El contexto
Pocos aspectos consiguieron cohesionar a todas las fuerzas republicanas en la búsqueda de un nuevo modelo social para alumbrar una nueva España como la cultura. Máxima expresión del libre albedrÃo, educar a una sociedad que se debatÃa entre el analfabetismo y las pocas letras casi a partes iguales y donde sólo la Iglesia se habÃa dedicado casi en exclusiva a ofrecer formación a los menores se convirtió en uno de los grandes retos de la República.
Pero tanto la enseñanza como la gestión cultural estuvieron marcadas por la confrontación ideológica y la improvisación, como denota un simple dato: los 11 titulares que tuvo el Ministerio de de Instrucción Pública y Bellas Artes durante el perÃodo de normalidadÌýrepublicana: desde el Gobierno Provisional de Niceto Alcalá-Zamora hasta el inicio de la Guerra Civil. Tres de ellos, además, repitieron en varios perÃodos.
Eso no impidió que los ambiciosos planes desarrollados e impulsados por Marcelino Domingo y Fernando de los RÃos durante el Gobierno de Manuel Azaña, quien declaró que “la escuela pública debÃa ser el escudo de la Repúblicaâ€, no fuesen una de las hojas de ruta que la República impulsó con decisión hasta su derrota por la fuerza de las armas. E incluso que el franquismo aprovechase y continuase su obra en sus planes educativos para consolidar la implantación de un modelo de colegios nacionales que supuso la base de la alfabetización de la sociedad española durante varias décadas.

Federico GarcÃa Lorca posa junto a un cartel de La Barraca durante una de las primeras giras de la compañÃaÌý
En junio de 1931, el Gobierno fijó en un millón el déficit de plazas escolares, y para ello lanzó un plan para construir 27.151 escuelas en toda España. Sólo en 1931 –y en apenas seis meses– construyó a habilitó espacios para unas 7.000 y alcanzó las 13.570 hasta 1933, durante el denominado bienio reformista. Antes de poner en marcha un proyecto de este calibre, la nueva República impulsó las misiones pedagógicas para llevar la escuela allà donde aún no habÃa llegado y un ambicioso plan de bibliotecas populares. Asimismo, en los primeros meses de gobierno republicano se contrataron 7.000 nuevos maestros, a los que se les subió el sueldo un 15%.
En dos años y medio, la República habÃa puesto en marcha más centros educativos que la MonarquÃa y la Iglesia en las tres décadas anteriores. Y en Catalunya, con una Generalitat con competencias para crear sus propias escuelas, se anunció en este perÃodo que se habÃa alcanzado la plena escolarización. No obstante, muchos menores, especialmente en entornos rurales, siguieron sin acudir a los nuevos centros escolares ante las dificultades de acceso y la falta de un control efectivo.
A partir de 1933, el Gobierno radical-cedista ralentizó el plan, aunque puso en marcha otras 3.421 escuelas. Y tras la victoria del Frente Popular en 1936 se planificaron otros 10.000 nuevos centros, de los que el nuevo Gobierno puso en marcha ese primer año 5.300 a pesa de que las Cortes no se constituyeron hasta el 16 de marzo.
El nuevo modelo de escuela republicana se basó en los principios pedagógicos krausistas de la Institución Libre de Enseñanza, fundada y dirigida por Francisco Giner de los RÃos, tÃo de Fernando de los RÃos. Un modelo de enseñanza mixta que permitió también llevar también las lenguas propias a la educación, algo que apenas se llegó a materializar de una forma efectiva en Catalunya.

Federico GarcÃa Lorca, durante un momento de lectura en una imagen localizada en la casa familiar de la Huerta de San VicenteÌý
En este contexto, Federico GarcÃa Lorca, hijo de maestra de escuela, se sumó con ilusión a la polÃtica educativa y cultural de la República con un proyecto propio: la compañÃa de teatro itinerante La Barraca. Si bien antes de ello habÃa impulsado un proyecto que, por modesto, no dejó de ser significativo: la biblioteca popular de Fuente Vaqueros, su pueblo natal. Durante su inauguración ofreció un discurso sobre el significado y valor de la educación, que ofrecemos extractado.
El proyecto partió de una propuesta del propio poeta en una fiesta ofrecida por el alcalde, Rafael Sánchez, destacado militante socialista, en 1929, tras el estreno de Mariana PinedaÌýen Granada. El proyecto se materializó durante la Feria de Fuente Vaqueros de 1931, en plena efervescencia republicana, cuando el Ayuntamiento llegó a sustituir el nombre de la calle de la Iglesia por el del poeta. Los fondos de la nueva biblioteca popular partieron del propio alcalde, panadero de profesión, de las donaciones de GarcÃa Lorca y de los libros que él mismo consiguió de la Residencia de Estudiantes y la editorial Ulises.
