El primer libro de la doctora María Dolores de la Puerta fue un superventas y no parece que vaya a ser distinto con el segundo, cuya acogida está siendo sensacional. Una nueva edición deLa microbiota estresada: Cuida tu intestino para superar la ansiedad (HarperCollins) acaba de salir al mercado pocas semanas después de su publicación.
Esta excirujana buscaba una solución a la dolencia de un allegado que no parecía tener una salida a través de la medicina clásica, cuando se topó con la microbiota. De eso ya hace veinticinco años, que ha dedicado a entender cómo se comportan estos microorganismos y cuál es su impacto en la salud de sus pacientes. “Mis hijos me llaman la ‘friki’ de la microbiota”, desvela la autora entre risas.

'La microbiota estresada', el nuevo libro de la doctora de la Puerta
Pese a no ser investigadora, de la Puerta invierte el tiempo que no está en consulta al estudio de los últimos hallazgos sobre este conjunto de bacterias que habitan en la piel y la boca, pasando por el aparato digestivo y los genitales.En redes sociales comparte la información compilada de una forma simple e inteligible, y si al principio iba dirigida a colegas del ámbito médico, hoy la consultan miles y miles de personas. En Instagram está a punto de alcanzar los 200.000 seguidores.
Del interés que todavía genera la microbiota nace su segundo libro, que se centra en los efectos de una vida acelerada en las bacterias del organismo y la salud en general.
Las enfermedades digestivas no paran de aumentar.
Sí, porque ahora las diagnostican. Antes no se consideraba una patología. El dolor de barriga, los gases, la distensión, la digestión pesada, la alternancia de ciclos de diarrea, el estreñimiento…Se incorporaba en la vida de un paciente en un contexto de normalización. Y ese cuadro funcional es el que se corresponde a los desórdenes de microbiota.
Losexpertos en aparato digestivo señalan que estas dolencias afectan a la mitad de la población.
Con certeza, afectan a más de la mitad de la población.Vas a una cena o a una reunión de lo que sea y enseguida en la mesa tienes a alguien con gases, distensión, dolor abdominal… Son síntomas muy habituales, y si te vas a la sintomatología extraintestinal ya abres el abanico hasta el infinito y más allá.
¿La causa es una microbiota insana?
Actualmente, la sociedad ha ido imponiendo poco a poco un estilo de vida que es devastador para la microbiota. Todo es para antes de ayer, la exigencia y las demanda son tremendas. Ese estrés crónico afecta a la microbiota.
En su libro dice que el estrés, y no la obesidad, es la pandemiasilenciosa del siglo XXI.
Pienso que sí. El estrés, cuando se mantiene en el tiempo y no se maneja adecuadamente, favorece un estado en el organismo proinflamatorio. Esa inflamación, que puede ser local o sistémica, es la casilla de salida para muchas enfermedades, entre ellas la obesidad.
Pero el estrés no siempre es malo.
También nos permite salir adelante, resolver una situación de apuro. Nos ayuda desatascar un problema, apretar y dar soluciones, encontrar un camino para salir de una situación complicada. El conflicto viene cuando estas situaciones se van solapando en nuestra vida y vivimos en ese constante estado de demanda, cuando el estrés no baja el umbral. Cuando resolvemos una cosa y tenemos ya dos más encima de la mesa. Ahí aparece el estrés crónico.
Algunos pacientes llegan a consulta autodiagnosticados y autotratados. Y ya se están tomando doce suplementos. Dios mío, ¡algunos incluso interfieren entre otros!
Entonces, ¿mantener a raya el estrés es más beneficioso que tomar Dzóپs y prebióticos?
No son excluyentes. Los Dzóپs y prebióticos, siempre de la mano de un profesional, se recetan en un contexto de necesidad. Un desorden de microbiota ha generado un problema y hay que salir de ahí. En ese salir de ahí, además de ponerle un tratamiento con estos suplementos, le pido al paciente que me acompañe a través de laalimentación, el ejercicio, los hábitos de sueño y las técnicas de control de estrés, que son las cuatro patas de una microbiota saludable.Cuando le doy el alta, en teoría ya no es necesaria la suplementación.
