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La maquinaria de First Dates volv铆a a ponerse en marcha una semana m谩s para recibir a una nueva tanda de comensales con la ilusi贸n de encontrar a su media naranja. Uno de los protagonistas de la noche del lunes era Pedro (51), un director de fotograf铆a publicitaria e instructor militar de Madrid que llegaba con las cosas claras al restaurante del amor.听

"Hay muchas mujeres que son tocahuevos y te obligan a hacer cosas que no quieres. Te l铆an la cabeza con cualquier cosa'', aseguraba. Por ello, su mujer ideal ten铆a que llevar una vida saludable tanto por dentro como por fuera.听 ''La belleza est谩 en el interior, pero si lo cuidas bien. Una mujer para que a m铆 me guste tiene que ser la de 'no me toques los coj...'', ped铆a.听

Su cita era B谩rbara (31), una dependiente procedente de Argentina y afincada en Madrid. ''Yo disciplinada y centrada no lo soy para nada. Voy a mi bola y me gusta improvisar'', reconoc铆a. La primera impresi贸n entre ambos era muy dispar. ''No me pareci贸 hermoso, pero dije quiz谩s con la manera de ser va a mejor'', sentenciaba ella. ''Lo primero que he pensado es que no hace nada de ejercicio. No la veo estilizada'', aseveraba 茅l.听

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Tras intercambiar sus primeras palabras, el presentador acompa帽aba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada con m谩s diferencias. Y es que Pedro pon铆a el grito en el cielo al ver que B谩rbara tomaba una copa de vino y una cerveza durante la cena. ''Yo no suelo beber, intento mantenerme saludable.听驴Para qu茅 voy a desayunar porras con chocolate? Si luego voy a estar todo el d铆a jodido con un hinchaz贸n de tripa'', aseguraba.听

Sin embargo, la intensidad de Pedro con la alimentaci贸n tampoco era del agrado de la argentina. ''Ya me ha pasado de salir con personas que est谩n obsesionadas con la alimentaci贸n. Todo lo que est谩s comiendo te hacen un comentario sobre eso'', aseveraba. Por si todo esto no fuera suficiente, el soltero tambi茅n reconoc铆a que era fan del reduccionismo. ''Cuantas menos cosas necesites, m谩s feliz eres. Tambi茅n puedes reducir la familia, los abuelos son pesados, los hermanos...'', confesaba.听

Tambi茅n hab铆a decidido aplicar esta ins贸lita filosof铆a de vida en todo lo relacionado con su paternidad. ''Reduje el hecho de tener hijos. No estaba de acuerdo en tener hijos, pero la otra persona se empe帽贸 en que s铆'', contaba a la vez que explicaba que ten铆a un hijo de 28 a帽os. ''No me gust贸 que culpara a la mujer de todo'', aseveraba ella.听

Poco despu茅s, Pedro confesaba que convivir con una persona tampoco entraba dentro de sus planes. ''Bajo mi experiencia, la convivencia mata. Esas cosas que te parecen maravillosas, con el tiempo no lo son tanto'', afirmaba. ''No entend铆 que quiere, si quiere una amiga, una pareja o nada. Solo quiere alguien que se amolde a 茅l, pero no s茅 para qu茅'', declaraba B谩rbara.听

En la recta final, los solteros se sinceraban sobre sus fantas铆as sexuales. Un tema que volv铆a a crear un muro entre ellos. ''驴Has hecho un tr铆o?'', preguntaba 茅l. La soltera respond铆a afirmativamente y confesaba que su ilusi贸n era hacer una org铆a. ''Me da un asco tremendo. Te tienes que duchar constantemente y darte con lej铆a antes y despu茅s'', aseveraba. Como era de esperar, ninguno de los dos aceptaba una segunda cita por sus innumerables diferencias.听