Acostumbrado a las trastadas de sus antiguos alumnos de Primaria, las impertinencias y rabietas habituales de la bulliciosa edad adolescente, la pataleta institucional del Real Madrid en forma de comunicado contra el sistema arbitral “manipulado y adulterado”, firmado por el señor secretario de la junta directiva blanca, José Luis del Valle Pérez, poco inquietó a César Soto Grado, árbitro de 44 años.
Por algo había sido elegido mejor colegiado de la temporada pasada por su gremio, y designado por el Colegio Técnico para dirigir el derbi madrileño. Por su valentía.
Desde su ascenso a Primera en la temporada 2019-2020, Soto Grado, de profesión maestro de Primaria en excedencia, se ha caracterizado por su carácter fuerte, por mantener un gesto imperturbable, independientemente de lo que suceda en el campo, en la grada y en la opinión pública. Independientemente del equipo o el jugador que tuviese delante, ya fuese un David López o un Vinícius, al que se atrevió a expulsar ante el Valencia el pasado 3 de enero. Por eso lo escogieron para este derbi madrileño que llegaba calentito, recalentado toda la semana.
Seguro y de personalidad sólida, no se amedrantó el árbitro adscrito al colegio riojano, pero abulense (de Candeleda) de nacimiento. Ni ante los más de 80.000 aficionados madridistas, ni ante los poderes fácticos del palco del Bernabéu, ni ante el omnipresente madridismo sociológico. No le tembló el pulso para pitar en el minuto 34 el primer penalti en contra del Real Madrid en esta Liga. Un castigo que ha tenido que esperar 23 jornadas, después de que al equipo blanco le premiaran con 10 penaltis a favor...

Soto Grado revisando el VAR antes de señalar el penalti
La jugada de la polémica llegó a la media hora de juego, cuando en un centro de Galán desde la izquierda del ataque rojiblanco el madridista Tchouaméni pisó a Samu Lino dentro del área. Se pudo apreciar claramente en las imágenes televisivas, a pesar de que el balón pasó de largo. En un primer instante, Soto Grado no señaló nada, pero detuvo el partido esperando indicaciones desde la sala del VAR, de su colega De Burgos Bengoechea.“Te recomiendo la revisión para ver un posible penalti. Para que veas el pisotón”, le inquirió el árbitro desde Las Rozas.
Tras unos minutos de incertidumbre, el árbitro se dirigió a la pantalla a revisar la jugada. Carlo Ancelotti se temía lo peor y se echaba las manos a la cara. No tenía duda: penalti. El primero en contra del Real Madrid esta Liga. Milagro. ¿O sacrilegio? Julián Álvarez no entró en debates y ejecutó a lo Panenka el 0-1.
El Bernabéu rabiaba, se enfurecía con el árbitro y toda su familia. No hubo imágenes de Florentino Pérez en el palco. Pero seguro que no le hizo ninguna gracia. Su campaña para acobardar, atemorizar, intimidar, coaccionar, espantar, arredrar a los árbitros (qué riqueza de lengua, como recordaba el Atlético de Madrid) no tenía efecto con Soto Grado, que hasta ese momento había tenido una actuación intachable, controlando bien el partido, siguiendo el juego de cerca, con actitud firme y aplicando el reglamento con acierto, sin sentir el miedo escénico del coliseo blanco. Hasta el penalti había señalado seis faltas contra el Real Madrid, con una tarjeta amarilla a Ceballos por una entrada a Barrios (que los visitantes reclamaron roja), y dos contra el Atlético, a las que añadiría una cartulina a Lenglet, y en el segundo tiempo, a Galán. Su actuación, sobria y certera, no tuvo ninguna incidencia en la segunda parte.
La impresión de los entrenadores
Simeone:“Hoy hubo un penalti igual en Athletic-Girona y el árbitro tuvo la misma situación, revisó el VAR, fue todo parecido”
Simeone aplaudió su labor. “Lo llevó de la mejor manera (el pisotón), para unos es roja, para otros no. Entendió lo que entendió, no lo llamaron del VAR. Hizo un partido correcto”, dijo el técnico, que dio por acertado el penalti. “Hoy hubo uno igual en Athletic-Girona y el árbitro tuvo la misma situación, revisó el VAR, fue todo parecido”.
Es un penalti que la gente del fútbol no entiende. No quiero entrar en polémicas que ya son grandes”
No lo entendió igual Carlo Ancelotti, que pese a no querer hablar del pisotón, acabó diciendo que “es un penalti que la gente del fútbol no entiende. No quiero entrar en polémicas que ya son grandes”. Pero ya había entrado...