¿No le parece que se toman Dzóپs demasiado a la ligera?
Sí, con mucha alegría y mucha ignorancia, entre comillas. Decirle a alguien que se tome un Dzóپ “porque a mí me ha sentado genial” es como decirle que se vaya a América. ¿Pero dónde me voy? ¿Me voy a Canadá? ¿Me voy a México? ¿Me voy a Chile? O sea, ¿cómo me tomo un Dzóپ?Tenemos protectores, inmunomoduladores, neuroactivos, monocepa, multicepa, alta y baja carga… Hay un arsenal de posibilidades para determinar qué quiero hacer con un Dzóپ.
Se toman mucho sin receta.
Es un problema, porque aunque no son productos en sí mismos que hagan daño, sí hay determinadas circunstancias, determinados patrones de desorden de microbiota, que pueden hacer que los Dzóپs te sienten fatal.No quiero decir que sean un problema, pero no son inofensivos.
¿Sus pacientes se autodiagnostican?
Sí, y yo creo que es un problema que viene de la mano de doctor Google y las redes sociales. Los pacientes llegan a consulta autodiagnosticados y autotratados. Y ya se están tomando doce suplementos.Dios mío, ¡algunos incluso interfieren entre otros! Esta tendencia tiene cierto peligro, por eso en redes siempre lo digo: por favor, no os automediquéis.
¿Y cómo se planta cara a ese estrés crónico tan dañino para la microbiota?
Lo primero es tomar conciencia de la situación. En mi libro ofrezco herramientas desde muchos puntos de vista: funcionales, psicológicos, emocionales… De cosas que puedes hacer con tu forma de vida, con tu alimentación para ayudarte a proteger el impacto de ese estrés en tu salud física, en tu salud de microbiota y en tu salud emocional también.
¿Qué importancia tiene aquí la somatización?
La somatización se da cuando el cuerpo habla lo que está pasando en la cabeza. Cuántas cosas que no se expresan con la cabeza terminan teniendo un síntoma clínico detrás, ¿no?
Pone el ejemplo de la diarrea.
Puede aparecer en personas con un alto nivel de estrés y pocos recursos emocionales. Gente que sin ser consciente de ello sigue en un trabajo en que no está bien o en un matrimonio en que no es feliz. O que no es capaz de tolerar las críticas, esa mala tolerancia, la frustración por la falta de educación emocional.
¿Y el estreñimiento?
Es la exigencia máxima, los atascos mentales de que exijo mucho, incluso la procrastinación. Toda esa incapacidad de actuar, o gente que es consciente de una cosa y no es capaz de decirla, no es capaz de ejecutarla. Esas palabras no dichas, las personas con miedo vital, miedo a tomar una decisión, miedo a hacer un movimiento… Eso es estreñimiento.Por supuesto, hay otras muchas causas clínicas detrás, pero esto es lo que yo he podido observar tras años de experiencia.
¿Se puede sortear esa somatización?
Lo que tenemos que hacer es ser conscientes de nuestra situación emocional. Aprender, lo primero, a identificar nuestros sentimientos y a gestionar nuestras emociones.Redondear un poco el abordaje de los pacientes, sin olvidar esa bioquímica que hay detrás de las emociones que podemos trabajar también.
La diarrea puede aparecer en personas con un alto nivel de estrés y pocos recursos emocionales
Dice que las emociones pueden ser dañinas, pero también un superpoder.
Exacto. Son un superpoder que podemos manejar, que tenemos la opción de reconducir.
¿La microbiota también se puede reconducir? ¿Aunque se haya descuidado durante años?
