Esta es la 33a entrega de ‘Después de los 60’, la sección de testimonios sénior donde recogemos experiencias vitales en esta etapa de la vida. Nos puedes hacer llegar tu historia a seniors@lavanguardia.es.
Lo que le pasó a Francisco de Asís Juan Prat fue una pesadilla cuyas consecuencias todavía arrastra a día de hoy. Después de casi 40 años cotizados, y con el visto bueno previo de la Seguridad Social (INSS), de repente le denegaron la jubilación. “Me decían que había unas cuotas de autónomo sin pagar, pero prescritas y sin poder reclamarse, y eso hacía que me faltaran días cotizados”, explica. Lo grave del asunto es que unos meses antes la simulación del INSS no detectó ningún error y pidió la baja voluntaria de su puesto de trabajo, quedándose con una mano delante y la otra detrás. “Me he sentido engañado por mala información”, admite.
Pero vayamos al principio de los hechos y repasemos paso a paso lo sucedido. Según cuenta Francisco, en mayo de 2023 recibió una carta conforme se podía jubilar en agosto de ese año, pero eligió esperar un año más para cobrar algo más de pensión. En mayo de 2024 fue cuando hizo la simulación en una oficina de la Seguridad Social, y ahí le confirmaron la fecha oficial para retirarse: el día 13 de agosto.
Me decían que había unas cuotas de autónomo sin pagar, pero prescritas y sin poder reclamarse, y eso hacía que me faltaran días cotizados
Pescadero de oficio con más de cinco décadas de experiencia a las espaldas, desde hace casi 10 años trabajaba en un puesto municipal propiedad de un matrimonio que regenta el pequeño negocio, y decidió avisarles de que ya lo tenía todo encarado para firmar la baja voluntaria del puesto y poder jubilarse. Dicho y hecho. Recibió un mensaje que confirmaba su demanda de jubilación, incluso le dijeron que le enviarían la información por correo postal. Pero el primer ingreso no llegaba y en Internet vieron la resolución: estaba denegada.
“Me dijeron que tenía deudas con Hacienda, que estaban prescritas y no eran reclamables”, cuenta. “¿Y esto no me lo podían decir antes?”, expresa, consternado. A partir de ahí, se desarrolló toda una retahíla burocrática de papeleo, peticiones, llamadas y reclamaciones, tanto a la Seguridad Social como a la Tesorería, con el objetivo de conseguir su jubilación. “Incluso me pidieron si guardaba la documentación de cuando fui autónomo, en los 90, pero no podía demostrarlo”.
Me dijo que tenía las puertas abiertas para volver cuando quisiera, y a mí se me abrió el cielo
Después de muchos intentos, y sin derecho a paro por haber dejado el trabajo voluntariamente, a Francisco le dijeron que debía trabajar más días para llegar a la cotización necesaria para su jubilación, hasta los 66 años y 8 meses, pero nadie tuvo en cuenta que había dejado el trabajo. De hecho, explica que pudo tirar adelante gracias a la ayuda económica de sus hijos, porque era imposible hacer frente a todos los gastos de la casa —y las necesidades básicas, como comer— con el sueldo a media jornada de su mujer.
Así fue como Francisco, que reside en Barcelona, tuvo que volver a buscarse la vida. Lo primero que hizo fue mandarle un WhatsApp a su exjefe explicándole la situación, y la respuesta fue inmediata. “Me dijo que tenía las puertas abiertas para volver cuando quisiera, y a mí se me abrió el cielo”, subrayando la inmensa suerte de que se hayan prestado a readmitirlo.
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No encuentro normal que el INSS te mande la carta un año antes diciéndote que puedes jubilarte, que te esperes un año más, que hagas la simulación y no haya ningún problema, y que después no te la den
“Me quejo porque no encuentro normal que vayas a pedir la jubilación, que el INSS te mande la carta un año antes diciéndote que puedes jubilarte, que te esperes un año más, que hagas la simulación y no haya ningún problema, que la solicites y tampoco, que te des de baja en el trabajo y que después no te la den”, explica, abatido, Francisco. Además, también quiere denunciar que había una diferencia de dos años en lo que decía el INSS y la Tesorería respecto a sus años cotizados, algo que tampoco comprende y que nadie le ha explicado. “No tiene ningún sentido”, añade.
Además, cree que ni la administración ha podido solucionar el error, y que todavía tienen los datos erróneos respecto a su jubilación. “Vuelvo a tener hora para la simulación, y estoy convencido de que volverá a salir lo mismo que me salió la otra vez”, dice. “Si me vuelve a salir lo mismo, pediré explicaciones para que alguien me explique realmente cuándo me puedo jubilar y qué pensión me va a quedar”.
Tengo mucha angustia y me he sentido muy frustrado
Sea como sea, Francisco también deja claro que aguanta el trabajo, pero que los 66 años, levantándose a las 5 o las 6 de la mañana cada día, ya empiezan a pesarle. “Soy un tipo grandote y me gusta trabajar y socializar con la gente, pero estoy muy tocado de la espalda y de los brazos, he hecho muchas animaladas en mi trabajo como pescadero”, explica, y también nota el peso de los excesos. “Soy un alcohólico rehabilitado, hace 34 años que no bebo una gota”, y siente mucha frustración cuando piensa que a los 66 años ya debería tener una vida tranquila. “Tengo mucha angustia y me he sentido muy frustrado, lo que más me ha molestado es que me engañen de esta manera”.