Una bala directamente al corazón mató al genial escritor y poeta Mijaíl Lérmontov en plenitud de la vida. Vivió 26 años en la época del romanticismo, donde algunas cuitas (por pequeñas que fueran) entre caballeros se resolvía en duelos de fatales consecuencias. El autor del disparo fue el mayor retirado Nikolái Martínov, quien aprovechó el disparo l aire del escritor para tirar a matar. Pero ese episodio de la historia literaria rusa no está totalmente claro. Un diputado estatal ha pedido una investigación policial en profundidad para resolver toda duda y, tal vez, descubrir una conspiración masónica y “rusófoba” de la que él sospecha.
Nikolái Burliáyev, diputado desde el 2021 por el partido Rusia Justa-Por la Verdad, y que también es actor y director de cine, ha pedido al Comité de Instrucción de Rusia que reabra el caso de Lérmontov, citando investigaciones que han cuestionado la inusual trayectoria que siguió la bala que mató al “poeta del Cáucaso”, nombre con el que se conocía al joven literato.
Nikolái Burliáyev sostiene que hubo una conspiración masónica y “rusófoba” también en la muerte de Pushkin
Burliáyev aclaró al periódico electrónico Gazeta.ru que entregó una solicitud en persona al director del Comité de Instrucción, Alexánder Bastrikin, en una reunión que mantuvieron en noviembre. El parlamentario expuso la versión de que Lérmontov, como cuatro años antes el poeta Alexánder Pushkin, pudieron haber muerto como resultado de una “conspiración de rusófobos”, que “siempre hubo en Rusia”.
Según el diputado, durante muchos años los estudiosos de la obra de Lérmontov, así como expertos en el campo de la ciencia forense, balística y médica, hablaron de la mala fe de la investigación que se llevó a cabo inmediatamente tras la muerte del poeta. La versión oficial constató lo obvio, que durante su segundo exilio en el Cáucaso el teniente de húsares Mijaíl Lérmontov murió como resultado de un duelo con Nikolái Martínov el 27 de julio (15 de julio según el calendario juliano, utilizado entonces en el Imperio Ruso) de 1841 al pie del monte Mashuk, en Piatigorsk.
Según testigos presenciales, durante el duelo Lérmontov disparó ostensiblemente al aire. Martínov apuntó directamente al pecho de su adversario y acertó. El conflicto entre ellos comenzó dos días antes, en casa del general Piotr Verzilin. Hablando con la hija del anfitrión, el poeta hizo una broma sobre la indumentaria de Martínov y aconsejó a la joven hablarle con cuidado, refiriéndose a él como “ese temible montañés”. Otros invitados se rieron de la chanza, lo que provocó la ira del aludido, que exigió como compensación un duelo.
El poeta no creía que Martínov fuese a disparar, y parece que él mismo advirtió que no tenía intención de hacerlo. “Martínov disparó con tanta precisión que Lérmontov cayó, como si se hubiese inclinado en su sitio, sin hacer ningún movimiento hacia atrás o hacia adelante. La bala le atravesó el corazón y los pulmones”, dijo el príncipe Alexánder Vasílchikov, presente en el duelo como testigo de Lérmontov.
Burliáyev tiene una larga relación con el legado de Lérmontov, escritor inmortal por obras como el poema La muerte del poeta (en honor de Pushkin) y la novela Un héroe de nuestro tiempo . En 1986 dirigió y protagonizó una película biográfica sobre el escritor, dedicada al 210 aniversario de su nacimiento. La distribución de la cinta, sin embargo, fue bloqueada por las autoridades soviéticas de la época. El director ahora político asegura que la razón de esa prohibición fue que “me permití insinuar una conspiración estatal de cierta organización mística contra dos de los más grandes poetas de la época: Pushkin y Lérmontov. Una organización que en ese momento incluía a las personas más influyentes del Estado”, refiriéndose a los masones. La película se estrenó finalmente el pasado otoño. Según Burliáyev, esa conspiración masónica ha mantenido su película casi 40 años cogiendo polvo.
Alexánder Pushkin, al que muchos consideran fundador de la literatura rusa moderna, falleció cuatro años antes que Lérmontov, también en un duelo y también joven, con 37 años.
La iniciativa de Burliáyev no ha sido bien acogida en algunos círculos políticos y expertos en literatura. El senador Airat Guibatdínov ha dicho en el portal News.ru que es “ruido informativo”. Y desde el Museo Lérmontov de Piatigorsk han explicado que se mantienen en la versión oficial, que no contempla motivos políticos, conspiraciones o asuntos de amores para el duelo. Su subdirectora, Yelena Krivétskaya, ha dicho al canal RTVi que “hay muchos puntos vacíos” en este caso, pero casi dos siglos después “es poco probable que se pueda descubrir algo nuevo”.