El discurso
“Queridos paisanos y amigos:
â€Antes que nada yo debo deciros que no hablo sino que leo. Y no hablo, porque lo mismo que le pasaba a Galdós y en general, a todos los poetas y escritores nos pasa, estamos acostumbrados a decir las cosas pronto y de una manera exacta, y parece que la oratoria es un género en el cual las ideas se diluyen tanto que sólo queda una música agradable, pero lo demás se lo lleva el viento.
â€Tengo un deber de gratitud con este hermoso pueblo donde nacà y donde transcurrió mi dichosa niñez por el inmerecido homenaje de que he sido objeto al dar mi nombre a la antigua calle de la Iglesia. Todos podéis creer que os lo agradezco de corazón, y que yo cuando en Madrid o en otro sitio me preguntan el lugar de mi nacimiento, en encuestas periodÃsticas o en cualquier parte, yo digo que nacà en Fuente Vaqueros para que la gloria o la fama que haya de caer en mà caiga también sobre este simpatiquÃsimo, sobre este modernÃsimo, sobre este jugoso y liberal pueblo de la Fuente.
â€Yo he visto a muchos hombres de otros campos volver del trabajo a sus hogares, y llenos de cansancio, se han sentado quietos, como estatuas, a esperar otro dÃa y otro y otro, con el mismo ritmo, sin que por su alma cruce un anhelo de saber. Hombres esclavos de la muerte sin haber vislumbrado siquiera las luces y la hermosura a que llega el espÃritu humano. Porque en el mundo no hay más que vida y muerte y existen millones de hombres que hablan, viven, miran, comen, pero están muertos.
Yo he visto a muchos hombres como estatuas, esperando otro dÃa y otro y otro, sin que por su alma cruce un anhelo de saberâ€
â€Más muertos que las piedras y más muertos que los verdaderos muertos que duermen su sueño bajo la tierra, porque tienen el alma muerta. Muerta como un molino que no muele, muerta porque no tiene amor, ni un germen de idea, ni una fe, ni un ansia de liberación, imprescindible en todos los hombres para poderse llamar asÃ. Es éste uno de los programas, queridos amigos mÃos, que más me preocupan en el presente momento.
“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier Ãndole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allÃ. ‘Lo que le gustarÃa esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolÃa.
â€Ã‰sta es la melancolÃa que yo siento, no por la gente de mi casa, que serÃa pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquà honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
Yo ataco a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritosâ€
â€Y yo ataco desde aquà violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espÃritu humano, porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
â€Â¡Libros! ¡Libros! Hace aquà una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debÃan los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fiódor Dostoyevski, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, y pedÃa socorro en carta a su lejana familia, sólo decÃa: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’.
â€TenÃa frÃo y no pedÃa fuego, tenÃa terrible sed y no pedÃa agua: pedÃa libros, es decir, horizontes; es decir, escaleras para subir la cumbre del espÃritu y del corazón. Porque la agonÃa fÃsica, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frÃo dura poco, muy poco, pero la agonÃa del alma insatisfecha dura toda la vida.
Sólo a través de la cultura se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luzâ€
â€Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz. Y no olvidéis que lo primero de todo es la luz. Que es la luz obrando sobre unos cuantos individuos lo que hace los pueblos, y que los pueblos vivan y se engrandezcan a cambio de las ideas que nacen en unas cuantas cabezas privilegiadas, llenas de un amor superior hacia los demás.
â€Por eso ¡no sabéis qué alegrÃa tan grande me produce el poder inaugurar la biblioteca pública de Fuente Vaqueros! Una biblioteca que es una reunión de libros agrupados y seleccionados, que es una voz contra la ignorancia; una luz perenne contra la oscuridad.
â€Nadie se da cuenta al tener un libro en las manos, el esfuerzo, el dolor, la vigilia, la sangre que ha costado. El libro es sin disputa la obra mayor de la humanidad. Muchas veces, un pueblo está dormido como el agua de un estanque en dÃa sin viento, y un libro o unos libros pueden estremecerle e inquietarle y enseñarle nuevos horizontes de superación y concordia.
Muchas veces, un pueblo está dormido y un libro puede estremecerle e inquietarle y enseñarle nuevos horizontesâ€
â€Â¡Y cuánto esfuerzo ha costado al hombre producir un libro! ¡Y qué influencia tan grande ejercen, han ejercido y ejercerán en el mundo! Ya lo dijo el sagacÃsimo Voltaire: todo el mundo civilizado se gobierna por unos cuantos libros: la Biblia, el Corán, las obras de Confucio y de Zoroastro. Y el alma y el cuerpo, la salud, la libertad y la hacienda se supeditan y dependen de aquellas grandes obras.
