Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Aviñón, vuelve a su primer texto, Cor dels amants, que empezó a escribir en el 2006 y que dio por acabado en el 2020. El actor Joan Carreras, que la interpreta con Marta Marco, la define como “una pieza polifónica y cacofónica”, sobre una pareja y los efectos del paso del tiempo en la relación. Del espectáculo se hizo un remontaje en el año 2021 en Francia y ahora llega a la sala de Gràcia del Teatre Lliure.
“Con el catalán –afirma Rodrigues–, la pieza llega a casa porque cor tiene dos significados [las personas que cantan a la vez (que es la palabra original en portugués) y el órgano vital]. Es la ambigüedad total. Me ha gustado mucho hacerla en francés y griego, pero en catalán es casa. Somos iguales, ya lo decía Saramago. Entre catalán y portugués hay una distancia fonética, lingüística, pero no cultural. A veces me olvido de que no están hablando portugués”.
“A veces me olvido de que no están hablando portugués”, asegura el director del Festival de Aviñón
El autor apunta el argumento: “Al principio de la pieza, la pareja está en una situación donde uno de los dos se puede morir. El tiempo, cada segundo, es crucial para llegar al hospital. Como lo han superado, recuerdan que dijeron que tenían que cambiar la manera de hacer. ‘¿ Cómo cambiamos para hacerlo mejor?’, se preguntan”. “En esta pieza, siempre estamos en dos mundos: el mundo de cuando pasa y el mundo de cuando pasa lo que se cuenta”.
Uno de los retos del texto es la simultaneidad de algunos fragmentos donde los dos hablan al mismo tiempo, a veces diciendo lo mismo, a veces diciendo cosas distintas. “Es como una partitura, como música, con coro, canon, diálogo... Es un ejercicio que pide una preparación técnica como la de un músico”, manifiesta Rodrigues.

Joan Carreras y Marta Marco en el montaje 'Cor dels amants', de Tiago Rodrigues, en el Teatre Lliure
Por eso Joan Carreras declara: “Es una pieza bonita en su simplicidad y en su complejidad. Y es inalcanzable. Así como no es fácil de leer, tampoco es fácil de interpretar. Tiene una complejidad técnica que es como un malabar”. El actor considera que “es maravilloso trabajar con un director que venga a trabajar con la carne de aquí”. Y Rodrigues asegura: “Es una obra que no se puede hacer si el público no comprende la lengua, porque los dos personajes hablan a la vez. Eso me ha dado la oportunidad de montarla en más de un país con intérpretes del lugar, pero no en todos los que querría”.
Marco recuerda que vuelve a trabajar con Carreras después de 22 años de no coincidir: “He reencontrado a un amigo y me emociono escuchando a Tiago y diciendo este texto hablando sobre la vida, sobre lo que nos pasa”.
Sobre esta amistad reencontrada, el dramaturgo tiene una teoría: “Con Marta y Joan he redescubierto un texto que creía que conocía, pero que ahora he visto distinto. Son un montón de detalles, pero cuando los sumas aparecen sentidos nuevos, ya desde la forma de amor que Joan y Marta practican en el escenario. Quizá tiene que ver con este descubrimiento de reencontrarse al cabo de tanto tiempo”.
“A veces me da la impresión de que el texto está al servicio de lo que ellos necesitan decir en el escenario –continúa Rodrigues–. Entonces me doy cuenta de que la frase que yo escribí es perfecta para el momento que ellos han creado. Está la digestión de un texto que acaban sirviendo y el texto les sirve a ellos. Es evidente que hay una mirada de ellos hacia el texto, como hablar de un bosque, de los chiquillos..., se han apropiado del texto y hacen que olvidemos que hay un texto escrito”.
La producción del Teatre Lliure se estrena este viernes 25 de abril en la sala de Gràcia, donde presenta funciones hasta el 25 de mayo. El texto, en la traducción de Cristina Genebat, se ha publicado dentro de la colección Llum de guàrdia que edita el Lliure con Comanegra. Y la entrevista que Anna Guitart le ha hecho a Tiago Rodrigues está disponible en La plaça, en CaixaForum+.