Laura Sanahuja es enfermera en el Hospital del Mar, y a sus 30 años le diagnosticaron una enfermedad renal que supuso un shock muy fuerte para ella y su familia. Recientemente, ha recibido un trasplante de riñón en el que la donante del órgano ha sido su madre. Durante todo este tiempo ha estado recibiendo un acompañamiento psicoemocional por parte de la psicóloga Noèlia Fernández, especialista en psiconefrología, psicooncología y cuidados paliativos de los Equipos de Atención Psicosocial (EAPS Mutuam) impulsados por la Fundación La Caixa, de los que Fernández es el referente en el Hospital del Mar de Barcelona.
Esta iniciativa solidaria se enmarca dentro del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación La Caixa, que tiene el objetivo de acompañar emocional y psicológicamente a pacientes que sufren algún tipo de enfermedad crónica.
Saber que tenía una enfermedad renal crónica me generó mucho miedo
“El momento del diagnóstico fue un golpe muy duro. Saber que tenía una enfermedad renal crónica me generó mucho miedo e incertidumbre”, explica Sanahuja. También deja claro que el miedo a la enfermedad no era lo único que le preocupaba, “aceptar que necesitaba un trasplante de riñón y que alguien de mi familia sería el donante me implicaba mucho emocionalmente”, añade.
Para Sanahuja, en estas situaciones de “miedo” y de “angustia” es cuando el apoyo de Fernández ha sido más importante para aprender a gestionar sus emociones. Fernández conoció a Sanahuja en el momento de su diagnóstico, y desde entonces la ha acompañado durante todo su proceso de aceptación de la enfermedad, así como en el proceso de sus dos terapias renales sustitutivas y el trasplante.
“Noèlia ha sido una gran aliada en este camino, ayudándome a ver las cosas desde una nueva perspectiva, a gestionar todo el proceso de la enfermedad y a ayudarme a crear una nueva versión mejorada de mí misma”, dice Sanahuja.
La enfermera recuerda especialmente el apoyo que recibió de la psicóloga el día del trasplante, mientras ella se encontraba en la camilla en los momentos previos a la operación rodeada de sus seres queridos. Les ayudó a gestionar las emociones y el miedo de ese momento. “Fue especialmente emotivo lo que le dijo a mi madre: Despídete de tu riñón, agradécele todo lo que ha hecho por ti durante todos estos años, porque ahora pasará a formar parte de tu hija. Estas palabras me marcaron profundamente”, confiesa Sanahuja emocionada. Después de todo este proceso de aceptación de la enfermedad, Noèlia ve a Laura con más “seguridad” y más “empoderada”.
Ahora puedo mirar al futuro con optimismo
“Actualmente, después del trasplante, me siento mucho mejor. Hace más o menos tres meses que recibí el riñón de mi madre, y aunque el camino no ha sido fácil, estoy notando una gran mejora en mi salud física y emocional”, confirma Sanahuja. Pese a que aún se encuentra en fase de recuperación, confiesa que su calidad de vida ha mejorado “significativamente”, y si bien el seguimiento médico es constante, ahora puede mirar al futuro con optimismo.