bet365赔率

C贸mo naci贸 el FBI: la transformaci贸n de una peque帽a unidad en una fuerza colosal

El legado de Hoover

Las fuerzas policiales del Departamento de Justicia estadounidense han protagonizado desde la lucha contra Al Capone a investigaciones como las del 11-S o los atentados contra Trump

Agente especial del FBI en el campo de pr谩cticas, en 1937.

Agente especial del FBI en el campo de pr谩cticas, en 1937.

Dominio p煤blico

鈥淓sta es la organizaci贸n m谩s grande que jam谩s haya ideado una mente humana鈥. As铆 recib铆an los instructores a los aspirantes a ingresar en el FBI (Federal Bureau of Investigation) en plena era del legendario director J. Edgar Hoover. Al margen de esta dosis expl铆cita de orgullo, la historia de la Oficina Federal de Investigaci贸n refleja la cr贸nica de los EE. UU. del siglo XX con todos sus brillos y opacidades.

Una divisi贸n an贸nima

En 1908, cuando se fund贸 la entidad, el Departamento de Justicia carec铆a de una fuerza policial propia. Deb铆a recurrir a detectives privados o alquilar agentes del Servicio Secreto 鈥搖n organismo del Tesoro instaurado por Abraham Lincoln鈥 a precios muy altos, con un recargo de hasta el 33% respecto a los honorarios oficiales. Esta situaci贸n, adem谩s de propiciar la corrupci贸n administrativa y de tergiversar a menudo los resultados de una pesquisa, contradec铆a el esp铆ritu progresista de la 茅poca.

Theodore Roosevelt presid铆a la naci贸n con un af谩n modernizador que, en lo relativo a las funciones p煤blicas, buscaba eficiencia, profesionalidad y compromiso sincero. Su ministro de Justicia, Charles J. Bonaparte, compart铆a este criterio. De ah铆 que, necesitado de un contingente aut贸nomo para investigar con independencia y a nivel federal los casos de su cartera, contratara con car谩cter permanente a un pu帽ado de hombres del Servicio Secreto y a algunos detectives del sector privado.

Theodore Roosevelt en un coche durante la campa帽a de 1912, a la que se present贸 como l铆der del Partido Progresista.

Theodore Roosevelt en un coche durante la campa帽a de 1912.

Dominio p煤blico / Library of Congress

Esta unidad, de apenas 34 efectivos, constituy贸 el n煤cleo inicial del FBI. La divisi贸n carec铆a de nombre, pero no de director 鈥揺n los primeros meses, Stanley Finch鈥, quien pod铆a rendir cuentas tanto al ministro de Justicia como al propio presidente.

El acceso sin escalas a la Casa Blanca se deb铆a a que Roosevelt aprob贸 por decreto la creaci贸n de la instituci贸n durante unas vacaciones del Congreso. Esta circunstancia irregular ser铆a aprovechada posteriormente por Hoover para mantenerse al frente del FBI hasta su muerte y por el gobierno para realizar, mediante los federales, actuaciones ignoradas por el Parlamento.

Lucha federal

Al principio el FBI se dedic贸 a combatir delitos econ贸micos, transgresiones laborales y falsificaciones de documentos identificativos o inmobiliarios. Pero de cara a los votantes se centr贸 en los asuntos relacionados con la trata de blancas, ya que le permit铆an aplicar una de las escasas leyes de alcance federal existentes en la d茅cada de 1910 (el peso de la organizaci贸n jur铆dica continuaba fundament谩ndose en los c贸digos estatales). De paso, la lucha contra el tr谩fico interestatal de prostitutas le otorg贸 publicidad.

Gracias a esta t谩ctica, el organismo aument贸 sensiblemente sus dotaciones. Y abri贸 oficinas locales en las grandes ciudades y en la frontera mexicana, controlada por contrabandistas, esp铆as revolucionarios y contrarrevolucionarios y forajidos de toda clase.

Lee tambi茅n

10 datos curiosos sobre Scotland Yard

Historia y Vida
Horizontal

La Primera Guerra Mundial a帽adi贸 a sus funciones la investigaci贸n de casos, como la evasi贸n del servicio militar, la deserci贸n y los actos de sabotaje. Delitos a los que se sumaron, terminado el conflicto, los protagonizados por una nueva categor铆a de delincuentes: los g谩nsteres, que proliferaron a partir de la aprobaci贸n de la ley Seca, en 1919.

Las familias de Al Capone, Dutch Schultz o Lucky Luciano y bandidos surgidos en 谩reas rurales a consecuencia de la depresi贸n de los a帽os treinta, entre ellos Dillinger, o Ma Baker, sembraron el terror en la sociedad. Para parar los pies a unos y a otros, en 1924 fue elegido un joven director que, adem谩s, convertir铆a el FBI en una instituci贸n moderna situada en la primera l铆nea de la lucha contra el crimen.

La era Hoover

J. Edgar Hoover era un polic铆a nato, graduado en derecho, blanco, cristiano y de clase media. Encarnaba la entidad que lideraba. Reaccionario, arrogante y ambicioso, impulsor de no pocas decisiones controvertidas, su gesti贸n, pese a todo, destac贸 por su energ铆a e inteligencia. Pronto emprendi贸 una serie de reformas que imprimieron al organismo un perfil ins贸lito.

