La escena puede parecer cotidiana: estás paseando por el monte o acariciando a tu perro y, de repente, descubres una garrapata enganchada a la piel. ¿Qué haces? Si tu primera reacción es aplicar aceite, gasolina o arrancarla con los dedos, podrías estar cometiendo un grave error con consecuencias duraderas para tu salud. Así lo ha explicado con contundencia la boticaria integrativa Marisa García Alonso en el pódcast La Hoguera, donde alerta sobre una práctica muy extendida pero potencialmente peligrosa.
“A una garrapata no se le echa aceite, no se le echa gasolina, no se le echa nada. Nada de nada”, afirma García Alonso. “Como tú se te ocurra intentar quitarla con los dedos, echarle cosas varias para ver si se asfixia o no sé qué, esa garrapata se va a estresar y va a empezar a vomitar bacterias y virus a tu cuerpo, todas las que tenga”.
La advertencia es clara: cualquier intento de manipular a la garrapata de forma incorrecta puede disparar el riesgo de contagio de enfermedades como la enfermedad de Lyme, una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi que puede volverse crónica y debilitante si no se trata a tiempo.
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los síntomas del Lyme pueden incluir fiebre, fatiga, dolor muscular, inflamación articular y alteraciones neurológicas, muchas veces confundidas con otras dolencias como fibromialgia o depresión. De hecho, en el mismo episodio del pódcast, la periodista Carmen Santamaría comparte cómo una picadura en la infancia transformó su vida en un calvario de síntomas físicos y mentales mal diagnosticados durante años.
Quitar garrapatas
El método correcto
Frente a este riesgo silencioso, Marisa García Alonso explica con detalle cuál es la única manera segura de quitar una garrapata: utilizar unas pinzas especiales, muy económicas, diseñadas para esta función.
“Hay que sacarla con unas pinzitas que suelen ser tipo como una V, son muy baratas. Hay de dos tamaños: para garrapata gorda y para garrapata chiquita. Con estas pinzas haces así, sin prácticamente tocar el cuerpo, o giras, giras la pinzita, y como la garrapata tiene una boca con unos pinchos que está enganchada a la piel, al girarla, al hacer así, se desprende y sale sola. Y sale caminando”.
Una garrapata estresada puede vomitar en tu cuerpo todos los patógenos que lleva dentro”
La técnica consiste en sujetar la garrapata lo más cerca posible de la piel sin aplastarla, girar suavemente y extraerla entera. Si se rompe o queda parte del cuerpo dentro, puede ser necesario acudir al médico para su extracción profesional.
García Alonso insiste en que tener este utensilio en casa puede marcar la diferencia. “Yo la tengo porque ya te digo, al perro se la quito con eso, y rezo cada día para que no se nos pegue a ninguna en casa. Pero hay que quitarla así”.
Síntomas que pueden durar años
Una epidemia silenciosa
El impacto de estas pequeñas criaturas va mucho más allá de una simple picadura. El pódcast también aborda el abandono institucional que sufren muchos pacientes con síntomas crónicos que no encuentran diagnóstico certero. García Alonso apunta que enfermedades como el Lyme siguen siendo infradiagnosticadas en España, donde aún se debate su cronicidad, a pesar de las evidencias médicas en otros países.
Además del Lyme, las garrapatas pueden transmitir otras infecciones como la anaplasmosis o la babesiosis. También actúan como posibles activadores de virus latentes como el Epstein-Barr, con consecuencias inmunológicas severas. Todo ello hace aún más urgente la prevención, tanto en humanos como en animales domésticos, que pueden ser portadores sin que lo sepamos.
Y recuerda: una pinza de unos pocos euros puede evitar años de sufrimiento. Tan simple como eso.