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‘Te vi marchar’, distintas formas de afrontar el duelo en tres vidas literarias

Literatura

Saber afrontar el duelo es un manual de vida indispensable para el buen vivir. La pérdida de seres queridos puede cambiar nuestro destino llevándolo a territorios profundos, prolíficos y creativos

La muerte es una parte ineludible de la vida. En la visión de Thoreau el individuo puede morir, pero sus elementos constitutivos no.

La muerte es una parte ineludible de la vida. En la visión de Thoreau el individuo puede morir, pero sus elementos constitutivos no.

Getty Images/iStockphoto

La muerte es parte de la vida. Muchas veces tratamos de obviarlo, pero es así. Queremos no mirar a la muerte y la contemplamos como un tabú que, sin darnos cuenta, se acaba enquistando. Como estableció la sabia psiquiatra y terapeuta Elisabeth Kübler-Ross, el duelo hay que transitarlo. Todo final es un luminoso principio.

Esto es lo que sucedió en las vidas de Henry David Thoreau, Ralph Waldo Emerson y William James, tres intelectuales del siglo XIX, que cambiaron la historia de la filosofía y psicología contemporáneas. Así lo explica el libro de Robert Richarson, Te ví marchar (Errata Naturae, 2024) que reúne sus testimonios y correspondencia relacionada a la pérdida de diversos seres queridos. Emerson perdió a su esposa, al igual que le sucedió a Edgar Allan Poe, y también a su hijo. Thoreau vio marchar para siempre a su hermano, y William James a la prima que adoraba.

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Hay duelos terribles que la razón no quiere admitir, pero la vida sigue y hay que saber leer los caminos que se abren a partir de la pérdida. Estos tres autores integraron el duelo para renacer, siguiendo ese principio tan arraigado en el mundo natural de que siempre llegará una nueva primavera.

Emerson nos enseñó como naturalista, a tener confianza en uno mismo. Thoreau nos llevó a tomar la naturaleza como guía existencial, más allá de los partidos políticos, el país, la familia o la religión. William James nos ilustró desde el empirismo radical a la psicología de la religión.

Ralph Waldo Emerson

Ellen Tucker Emerson murió de tuberculosis cuando apenas tenía diecinueve años. Se habían conocido tres años antes. Ella tenía ocho años menos que el reputado escritor y conferenciante. La muerte de Ellen lo sumió en una apatía miserable. Estuvo largo tiempo entre sombras sumido en la pérdida. Visitaba la tumba de su esposa desconcertado y debilitado por el dolor. La llamaba y rezaba por ella.

Emerson era cura por aquel entonces y ejercía de guía espiritual pero pronto acabaría abandonando este camino para abrazar la filosofía natural. En 1832 abandonó el cristianismo tradicional y nunca regresó a él. Sin embargo, no dejó de interesarle la gente, las relaciones humanas y lo social. Deseaba de corazón una religión de la naturaleza y desarrolló sus ideas en el libro Naturaleza que apareció en 1836.

J.J. Hawes

J.J. Hawes

Public Domain

Emerson decidió ser naturalista y se embarcó en un viaje de transformación. Partió de Boston con destino Europa. En febrero de 1833 llegó a Malta y de ahí visitó Sicilia, Nápoles, Roma y Florencia. Luego vino Francia y el salto a Inglaterra donde conoció al poeta romántico y naturalista Samuel Taylor Coleridge. Estuvieron en el Lake District con William Wordsworth, otro enamorado de la naturaleza. Junto a Thomas Carlyle, Emerson abanderó el nuevo movimiento filosófico del trascendentalismo. La base era conectar con la armonía y la profundidad de la naturaleza.

Mientras el fanatismo religioso se aferraba a pequeñas versiones de la ley moral. Emerson había dejado de creer en todo aquello para entregarse a la mística de la naturaleza. Este es el cambio que le produjo la muerte de su querida esposa.

Al regresar a Boston, después de su largo viaje Emerson empezó a dar conferencias sobre los usos de la historia natural.

La pasión por la naturaleza le permitió a Emerson rehacer su vida, aunque todavía tuviera que sufrir la pérdida de dos hermanos, y lo que es peor, a su hijo primogénito víctima de la escarlatina en enero de 1842. Su dolor inspiró el poema Threnody o el ensayo Experience.

La regeneración, no mediante Cristo sino gracias a la naturaleza fue el gran tema de la vida de Emerson. Esta fue la respuesta al duelo por haber perdido a su joven esposa Ellen.

Thoreau

A finales de 1841 Henry David Thoreau escribía que no hallaremos la salud en la sociedad sino en la naturaleza. Tenía apenas veinticuatro años. Pocos días, después su hermano John moría de una herida mal curada. En casa de los Thoreau reinó el silencio y una terrible inactividad. Henry fue incapaz de levantarse de la cama durante dos semanas, aunque retomó su diario y escribió alguna carta.