Hoover reuni贸 en un solo corpus los archivos dactilares disgregados en diferentes centros de investigaci贸n. Tambi茅n organiz贸 un laboratorio para analizar evidencias halladas y, una novedad, estableci贸 cat谩logos con muestras de neum谩ticos de autom贸viles. Despidi贸 a los agentes poco cualificados, contrat贸 preferentemente a aquellos con estudios universitarios e implant贸 un s贸lido programa de entrenamiento e inspecciones regulares para supervisar el correcto cumplimiento del deber. En paralelo, supo granjearse los favores de la prensa fotografi谩ndose con delincuentes tras su captura o muerte, lo que populariz贸 al FBI. Hoover, en definitiva, marc贸 un estilo criminol贸gico entre lo cient铆fico, lo funcionarial y lo medi谩tico.

Horizontal

J. Edgar Hoover, director del FBI,听 en Washington, el 28 de junio de 1937.

Propias

Poco despu茅s empez贸 a remitir el gansterismo y quedaron atr谩s la destilaci贸n y el contrabando de bebidas alcoh贸licas. Surgieron, sin embargo, retos en torno al auge de movimientos extremistas al abrigo de la 顿别辫谤别蝉颈贸苍. El FBI observ贸, primero solapadamente y con m谩s ah铆nco tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, tendencias de ultraizquierda y de ultraderecha. La contrainteligencia, la prevenci贸n de sabotajes y el apresamiento de evasores y desertores se incorporaron a sus misiones.

Algunas de sus acciones b茅licas fueron muy discutibles. Entre ellas, el confinamiento en campos de concentraci贸n 鈥損or orden gubernamental鈥 de ciudadanos japoneses y alemanes. Otras medidas, conforme se incrementaban las unidades del cuerpo, hicieron escuela. Fue el caso del designado Servicio Especial de Inteligencia (SIS), que, ramificado del FBI durante la guerra para recabar informaci贸n y desarticular iniciativas enemigas en Europa y Am茅rica, dar铆a origen a delegaciones extranjeras, algunas derivadas a la CIA, creada con posterioridad.

Miedo at贸mico

La guerra fr铆a tuvo un aliado inmejorable en el FBI de Hoover. Este hab铆a dado instrucciones de repetir a los aspirantes frases como la del fil贸sofo Ralph Waldo Emerson: 鈥淯na instituci贸n es la sombra alargada de un hombre鈥. Ese hombre era el director, y Hoover estaba convencido de la perversi贸n de las ideolog铆as de izquierda. Esc谩ndalos de espionaje como el protagonizado por el matrimonio Rosenberg o prestaciones de inteligencia como las brindadas durante la guerra de Corea se帽alaron el fuerte compromiso anticomunista de los federales.

En las d茅cadas de 1960 y 1970 se sumaron a esta l铆nea estrat茅gica casos de defensa de los derechos civiles afroamericanos, vulnerados en el sur racista. En este apartado se produjo un doble juego: el FBI vigilaba tambi茅n los movimientos reivindicativos como el liderado por Martin Luther King y otros que le resultaban sospechosos de subversi贸n, entre ellos, los universitarios contra la guerra de Vietnam y algunas comunas hippies.

La muerte de Hoover en 1972 sobrevino en una 茅poca particularmente agitada para el FBI. Leyes como la Rico permit铆an desde hac铆a poco llevar ante los tribunales a la Cosa Nostra, representante del crimen organizado cuya existencia en el pa铆s hab铆a negado el m铆tico director. Comenzaron a aflorar asesinos en serie (as铆 bautizados por una divisi贸n especializada del FBI). Se acept贸 entre los agentes a mujeres y se increment贸 la presencia de afroamericanos, mientras el esc谩ndalo听Watergate salpicaba a la c煤pula en Washington.

Un punto de inflexi贸n

El narcotr谩fico, los delitos inform谩ticos, la corrupci贸n en los 谩mbitos legislativo y judicial, los fraudes, las estafas y el crimen organizado en general fueron perfilando la lista de prioridades del FBI en la d茅cada de 1980. En el panorama internacional emergieron graves problemas. Una serie de incidentes de espionaje salt贸 a la luz p煤blica, as铆 como un asunto preocupante: el aumento del odio hacia ciudadanos e intereses de EE. UU. Ello se empezaba a manifestar con actos terroristas, por lo que el FBI uni贸 esfuerzos con la CIA para proteger las vidas, la libertad y los bienes de sus connacionales.

Entretanto, la ca铆da del tel贸n de acero en 1989 permiti贸 la apertura de hasta dos decenas de delegaciones en el antiguo bloque sovi茅tico. La expansi贸n internacional vino acompa帽ada de avances tecnol贸gicos. A finales de la d茅cada de 1990 se puso en marcha un 铆ndice centralizado para identificar mediante el ADN a perpetradores de cr铆menes violentos.

Edificio J. Edgar Hoover, la sede de FBI, en la actualidad

Edificio J. Edgar Hoover, la sede de FBI, en la actualidad.听

Terceros

Algunos m茅todos empleados por el FBI suscitaron pol茅mica por su agresividad (caso del tr谩gico asalto a la secta davidiana de Waco, en Texas). No obstante, la pronta y eficaz resoluci贸n de una serie de atentados con bombas (como el del Edificio Murrah de Oklahoma) devolvi贸 a la instituci贸n su buena imagen.

Sin embargo, las masacres del de 2001 se帽alaron un punto de inflexi贸n en la historia del FBI, de la CIA, del resto del pa铆s y del mundo. A partir de entonces se han ampliado considerablemente las competencias de la Oficina (algunas controvertidas, como las escuchas ocultas) para combatir su prioridad absoluta actual, el terrorismo. Las investigaciones sobre los atentados contra Donald Trump son los cap铆tulos m谩s recientes, a poco m谩s de cien a帽os de su fundaci贸n.

Este texto forma parte de un art铆culo publicado en el n煤mero 463 de la revista Historia y Vida. 驴Tienes algo que aportar? Escr铆benos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...