Cuando ‘fuck off’ significa buenos días
el patio digital
-Fuck off, vecino, ¿ha dormido bien?
-Fuck off, jefe, me gustaría pedirle un aumento de sueldo.
-Fuck off, amigo. ¿Tomamos algo?
Un intenso debate ha inundado las redes sociales en los últimos días. Hay quien está intentando defender que el “fuck off” que pronunció Jude Bellingham el sábado en el partido de Liga contra el Osasuna no fue una expresión grosera. En la era del blanqueo, donde ya se está empezando a decir que el franquismo o el nazismo no fueron regímenes tan malos (perdonen la comparación, pero, aunque parezca increíble, esto está ocurriendo en las redes sociales), hay momentos en los que hay que pararse y decir: no todo vale.
Vaya por delante que el árbitro que expulsó a Bellingham no estuvo muy fino y defendió que lo que había afirmado el jugador inglés era “fuck you”. Sí, Munuera Montero no acertó. Pero ambas expresiones son groseras, aquí y en la China popular, que diría Carod Rovira. Y no deberían permitirse en un campo de fútbol ni en la vida en general.
Hay programas deportivos que, incluso, han invitado a profesores de inglés a explicar la diferencia entre dos términos soeces
El fútbol es, en efecto, un reflejo de la vida. Es pasional y, por tanto, el debate ha sido profundo en el patio digital. Hay programas deportivos que, incluso, han invitado a profesores de inglés a explicar la diferencia entre dos términos soeces. El objetivo era defender que pueden llegar a ser una expresión coloquial en un momento de máxima tensión, como es un partido de fútbol. “Me gustaría ver qué hace la tal Stephanie cuando un alumno le diga ‘fuck off’ en clase”, respondió el histórico @Llourinho en X.
Con el personaje en el que se inspiró esta cuenta parodia, el ínclito Mourinho, comenzó una campaña contra árbitros, estamentos deportivos y todo lo que se le ponga por delante que el Real Madrid ha recrudecido en las últimas semanas. ¿El Real Madrid quejándose de arbitrajes? Hechos veredes, amigo Sancho.
Como escribe John Carlin, el debate ha llegado hasta el Reino Unido, la, probablemente, nación más futbolera del mundo. The Times recordaba un precedente que un día mencionó Cristiano Ronaldo: “Cuando jugaba en Inglaterra, los jugadores le dirían ‘fuck off!’al árbitro cuando les señalaba una falta en contra, y el árbitro no se lo tomaría como nada personal, pero aquí en España te sacan la tarjeta roja”. Lo dicho.
Ancelotti quiso poner énfasis en cómo se expresó Bellingham. En si le puso o no una exclamación al improperio. Rizar el rizo. “He dicho ‘fuck off’ a un cliente y me ha pedido la hoja de reclamaciones. No lo entiendo, si se lo he dicho a buenas y sin ser grosera”, resumió perfectamente una tuitera del Atlético de Madrid. Los más forofos opinan justo lo contrario y defienden que el Real Madrid abandone la Liga. “Gobierno ilegítimo”, ¿les suena?
El caso es que decirfuck off o fuck youno es lo mismo. En eso tiene razón el madridismo. Pero intentar blanquear un improperio a un árbitro es el problema. El debate, por tanto, debería girar en torno a si la sanción tendría que ser de uno o de cuatro partidos. No sobre si existió una ofensa, lo cual parece claro.
Recomendación: no vayan diciendo fuck offa sus amigos y ni se les ocurra decírselo a su jefe. Tampoco se lo permitan a sus hijos. Aunque lo pronuncien con suavidad o sin signo de exclamación.