard Depardieu o Madonna, llevaron paparazzi a las puertas del Acajou, que Imbert abrió, a sus 22 años, en el distrito XVII de París, uno de los más poblados en restaurantes y bistrots.