‘La tercera fuga’, cada huida un nuevo nacimiento
Estreno teatral
Victoria Szpunberg estrena en el TNC la historia de una estirpe de desterrados durante cien años
Versió en català, aquí
Foto de familia del equipo artístico de 'La tercera fuga', de Victoria Szpunberg
Hace dos años, la directora del TNC, Carme Portaceli, ofreció la sala Gran a Victoria Szpunberg porque “es una autora muy importante y una feminista inteligente”. La dramaturga de origen argentino asumió el reto y ahora estrena La tercera fuga (del 24 de abril al 1 de junio), que sigue la historia de una estirpe de desterrados durante un siglo, desde Ucrania hasta Catalunya, pasando por Argentina.
“Es una obra profundamente transversal”, afirma la autora y directora, que para ella es un concepto sinónimo de “mirada feminista”. “La obra parte de una historia familiar, pero eso no tiene ninguna importancia; no es autoficción”, remarca Szpunberg, que reconoce que ha hablado a menudo de la dictadura argentina de Videla, que es la historia de sus padres, pero esta vez también ha querido acercarse “a la historia de sus abuelos, a los pogromos de Ucrania de los años veinte del siglo pasado”.
“Es una tragicomedia transoceánica, una obra magna, con espacio para llorar y reír”, declara Pedragosa
Los descendientes de la pareja que huye de Ucrania en 1922 son los que el público conocerá después en Argentina en los años setenta y, en otra generación, en la Catalunya del 2022, cuando empieza la actual guerra en Ucrania. Por ello los intérpretes “hablan con muchos acentos y lenguas”, y los personajes se multiplican. “Es una obra coral porque, aunque el personaje de Clara Segura es quien vehicula la historia en cada época, también hay mucho protagonismo en las periferias”, manifiesta.
Szpunberg reconoce que “no es habitual” que se ofrezca la sala Gran a las dramaturgas y directoras de su generación y considera. “Por eso, como dirigir esta pieza que abarca cien años de historias es una odisea, he decidido rodearme de gente mejor que yo”. De entrada, quiso asegurarse que Clara Segura y Carles Pedragosa se podrían incorporar al proyecto, y acto seguido hizo un montón de castings para completar un equipo de intérpretes y músicos donde figuran Sasha Agranov, Emma Arquillué, Anna Castells, Marc Joy, Olga Onrubia, Carles Roig, Biel Rossell Pelfort, Fede Salgado, Magalí Sare, Sergi Torrecilla y Ton Vieira.
En la escritura ha contado con la colaboración de Albert Pijuan, quien refiere: “El material y la estructura son de ella, pero cada escena y cada réplica ha pasado por la mano de los dos, de modo que ha quedado un híbrido en el que hay momentos que uno mismo no reconoce”.
Clara Segura apunta que “esta hibridez es una metáfora de la obra: algo de aquí y algo de fuera. Tenemos compañeros que vienen de otros lugares, que estaban pendientes de que todo fuera verosímil según el sitio donde estábamos. También ha sido un gusto poder hablar directamente con la autora, y a veces la autora y la directora se replanteaban cosas la una a la otra”.
Carles Pedragosa, el músico convertido en autor gracias a los efectos secundarios de las obras de Jordi Oriol, aquí hace las dos cosas, tocando el piano y el acordeón: “Cuando leí el texto, le dije a la autora que era una tragicomedia transoceánica, una obra magna, con espacio para llorar y para reír”. Y Sergi Torrecilla añade: “En la obra hay un compromiso muy bestia con la actualidad, porque conecta con los conflictos bélicos del pasado que nos interpelan a todos en nuestro presente”.
Como colofón, la dramaturga y directora expresa un deseo: “Querría dedicar esta obra a todos los desterrados, no solo a los de los hechos que salen en la obra, sino también a los palestinos, por ejemplo. A toda la gente que no tiene un sentimiento de pertenencia, porque hoy sigue habiendo personas que se tienen que marchar del lugar al que pertenecen”, declara Szpunberg. “El mundo está tan cargado de crueldad que hoy no sé si tiene sentido que los artistas abordemos esa crueldad, como sí lo pensaba antes, y por eso he optado por la belleza y por una propuesta más poética”, concluye.