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Hacer CrossFit cada día, a los 63 años: “Cuando empecé era una rara avis, ahora hay mucha gente de mi edad”

‘Después de los 60’

Quiko Garriga empezó a practicar CrossFit hace diez años, motivado por su entorno familiar; ahora, con 63, intenta entrenar cada día y adapta los ejercicios a su capacidad y a sus objetivos

Quiko Garriga empezó a practicar CrossFit hace diez años.

Cedida

Ya hace una década que Quiko Garriga empezó a hacer CrossFit. Entonces ya superaba la cincuentena, y esta modalidad de entrenamiento estaba muy alejada de la popularidad de la que goza ahora. Él llegó a esta práctica gracias a su entorno, después de que su hijo la descubriera y empezara a practicarla en el garaje de casa junto a unos amigos. “Luego se apuntó mi exmujer y mis otros dos hijos, y al final el único que no hacía nada de deporte era yo”, explica al otro lado del teléfono. Fue esa presión familiar la que hizo que, precisamente, se quitara las manías de encima. Ahora tiene 63 años y suele entrenar cinco días por semana.

En ese momento, Quiko tenía una vida sedentaria, pero eso no le desanimó a probar, pese a que el CrossFit se caracteriza por ser un entrenamiento de muy alta intensidad creado en Estados Unidos y basado en los ejercicios con los que entrenan los cuerpos militares o policiales. “La verdad es que me fue sumamente fácil” dice, “y esto sería lo primero a desmitificar: el CrossFit es muy fácil si estás bien asesorado”. En su caso, el asesoramiento venía directamente de sus hijos, que empezaron de forma autodidacta y que ahora se han formado para ser entrenadores. “No quiero decir que el CrossFit sea la panacea de los métodos de entrenamiento, pero sí que ha provocado un cambio de tendencia”, sostiene.

El CrossFit es muy fácil si estás bien asesorado

Quiko Garriga63 años
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Residente en Blanes, actualmente Quiko procura entrenar cinco días a la semana, de lunes a viernes, y reconoce que cumple casi siempre con su propósito, “aunque si uno o dos días no entreno, no pasa nada”. Dependiendo de su trabajo, lo hace a las 7 de la mañana o a las 5 de la tarde, y entrena con el objetivo vital no solo de estar en forma, sino de hacer actividad física y generar un cansancio que le permita dormir mejor y tener una vida mucho más cómoda. “Antes probablemente pretendía estar más estéticamente bien que en forma, pero a medida que te vas haciendo mayor esto carece de importancia, ahora se busca un estado físico que te permite hacer una vida más completa e intensa; y además tienes un incentivo diario, que es reunirte con una serie de gente para practicar un deporte que te gusta”, añade.

Para él, algo crucial es no compararse con otros usuarios, especialmente con jóvenes de 20 años que están fuertísimos. “Tú lo haces al nivel que puedas hacerlo, adaptando los ejercicios a la capacidad y al potencial que tengas”, argumenta. Tanto es así que en los 10 años que lleva practicando esta modalidad, sus entrenos ya han cambiado y se han visto adaptados por sus capacidades o necesidades físicas. De este modo, ha reducido la carga de peso, por ejemplo en el Snatch, o ha dejado de hacer ejercicios, como las Double Unders (el salto doble de cuerda) o el Handstand Push-up (flexiones haciendo el pino). E insiste que siempre lo ha decidido con asesoramiento.

Tú lo haces al nivel que puedas hacerlo, adaptando los ejercicios a la capacidad y al potencial que tengas

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“Cuando empecé, no era normal que gente adulta practicase CrossFit, yo era una rara avis, pero ahora cada vez es más frecuente encontrar a gente de mi edad, o incluso mayor”, matiza Quiko, y sostiene que el motivo principal es porque esta modalidad de entrenamiento se ha popularizado mucho. “Al principio, el target y la imagen de un practicante de CrossFit era gente muy fuerte que venía aburrida de sistemas de entreno convencionales, y esto coartaba, porque tú llegabas y te sentías desubicado, porque no era un gimnasio convencional en el que había todo tipo de gente; ahora hay más gente que va por salud que personas fuertísimas”. En cuanto a paridad, cuenta que está equilibrado, aunque probablemente hay “más mujeres de entre los 57 y los 62 años que hombres”.

Quiko tiene una pequeña empresa de informática, un trabajo sedentario en el que se pasa el día prácticamente sentado, así que, para él, entrenar es una vía de escape y el momento del día en el que puede activar el cuerpo. Reconoce que descansa mucho mejor los días que va al box y, de hecho, es plenamente consciente del gran cambio que supuso la llegada de esta práctica a su vida. Lo ejemplifica rápidamente contando que fue gracias al CrossFit que dejó de fumar, después de más de 30 años. “Me parecía absolutamente imposible, pero lo dejé por vergüenza, porque salía a correr y llegaba tosiendo; no podía ser estar practicando deporte y toser de esa manera”, cuenta entre risas. Y ya lleva ocho años sin encenderse un cigarro.

Cuando empecé, no era normal que gente adulta practicase CrossFit; ahora es frecuente encontrar a gente incluso mayor que yo

Quiko Garriga63 años

De momento, jamás se le ha pasado por la cabeza dejarlo. A sus 63 años, su perspectiva de futuro es continuar practicando CrossFit como hasta ahora, intentando seguir la evolución que lleva sosteniendo desde hace una década y adaptándose a su capacidad de trabajo. Y, sobre todo, no engañándose. “Hay que ser consecuente que voy a tener que ir adaptando la intensidad y la fuerza a mi crecimiento”, afirma abiertamente, mostrándose plenamente convencido de su elección y atraído por la facilidad que suponen las clases dirigidas. “Lo normal es acabar el día cansado del trabajo, con problemas y estrés, e ir a una clase que cada día es diferente, en la que te dirigen y dejas de pensar, para mí es sumamente fácil”.

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