Es importante entender que la microbiota no se hereda.En el momento del parto y en la lactancia hay una pequeña parte que depende de la microbiota de nuestra madre. Si la lactancia es materna, también ahí la madre va aportando Dzóپs y prebióticos, que son importantísimos. Pero no es un escenario absoluto, porque la microbiota no se completa hasta que entra la alimentación sólida, en torno al primer año de vida.
¿Y luego?
Todavía tenemos una ventana de estabilización de ese ecosistema, de esa microbiota, hasta los 4-5 años, que depende del estilo de vida. Es decir, de la alimentación del niño, donde vive, si tienemascotas, si son más hermanos, si va a la guardería o está metido en casa con una persona que le cuida solo a él… Ese contacto microbiológico con su entorno y su alimentación contribuye a construir en un primer momento y a estabilizar después la microbiota.
¿Pero se puede reconducir la microbiota a los 30 años?
Y a los 60 años. Como órgano vivo que es, siempre podemos intervenir para mejorarlo. Los desórdenes de microbiota no son inexorables. No es una celiaquía, en que no hay vuelta atrás. La microbiota es reversible. Mi paciente más mayor tiene 93 años, no hay límite de edad para trabajarla.
Una microbiota sana puede prevenir distintos males.
Un ecosistema sano y fuerte es un ecosistema resiliente. Eso significa que es capaz por sí solo de recuperarse frente a cualquier agresión, como es el estrés. Pongamos que te estás preparando para unas oposiciones: si te enfrentas a esos tres meses con una microbiota fuerte, te ayudará produciendo esas moléculas que controlan la inflamación, ayudándote a gestionar mejor el estrés. La microbiota impacta sobre tu sueño, sobre tu bienestar emocional. Es completamente diferente a si tú te enfrentas a esos tres meses antes de un examen de oposición con una microbiota absolutamente desordenada.
Cuenta que los cuatro factores principales que afectan a la microbiota son el ejercicio, los hábitos de sueño, las técnicas de control de estrés y la alimentación. Un estudio reciente señalaba que la mitad de la dieta de los niños son ultraprocesados…
Eso afecta muchísimo a su microbiota, en el momento en que están llevando esa alimentación, y a medio y largo plazo, aún más. Nuestra microbiota come lo mismo que nosotros y debemos nutrirla y mantenerla con alimentos sanos. No hace falta que sea nada elaborado ni sofisticado. Hay que comprar ingredientes y cocinar nuestra propia comida. No todo pueden ser blísteres, cajas, botes, microondas y ya. Ese camino es tremendamente proinflamatorio. Son calorías con un bagaje nutricional pobre y con una carga de grasas saturadas, aditivos, conservantes, colorantes, que son muy proinflamatorios.
En nuestra dieta, no todo pueden ser blísteres, cajas, botes, microondas y ya. Ese camino es tremendamente proinflamatorio
Su libro comienza con una advertencia: lo escrito aquí no debe tomarse como un diagnóstico personalizado.
Y dije lo mismo en el primero. Hace años que publico en redes sociales. Tengo portales de divulgación científica en Instagram, Facebook y LinkedIn, donde explico artículos científicos. Mi objetivo original era mantener informados a profesionales de la salud, para que no dijeran: “La microbiota parece que es importante, pero no tenemos ni idea, no sabemos nada…”. ¿Cómo que no? Nos queda mucho, pero sabemos muchísimo.
Vaya, que mi objetivo era buscar un poco, facilitar el camino a los compañeros.Pero, claro, yo tengo redes que son públicas, donde me siguen también muchísimos pacientes. Nunca hago una recomendación terapéutica en estos canales, pero de repente te encuentras a gente en los comentarios diciendo qué suplementos toman, recomendando marcas, hablando de dosis… Yo voy interviniendo. Les digo: “¡por favor, por favor, no os autosuplementéis!”. No sé cuántas veces lo he hecho.
Cada persona es un mundo.
Exacto. Las recomendaciones terapéuticas se tienen que contextualizar e individualizar en cada paciente y en cada momento de su vida clínica. En general,no debemos llevar a la práctica nada de lo que se dice en redes sociales.