Kylian Mbappé se acabó saliendo con la suya. Quería al Atlético en octavos de final, y lo tiene. “Así no viajamos”, había justificado de la manera más pragmática el francés tras eliminar al Manchester City con un hat-trick con su firma. Pero sus vecinos rojiblancos no estaban por ahorrarse kilómetros: entre coger el metro hasta Chamartín o el avión hasta Munich, el Atlético habría preferido escarbar en las debilidades actuales del Bayern, antes que desgastarse en otro duelo íntimo, tan arisco como antipático, con tanta polémica arbitral agobiante, guerras dialécticas y cruces de zascas.
Será este Atlético-Real Madrid, con la vuelta en el Metropolitano (por habérselo ganado acabando en el top 8 en la liguilla inicial de 36), el quinto cruce en la máxima competición europea entre los eternos rivales de la capital española: en los otros cuatro ganó siempre el equipo blanco. Y a cuál más doloroso para el Pupas.
El Atlético debe afrontar en 30 días, hasta el 2 de abril, cinco duelos contra el Barça (3) y el Real Madrid (2)
Dejando de lado el antiquísimo primer choque de la Copa de Europa de 1959, que necesitó tercer partido de desempate, los Atlético-Real han estado marcados por el signo del drama para los rojiblancos: en el 2014, en la final de Lisboa, Sergio Ramos abrió la herida con aquel gol imposible en el minuto 93 que enviaba a la prórroga, en la que el Real aplastó por 4-1; en la edición 2014-15 se cruzaron en cuartos, con gol de Chicharito en las postrimerías que daba el pase a los blancos tras 178 minutos de empate a cero; una temporada después, en la 2015-16, volvían a verse en la final, la de Milán, resuelta en los penaltis para el Real (5-3), que levantaba la ܲԻé; y al curso siguiente, 2016-17, se vieron en semifinales, con más dolor para el Atlético: el 3-0 de la ida estaban a punto de levantarlo con un 2-0 en 16 minutos... pero Isco y la diablura de Benzema los mataron. “Que manera de palmar”, acertaron a escribir Sabina y Pancho Varona...
Solo volvieron a encontrarse en Europa en la Supercopa del 2018 en Tallin, con triunfo atlético (4-2). Pero como si no contase, porque la espina de tanto agravio no se cura con un trofeo menor.
Cuatro revanchas frustradas. ¿A la quinta será la buena? El Atlético se aferra a su buen momento, su solidez, su espíritu combativo irreductible, al cholismo impenitente, que le ha llevado esta temporada a resistir en los dos envites de la Liga con sendos empates, 1-1 en el Metropolitano en septiembre, y el 1-1 en el Bernabéu el 8 de febrero, el día del arbitraje valiente de Soto Grado, que se atrevió a pitar al Madrid el primer penalti en contra en la Liga... después de 10 a favor. Una actuación que llegaba días después de la famosa carta contra el sistema arbitral “manipulado y adulterado”, replicada con ironía por el Atlético en redes sociales, harto de tanta presión blanca a los árbitros.
Las reacciones
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En el Real Madrid, la reedición del derbi se encara con optimismo tras el baño al City, a pesar de no poder contar con Bellingham en la ida por sanción. “Nos conocemos muy bien y sabemos de la dificultad de esta eliminatoria, pero todo el mundo sabe la ilusión con la que vivimos esta competición. Nos esperan dos partidos muy igualados y difíciles”, dijo Emilio Butragueño a Real Madrid TV.
Y en el Atlético Simeone se limitó a despachar el asunto con un escueto: “Será un partidazo, estamos preparados”. En un mes (hasta el 2 de abril) le esperan cinco duelos contra Barça (3) y Madrid (2) entre Copa, Liga y Champions. “Hemos tenido la fortuna en muchas temporadas de tener muchos partidos importantes y ésta es una más. Con tranquilidad, pensando en el partido del Valencia”.