Detrás de cada copa de vino hay una historia de paciencia, conocimiento y arte. Desde la vid que brota en primavera hasta el brindis final, el vino atraviesa un proceso largo y fascinante.
Entender cada una de sus etapas no solo permite apreciar mejor lo que bebemos, sino también reconocer el trabajo y la pasión que hay en cada botella.
Este es el viaje del vino, paso a paso.
1. La vid: origen de todo
Todo comienza en el viñedo. La calidad del vino depende, en gran medida, del cuidado de la vid y del tipo de suelo donde crece. Factores como el clima, la altitud y la variedad de uva son fundamentales.
2. Vendimia: manual o mecánica
La vendimia puede realizarse a mano, para una selección más cuidadosa de las uvas, o de forma mecánica en grandes producciones. En ambos casos, el objetivo es trasladar la uva a la bodega lo más rápido posible para evitar su deterioro.
En algunas regiones, se vendimia de noche para preservar mejor los aromas y evitar la oxidación.
3. Despalillado, estrujado y maceración
Una vez en la bodega, las uvas pasan por el despalillado (separar las bayas del raspón) y el estrujado (romper ligeramente las uvas para liberar el mosto).
En los vinos tintos, este mosto se deja en contacto con las pieles durante la maceración, lo que aporta color, taninos y aromas. En los blancos, se suele evitar el contacto prolongado para mantener frescura y ligereza.
4. Fermentación: donde nace el vino
La fermentación alcohólica transforma los azúcares de la uva en alcohol, gracias a las levaduras naturales o seleccionadas. Este proceso puede durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo del estilo de vino que se busque.
En algunos casos, como los grandes tintos, se realiza una segunda fermentación, llamada fermentación maloláctica, que suaviza la acidez y aporta cremosidad.

Cómo se elabora un vino desde la viña hasta la copa
5. Crianza: en barrica, en depósito o en botella
Una vez fermentado, el vino puede madurar en distintos recipientes: depósitos de acero inoxidable, barricas de roble o incluso ánforas de arcilla.
El tiempo de crianza moldea el carácter del vino: puede aportar notas de vainilla, tostados o especias en barrica, o mantener una expresión más fresca y frutal si se cría en acero.
6. Embotellado y afinado
Antes de embotellar, el vino suele clarificarse y filtrarse para eliminar impurezas. Luego se embotella y, en algunos casos, se deja reposar en botella durante meses o incluso años, afinando sus aromas y redondeando sus sabores.

Desde la viña hasta la copa
7. De la copa al brindis
Finalmente, el vino llega a nuestras copas, listo para ser disfrutado. La elección del momento de servicio, la temperatura adecuada y la elección de la copa pueden realzar aún más sus cualidades.
Cada sorbo es el resultado de un trabajo minucioso que comienza en la viña y culmina en nuestra mesa.
Elaborar vino es conjugar naturaleza, técnica y sensibilidad. Un proceso donde cada detalle importa y donde el tiempo, como en las mejores cosas de la vida, juega un papel esencial.