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El vino de la semana: Envidiacochina Tête de Cuvée 2023

Beber

Eladio Piñeiro afirma que su albariño es “puro equilibrio y una experiencia vital”. Muestra una sensación grasa con una buena acidez, y con un interesantísimo toque salino final. Es sápido y largo.

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ENVIDIACOCHINA 2022

ENVIDIACOCHINA 2022

CLV

La vida condujo a Eladio Piñeiro Charlín a tener la posibilidad de elaborar “bajo el paraguas de la pasión y del desarrollo como persona”. Nacido en Cambados, en 1959, se define como un pequeño viticultor. Vender su anterior marca (Mar de Frades) por un problema de salud de Carme, su pareja, le brindó la posibilidad de “emprender esta etapa de honestidad donde la naturaleza marca las normas, y nadando a contracorriente de la globalización del gusto, de la proliferación de los vinos fotocopia y de las imposiciones del mercado”.

Vendió Mar de Frades al grupo Zamora Company (Ramón Bilbao) y lo dejó todo atrás para que su esposa siguiera un tratamiento en Estados Unidos contra un cáncer de mama hereditario y de mal pronóstico que consiguió superar. Su segundo proyecto, el actual, lo puso en marcha en 2009 en Villagarcía de Arousa. Ha supuesto un renacimiento. Eladio afirma que quiere que la riqueza de su vino “la determine su singularidad, su fidelidad a un paisaje, su autenticidad...”. Tras sanarse Carme, Eladio decidió volver a sus orígenes con vinos que califica como “honestos, desnudos, sin artificios, longevos y gastronómicos”. Añade que “pretenden hablar con sinceridad del lugar donde han nacido”.

Eladio Piñeiro en su bodega

Eladio Piñeiro en su bodega

Ramon Francàs

Eladio Piñeiro quiere elaborar vinos que cuenten una historia y que emocionen. Pretende “llevar el alma de la tierra al vino porque si no hay vida en los suelos no hay vida en el vino”. Por eso practica una viticultura biodinámica (sin certificación), una agricultura sostenible tratando las viñas como una entidad viva y dejando que la naturaleza fluya en un ecosistema próximo a la permacultura, que consiste en mantener las viñas como si de un bosque se tratara, y cultivar sin necesidad de utilizar insecticidas ni pesticidas, puesto que por sí mismo mantiene un equilibrio que permite a las cepas “crecer sanas y resistentes”. Sus parcelas están ventiladas por unos vientos del norte que traen recados de yodo y sal, lo que conforma la identidad de sus vinos.

El rendimiento de sus viñedos es de entre 6.000 y 8.000 kilos de uvas por hectárea. Sus viñas tienen una edad media de 40 años, llevando más de diez en transición a la biodinámica.Busca elaborar vinos auténticos, como los antiguos de autoconsumo de las aldeas o para servir en los furanchos (locales que son la vivienda privada de sus propietarios y en los que venden el excedente de vino de la cosecha propia acompañado de gastronomía tradicional).

El rendimiento de sus viñedos es de entre 6.000 y 8.000 kilos de uvas por hectárea

Los suyos son blancos de fermentación espontánea y lenta, maceraciones prolongadas con sus hollejos (incluso en el inicio de la fermentación), crianzas muy largas sobre lías y sin maloláctica (los albariños), siempre embotellados en día flor. También se ha adentrado con acierto en el mundo del vino espumoso (elaborado siguiendo el método ancestral) y ahora se abre a nuevas experimentaciones parcelarias fuera del amparo de la DO Rías Baixas. En definitiva, dice que sus vinos son “ecológicos, armoniosos, longevos y gastronómicos”.

Uvas de este proyeco viivivícola de la DO Rías Baixas

Uvas de este proyeco viivivícola de la DO Rías Baixas

Ramon Francàs

Su bodega se encuentra en el corazón del valle del Salnés y sus vinos los ampara la DO Rías Baixas. La complejidad de sus elaborados la basa en la diversidad de las parcelas. El resultado, asegura, son “vinos acordes con su entorno, de paisaje y de paraje, sinceros, expresivos, vivos y frescos, que transportan, al beberlos, al lugar donde nacieron”. También apunta que “los grandes vinos tienen una historia personal pero su identidad está ligada a un territorio y su cultura”.

Envidiacochina Tête de Cuvée, un vino nacido con la cosecha del 2011 y con un nombre que esconde una indirecta que prefiere no revelar, se produce en terruños con condiciones que califican de “excepcionales”. La etiqueta imita un recorte de prensa de un artículo sobre la expresión popular española ‘envidia cochina’, con una viñeta que cambia cada año, contando una historia a través de las añadas del cómic que lleva por título la propia marca del vino, de creación propia. Una de las etiquetas, en la que se representó a una rubia Carme con los pechos al aire, fue denunciada en los Estados Unidos (acabaron cubriéndole los senos).