Y yo añado: todo viene de los libros. La Revolución Francesa sale de la Enciclopedia y de los libros de Rousseau, y todos los movimientos actuales societarios comunistas y socialistas arrancan de un gran libro, de El capital, de Carlos Marx.
â€El libro deja de ser un objeto de cultura de unos pocos para convertirse en un tremendo factor social. Los efectos no se dejan sentir. A pesar de persecuciones y de servir muchas veces de pasto a las llamas, surge la Revolución Francesa, primera obra social de los libros.
Porque contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas pueden contra ellos; porque podéis hacer desaparecer una obra, pero no podéis cortar las cabezas que han aprendido de ella porque son miles, y si son pocas ignoráis dónde están.
Porque contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas pueden contra ellosâ€
â€Los libros han sido perseguidos por toda clase de Estados y por toda clase de religiones, pero esto no significa nada en comparación con lo que han sido amados. Porque si un prÃncipe oriental fanático quema la biblioteca de ´¡±ô±ðÂá²¹²Ô»å°ùò¹, en cambio Alejandro de Macedonia manda construir una caja riquÃsima de esmaltes y pedrerÃas para conservar La IlÃada, de Homero; y los árabes cordobeses fabrican la maravilla del Mirahb de su mezquita para guardar en él un Corán que habÃa pertenecido al califa Omar. Y pese a quien pese, las bibliotecas inundan el mundo y las vemos hasta en las calles y al aire libre de los jardines de las ciudades.
â€Cada dÃa que pasa las múltiples casas editoriales se esfuerzan en bajar los precios, y hoy ya está el libro al alcance de todos en ese gran libro diario que es la prensa, en ese libro abierto de dos o tres hojas que llega oloroso a inquietud y a tinta mojada, en ese oÃdo que oye los hechos de todas las naciones con imparcialidad absoluta; en los miles de periódicos, verdaderos latidos del corazón unánime del mundo.
â€Por primera vez en su corta historia tiene este pueblo un principio de biblioteca. Lo importante es poner la primera piedra, porque yo y todos ayudaremos para que se levante el edificio. Esta biblioteca tiene que cumplir un fin social, porque si se cuida y se alienta el número de lectores, y poco a poco se va enriqueciendo con obras, dentro de unos años ya se notará en el pueblo, y esto no lo dudéis, un mayor nivel de cultura.
Hoy ya está el libro al alcance de todos en ese gran libro diario que es la prensa; en los periódicos, verdaderos latidos del corazón unánime del mundoâ€
â€Estoy seguro que Fuente Vaqueros, que siempre ha sido un pueblo de imaginación viva y de alma clara y risueña como el agua que fluye de su fuente, sacará mucho jugo de esta biblioteca y servirá para llevar a la conciencia de todos nuevos anhelos y alegrÃas por saber. Os he explicado a grandes trazos el trabajo que ha costado al hombre llegar a hacer libros para ponerlos en todas las manos.
â€Que esta modesta y pequeña lección sirva para que los améis y los busquéis como amigos. Porque los hombres se mueren y ellos quedan más vivos cada dÃa, porque los árboles se marchitan y ellos están eternamente verdes y porque en todo momento y en toda hora se abren para responder a una pregunta o prodigar un consuelo.
â€Y sabed, desde luego, que los avances sociales y las revoluciones se hacen con libros y que los hombres que las dirigen mueren muchas veces como el gran Lenin de tanto estudiar, de tanto querer abarcar con su inteligencia. Que no valen armas ni sangre si las ideas no están bien orientadas y bien digeridas en las cabezas. Y que es preciso que los pueblos lean para que aprendan no sólo el verdadero sentido de la libertad, sino el sentido actual de la comprensión mutua y de la vida.
Y sabed que los avances sociales y las revoluciones se hacen con libros, que no valen armas ni sangre si las ideas no están bien digeridas en las cabezasâ€
â€Y gracias a todos. Gracias al pueblo, gracias en particular a la agrupación socialista que siempre ha tenido conmigo las mayores deferencias, y gracias a vuestro alcalde, don Rafael Sánchez Roldán, hombre benemérito, verdadero y leal hijo del trabajo, que ha adquirido por su propio esfuerzo ilustración y conciencia de su época, y merced al cual es hoy un hecho esta biblioteca pública.
â€Y un saludo a todos. A los vivos y a los muertos, ya que vivos y muertos componen un paÃs. A los vivos para desearles felicidad y a los muertos para recordarlos cariñosamente porque representan la tradición del pueblo y porque gracias a ellos estamos todos aquÃ.
â€Que esta biblioteca sirva de paz, inquietud espiritual y alegrÃa en este precioso pueblo donde tengo la honra de haber nacido, y no olvidéis este precioso refrán que escribió un crÃtico francés del siglo XIX: ‘Dime qué lees y te diré quién eres’â€