A Pedro S谩nchez no le qued贸 ayer otra opci贸n que corregir a su ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y echarse atr谩s en la compra de 15 millones de balas a una empresa de Israel. Al margen del malestar expresado por Sumar y la amenaza de IU de salir del Ejecutivo si no se cancelaba esta operaci贸n, el presidente de Gobierno se jugaba su credibilidad en la defensa de la causa palestina. A S谩nchez se le cr铆tica precisamente por sus habituales ejercicios contorsionistas de cambiar de opini贸n y adaptarse a las circunstancias por muy dif铆ciles que sean. Pero despu茅s de erigirse en una de las voces m谩s cr铆ticas de Occidente contra la pol铆tica del Gobierno de Israel por los cr铆menes que se suceden en Gaza, no pod铆a ayer aceptar este tr谩gala que pon铆a en tela de juicio su credibilidad.
El asunto tiene miga porque cuando trascendi贸 en su d铆a
que Interior iba a adquirir este material para la Guardia Civil,
se descart贸 la compra porque la empresa vendedora era israel铆.
Sin embargo, en plena Semana Santa el ministerio rectific贸 y
decidi贸 adquirir la munici贸n tras un informe de la Abogac铆a del Estado que apuntaba que la anulaci贸n de la compra 鈥渉ubiera supuesto abonar el precio a la empresa sin recibir el material contratado鈥�.
El presidente del Gobierno, Pedro S谩nchez, se reuni贸 con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas听
Al conocerse la noticia por la cadena Ser, S谩nchez decidi贸 hacer caso omiso a este informe y rechazar la operaci贸n, aunque ello pueda suponer un gasto in煤til para el Gobierno.
El episodio no es muy edificante para la imagen del Ejecutivo. M谩s all谩 de la permanente inestabilidad del Gobierno de coalici贸n, en la que el PSOE y Sumar mantienen posiciones muy divergentes en cuestiones como la inversi贸n en defensa, este conflicto ha sido entre el presidente y su ministro del Interior, que en teor铆a est谩n m谩s alineados. Y la pol茅mica no hace sino dar munici贸n al enemigo, en este caso a la oposici贸n pol铆tica, que encuentra argumentos para criticar al Gobierno.
El problema para la Moncloa es si hay m谩s contratos similares a este. Israel es una potencia militar y听su tecnolog铆a es muy apreciada, por lo que es f谩cil que haya otros precedentes. No hay que olvidar que la pol铆tica va por un lado y los intereses de las empresas van por otro bien diferente.