En otra etiqueta se dibuja el BMW Z3 que tuvieron que vender justo antes de seguir Carme el tratamiento contra el cáncer en Estados Unidos. El demonio representado en las etiquetas junto a Carme es el propio Eladio. Las etiquetas están realizadas con tinta termocrómica, lo que sirve para indicar el punto óptimo para el consumo del vino. La etiqueta del 2023, por primera vez, se repite. Es la misma que la del 2022. Afirman que fueron los primeros en utilizar el tapón de cristal en España.

Eladio Piñeiro durante una cata en su bodega

Eladio Piñeiro durante una cata en su bodega

Ramon Francàs

Como un “albariño ancestral, genuino, artesanal y en perfecta armonía de frescura, elegancia y amplitud” describe Eladio Piñeiro a este blanco atlántico. De fermentación espontánea, sin maloláctica y de crianza prolongada sobre sus propias lías. Tras la recolección manual de los racimos en la viña y posterior selección en bodega, las uvas se maceraron 48 horas. Se realizó pie de cuba días antes para que ayudara a la fermentación espontánea con sus propias levaduras indígenas. Fermentó de forma prolongada en el tiempo a baja temperatura.

Tras la fermentación de toda la cosecha, separan la parte superior de las cubas (tête de cuvée), con lo que obtienen una mayor carga frutal. Tiene una crianza sobre sus propias lías finas de seis meses (realizándose un bazuqueo semanal los tres primeros meses y mensual los tres siguientes). El cupaje definitivo es el resultado del ensamblaje con un 15% de la añada anterior destinada al vino Frore de Carme (el cual, hasta ese momento, estuvo en crianza sobre sus lías finas con bazuqueo mensual, durante 1 año, más 3 meses con lías de la añada siguiente, más otros 6 meses madurando en tanque de acero inoxidable). Se embotelló en día flor. Su tapón fue elaborado a partir de caña de azúcar, con huella de carbono cero.

Tras la fermentación de toda la cosecha, separan la parte superior de las cubas (tête de cuvée), con lo que obtienen una mayor carga frutal

El de 2023 fue un año con una recta final del ciclo vegetativo muy cálido, y hubo problemas fúngicos (mildiu). Acabó siendo una cosecha muy pobre en cuanto a la cantidad, pero “lo que salvamos consiguió un equilibrio muy interesante”, según Eladio Piñeiro. Fue una añada “menos impactante y frutal que la anterior”, en las que se atisban matices más sutiles que impactantes con el paso del tiempo. Cosechan, manualmente y con cajas perforadas. Intentan hacerlo en día fruta, y embotellan en día flor.

Eladio Piñeiro con su esposa Carme

Eladio Piñeiro con su esposa Carme

Ramon Francàs

Eladio Piñeiro afirma que Envidiacochina Tête de Cuvée “lo tiene todo: es puro equilibrio y una experiencia vital”. Su esposa Carme añade que “representa nuestros avatares y filosofía de vida”. Envidiacochina 2023 es de color amarillo pajizo con reflejos dorados. Muy floral y con notas de fruta de hueso, especialmente melocotón, de manzana, de levaduras y de hierbas aromáticas en infusión como la camomila. En fase olfativa ya promete su untuosidad.

En fase gustativa se muestra redondo, graso, con notas que también recuerdan al melocotón, con una buena acidez compensada por su cuerpo y con un interesantísimo toque salino final. Es sápido y largo. A Eladio y a Carme les gusta disfrutar este albariño con cualquier pescado de la Ría de Arousa a la espalda. También les encanta con un guiso de pulpo al estilo marinero. Desde la bodega recomiendan una temperatura de servicio situada entre los 10 y los 11º C.

Exterior de una bodega boutique en la que todo remite al mar

Exterior de una bodega boutique en la que todo remite al mar

Ramon Francàs

La suya es una bodega boutique en la que todo remite al mar. El tridente y la corona de Poseidón, el dios griego del mar y de los ríos, preside la entrada de la bodega. Un pequeño faro en funcionamiento ilumina la sala de elaboración, donde día y noche suena música celta. Están abiertos al enoturismo. Incluso ofrecen paseos a caballo por sus viñas. Eladio Piñeiro Rural Wines elabora en torno a 60.000 botellas anuales, de las que exporta un 25% del total. Estados Unidos, Puerto Rico, Japón y México son sus principales mercados internacionales. Ponen especial atención en contar a sus visitantes su historia, viticultura y elaboración. Ofrecen, a un mínimo de dos personas y a un máximo de diez, una visita guiada y la cata de cinco vinos con la degustación de un producto gastronómico de proximidad.

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