“No comprendo nada de este hecho salvo su amargura. No tengo ninguna explicación. Consuelo, ninguno que emane del hecho mismo; solo distracción, solo el olvido servirá y la búsqueda de nuevos objetivos.”

En la visión de Thoreau el individuo puede morir, pero sus elementos constitutivos no

Thoreau buscó consuelo en la naturaleza y empezó a ser consciente de sonidos que jamás había escuchado. “Mientras la naturaleza se retira, yo avanzo”, postulaba.

Como tutor de los hijos de Emerson, sintió la muerte del pequeño Waldo de apenas cinco años. En pocos años, este escritor, poeta y filósofo norteamericano, invitó a la desobediencia civil y se fue a vivir más de dos años a una remota cabaña en la laguna de Walden, que daría pie a su obra más famosa. La naturaleza tampoco parece mostrar su dolor por la muerte. La acepta como un ciclo natural. Nuevas flores brotarán donde las viejas plantas se escindieron en el pasado estío. De alguna forma, la muerte es la ley de la nueva vida. Eso que hoy en día tendemos a repetir, de que algo ha de morir para renacer.

El escritor, poeta y filósofo estadounidense conocido por su tendencia trascendentalista

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B. D. Maxham - Galería Nacional de Retratos (Washington)

De pronto, Thoreau dejó de ver el mundo como un lugar de individuos irremplazables a contemplarlo como un enorme tejido donde las personas y las cosas no somos más que los hilos de un todo. Del individualismo, Thoreau desemboca en el organicismo propio de la naturaleza. El antropocentrismo es substituido por una mirada ecocéntrica, basada en la propia naturaleza. Este fue el gran cambio que el duelo asentó en su vida y obra.

En su diario llegó a escribir: “morir no es empezar a estar muerto, no es un estado de continuidad, sino de transitoriedad. No hay permanencia en la muerte, se trata de un fenómeno pasajero: la naturaleza no presenta nada en estado de muerte.”

Al final todo tiene que morir y renacer. La primavera siempre regresa. La muerte es una parte ineludible de la vida. En la visión de Thoreau el individuo puede morir, pero sus elementos constitutivos no. Se transforman en nuevas formas vitales y siguen viviendo. Así, podemos llegar a concluir que no hay muerte…

William James

En julio de 1868 William James escribía en su diario: “¿Quieres morir, es eso? Porque hay tantas cosas en ti que no llevan a nada y que son repugnantes.” Era el mensaje nihilista de un futuro filósofo y gran pionero de la psicología norteamericana. Un par de años más tarde, la adorara prima Minny Temple murió de tuberculosis. Al parecer todos los jóvenes de su tiempo andaban enamorados de ella. Su pérdida fue una hecatombe. El hermano de William, el escritor Henry James, muchos años después, le llegó a dedicar el segundo volumen de sus memorias (Notes of a son and a brother).

William se sorprendía del beneficio que la joven había provocado en todo aquel que la había conocido. Era como un ángel que sobrevoló la obra de Henry James en obras como Retrato de una dama o en Daisy Miller que pudieron inspirarse en ella.

William James

William James

Public Domain

Por su parte, William y Minny estuvieron muy ligados durante su juventud y se trataban como iguales desde un punto de vista intelectual. Él se vinculó desde sus primeros años a la universidad de Harvard donde tuvo una brillante carrera como profesor de psicología. Ella consciente de su enfermedad, escribió cartas a William haciendo referencia al estoicismo, buscando en él un alivio para su tormento. Confesaba no poder dormir por las noches y encontrarse mal. Minny no dejaba de preguntarse cuál era la vida verdadera y cómo debíamos intentar resolverla por nuestra cuenta.

La muerte habita en el corazón más profundo de cada uno de nosotros”

William James

La resiliencia y fortaleza de la joven mujer impactó profundamente a William James y al morir confesó sentir que una parte de él yacía en la tumba con ella. Poco después, tuvo una crisis neurasténica aguda con síntomas fóbicos. En aquella época James era un joven atormentado y la muerte de Minny hizo aumentar su ansiedad. A partir de aquí, el autor de Las variedades de la experiencia religiosa, tuvo una revelación.Sintió inseguridad en la vida de un modo aterrador, y esa experiencia lo volvió compasivo. Su epifanía, como la de Emerson, hablaba de que la vida, lo real y lo bueno, existe como resistencia autogestionada del yo frente al mundo. La actitud puede cambiarlo todo. Somos libres de elegir un camino en vez de otro, o de cambiar algunas cosas. Así nacieron las convicciones de William James que lo llevaron a convertirse en el padre de psicología moderna.

Como decía James “la muerte habita en el corazón más profundo de cada uno de nosotros.” No lo olvidemos. La cuestión es qué queremos hacer con eso. Amagarlo o integrarlo de una manera natural. La vida de estos tres intelectuales fue un ejemplo de resiliencia ante ciertas adversidades y duelos, así como un modelo de cómo sacar lo mejor del contacto con la muerte o el sufrimiento por la pérdida.

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